La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa inmunomediada del sistema nervioso central (SNC), que afecta en gran medida a adultos jóvenes con ciertos antecedentes genéticos, a menudo tras la exposición a varios antígenos ambientales aún no identificados. Según el patrón clínico de la enfermedad, se reconocen cuatro tipos de EM: la EM recurrente-remitente (EMRR), la EM secundaria progresiva (EMSP), la EM primaria progresiva (EMPP) y la EM progresiva recurrente (EMPR). Curiosamente, parece que estas cuatro formas diferentes de EM tienen neuropatologías subyacentes distintas, lo que, a su vez, indica que la EM puede representar un grupo heterogéneo de enfermedades relacionadas. La forma más común de EM, la EMRR, comienza con un único ataque desmielinizante unifocal o multifocal (conocido como síndrome clínicamente aislado), con una resolución completa o parcial del ataque. Esta forma de EM con sus secuelas neuroinflamatorias dominantes se reconoce clínicamente por las recaídas y el desarrollo de nuevas lesiones en las imágenes de resonancia magnética (IRM) estudiadas por neuroimagen del SNC. El curso clínico de la EMRR se caracteriza por claras recaídas de la enfermedad con el desarrollo de nuevos déficits neurológicos o el empeoramiento de los síntomas anteriores que duran más de 24 horas; cada recaída suele estar separada del último ataque por al menos 1 mes de estabilidad. Los pacientes con recaída de la EM, ya sea con tratamiento con corticosteroides o de forma espontánea, pueden volver a su estado neurológico inicial o recuperarse parcialmente, con déficits neurológicos residuales.

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