A muchas personas les resulta difícil expresar sus emociones. Algunas personas expresan en exceso lo que sienten y otras no comparten lo suficiente. Saber expresar tus emociones de forma precisa y medida te ayudará enormemente en tu vida personal, social y profesional.

Hay muchas teorías y técnicas que enseñan a reprimir o controlar las emociones. Sin embargo, se ha demostrado que este enfoque no es realmente eficaz. Las emociones y los sentimientos son espontáneos y automáticos, y están destinados a ser sentidos y expresados.

Se ha demostrado a nivel científico que evitar y reprimir las emociones puede tener consecuencias psicológicas negativas. Las terapias modernas, como la terapia de aceptación y compromiso, y otras prácticas como el mindfulness, pueden ayudarte a aceptar tus emociones y saber cómo tratarlas. Tus emociones son parte de ti y necesitan ser atendidas.

Por ejemplo, si eres una persona que experimenta mucha ansiedad emocional, puede que hagas ciertas cosas y te comportes de cierta manera en un intento de evitar esa ansiedad. Esto puede deberse a que no está seguro de cómo canalizarla y expresarla.

Esta represión emocional puede causar problemas físicos, como latidos rápidos del corazón, sudoración excesiva, temblores o problemas respiratorios. Cuando se reprimen los sentimientos, se crea tensión. Esta tensión puede concentrarse físicamente en zonas como el cuello, la cara, varios músculos y la columna vertebral.

Si, por el contrario, te aferras a estas emociones sin expresarlas, puedes ser susceptible de experimentar enfermedades psicosomáticas de las arterias, dolores de cabeza o problemas estomacales. Es un hecho indiscutible que las emociones influyen en nuestra salud física. Saber expresar tus emociones puede ayudarte a prevenir problemas físicos y dolores emocionales.

Sabe cómo expresar tus emociones en 11 pasos

Con un poco de entrenamiento y siguiendo estos sencillos pasos, podrás identificar mejor tus emociones y expresarlas adecuadamente. A continuación te presentamos un esquema de estos once pasos para que puedas empezar a ponerlos en práctica:

  1. Identifica la emoción y el sentimiento: Cuando algo cambia en tu cuerpo por reaccionar a algo, ya sea externo o algo dentro de tus propios pensamientos, debes preguntarte: ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué síntomas físicos estoy experimentando? ¿Cuál es la causa? ¿Por qué está sucediendo ahora?
  2. Aprende a reconocer tus sentimientos: Una vez que has detectado tus emociones y sentimientos, tienes que analizar la sensación que crea en ti. Es útil saber qué signos y gestos te delatan. Intenta hacer una lista de todas esas emociones y qué es exactamente lo que las delata físicamente.
  3. Presta atención a la reacción de tu cuerpo: Las emociones están reguladas por el sistema límbico y el sistema nervioso, y son difíciles de controlar cuando surgen por primera vez. Tómate un momento y deja que la emoción que sientes se asiente para poder pensar con claridad en ella, y en cómo vas a reaccionar ante ella.
  4. Presta más atención a cómo respondes a una situación determinada: Puedes sentir que la situación es lo que te pone nervioso, pero la raíz del problema es tu respuesta emocional a la situación. Obsérvate y te darás cuenta de que tu respuesta es la misma que cuando no encuentras un papel importante, o cuando te multan por una infracción de tráfico que no has cometido. Lo único que puedes cambiar es tu reacción.
  5. Expresa tus emociones de forma correcta y proporcional: Una vez que hayas comprendido plenamente el paso anterior, podrás expresar tus emociones de forma más controlada. Aun así, puedes aprender algunos pasos más que te ayudarán a entender lo que te ocurre para poder expresarlo con precisión.
  6. Comunícate con tu cuerpo y experiméntalo: Cuando tengas estas emociones fuertes, toma nota de la parte de tu cuerpo de donde se originan. Dales un color y una textura tangible. Colócalas en un lugar concreto e intenta establecer una relación diferente con ellas. Tú eres lo que comprende tu cuerpo y tus emociones; ellas no te poseen.
  7. Intenta ser sincero con lo que sientes y lo que haces: Si, en realidad, te sientes indiferente ante alguien o algo, ¿por qué seguir intentando que funcione? O si estás irritado, molesto y enfadado, por qué evitar una conversación que podría ayudarte a entenderte un poco mejor.
  8. Elige la mejor situación para expresarte: Si, por ejemplo, tienes un conflicto con tu jefe y quieres mantener una conversación constructiva con él, no llegarás a ninguna parte si eliges el momento equivocado para tenerla. Por lo tanto, examine la situación, las personas que le rodean y a usted mismo a la hora de decidir cuál será el mejor momento.
  9. Utilice una forma de comunicación positiva: Un tono agradable, la escucha activa, el contacto visual y el uso de frases sencillas como «me siento estresado» en lugar de «lo que ha pasado hoy en el trabajo me ha estresado tanto» le ayudarán a evitar una situación en la que tenga que volver a describir lo sucedido. La otra persona entenderá implícitamente que tu estrés está claramente causado por el trabajo.
  10. Utiliza tu cuerpo para ayudarte a expresar lo que sientes: En el proceso de explicar que estás estresado, pon tu mano en tu corazón, en tu cabeza o en tu estómago. Esto insinúa que estás experimentando sentimientos desagradables y que sería bueno para ti y tu entorno no seguir en ese estado.
  11. Visualizar y localizar tus emociones es esencial: Tú eres el encargado de gestionar tus propias emociones y sentimientos, sin reprimirlos ni ocultarlos. Necesitas expresarlas para poder aliviarte y aliviar tu mente, y para que ellas mismas puedan ser comprendidas.

Cómo calmar tus emociones por ti mismo

A veces el malestar emocional no tiene nada que ver con una situación concreta. Puedes estar triste por cosas que recuerdas, o por sentirte mal, o por cualquier pensamiento triste que pueda estar en tu cabeza. En estas situaciones, puedes aplicar lo que ya se ha mencionado: aceptar estos sentimientos como parte de ti mismo. Siente el malestar y acepta que eres una persona viva que debe valorar esos sentimientos.

Aceptarnos como seres emocionales es la clave para poder saber qué emociones son las que debemos retener y cuáles debemos expresar a los demás.

Las emociones forman parte de la evolución del ser humano como especie y son también las que definen y separan al ser humano del resto de los animales que habitan la tierra. Las emociones son naturales, así que no luches contra ellas una y otra vez. Déjalas estar y, mientras tanto, intenta relajarte. Busca otra cosa en la que ocupar tu mente, como hablar con alguien, escribir o dar un paseo.

Si experimentas emociones abrumadoras, como la rabia, intenta practicar un deporte intenso. Eso te permitirá descargar la ira contenida y el estrés que puede acumularse en tu interior.

Imágenes cortesía de Christian Schloe

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