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La tórtola turca se crió por primera vez en Gran Bretaña en 1955 en Norfolk. Antes de 1930 se limitaba a Turquía y los Balcanes en Europa, aunque se encontraba hasta el este de China. En los 20 años siguientes, amplió rápidamente su área de distribución hacia el noroeste, colonizando rápidamente la mayor parte de Europa, y ahora vive al norte del círculo polar ártico en Noruega y tan al sur como Marruecos y las Islas Canarias.

Por lo tanto, las tórtolas turcas sólo han vivido y se han reproducido en el Reino Unido durante unas pocas décadas, pero no fueron introducidas: se extendieron a nuevas áreas por sí mismas, ya que sus crías tienen tendencia a dispersarse a lo largo y ancho.

Las tórtolas turcas son una especie invasora y no nativa en Norteamérica, donde están muy extendidas desde que unas docenas de tórtolas turcas se escaparon de un recinto en las Bahamas en 1974. La expansión de su área de distribución por EE.UU. fue incluso más rápida que su propagación por Europa.

Se sabe que las tórtolas turcas jóvenes viajan a más de 600 km de distancia de su lugar de nacimiento. Estos viajes épicos, realizados por toda Europa, tienden a ser en dirección noroeste, lo que refleja la dirección de la expansión del área de distribución de la especie en el siglo XX.

Las tórtolas turcas son monógamas y pueden criar continuamente en regiones cálidas. Cuando una pareja tiene huevos en el nido, la hembra los incuba durante el día antes de cambiar al anochecer para que el macho los incube durante la noche.

Un factor que explica el éxito de la tórtola turca es su capacidad para criar durante todo el año si el clima es suave. También pueden empezar un nuevo nido antes de que las crías anteriores sean independientes, y la hembra aprovecha los descansos de la incubación para alimentar a las crías recién emplumadas.

Los nidos de la tórtola turca suelen consistir simplemente en una plataforma de palos, ¡no hay premios de construcción aquí! Suelen anidar en árboles o arbustos, pero también utilizan los edificios, prefiriendo las cornisas, los canalones y los soportes de las luces de seguridad o las antenas parabólicas.

Las tórtolas turcas son más pequeñas y de aspecto más delicado que las palomas torcaces, con un plumaje gris cremoso. Los adultos tienen un semicollar negro en la nuca. Su reclamo típico es un «coo Coo cuk» claro y persistente de tres notas que, según algunos, suena como «un-i-ted».

La población británica de tórtolas turcas comenzó a disminuir en 2005, aunque sigue siendo una de las 10 aves más comunes vistas en los jardines de BTO Garden BirdWatch. El descenso podría deberse al aumento del número de palomas torcaces, ya que ambas compiten potencialmente por los recursos, aunque se cree que la enfermedad de la tricomonosis también puede ser una de las causas.

La vida media de las tórtolas turcas es de unos tres años, aunque el récord es de unos impresionantes 17 años. La tórtola común alcanza la madurez sexual al año de edad.

El nombre científico de la tórtola común es Streptopelia decaocto. La primera parte viene del griego «streptos», que significa collar y «peleia» que significa paloma. La segunda parte es menos directa y proviene de un mito griego sobre una criada que se queja de su bajísimo salario de «decaocto» (dieciocho) piezas. La paloma fue creada por los dioses para avergonzar a su ama.

Si alguna vez has visto una huella detallada en la que un pájaro ha volado hacia una ventana, probablemente se trate de una tórtola turca. Sus plumas son tan polvorientas que, en una huella de ventana, a menudo se puede ver el detalle de las plumas individuales, el pico e incluso los párpados.