1. Irónicamente, las personas más inmaduras piensan que son realmente maduras. Son muy buenos para juzgar a los demás y rebajarlos, pero casi incapaces de ver los defectos en ellos mismos. Niegan sus propias debilidades y no están dispuestos a admitir que son humanos y menos que perfectos, como todos los demás.
2. Las personas inmaduras afrontan los conflictos o desacuerdos por medios agresivos. Malinterpretan la empatía y la compasión como debilidad. Intentan establecer su superioridad y autoridad sobre otra persona degradándola o insultándola. Son de mente estrecha porque no tratan de aprender y comprender el punto de vista de otra persona.
3. Las personas inmaduras reaccionan muy negativamente ante la percepción de rechazo o abandono. Son muy amables cuando las cosas van a su manera, pero en cuanto no pueden controlar algo, son incapaces de actuar con elegancia bajo presión. Intentan darle la vuelta a la tortilla actuando como si te hubieran rechazado, en lugar de aceptar que todo el mundo tiene derecho a tener su propia opinión.
4. Las personas inmaduras no salen de su zona de confort, y se resienten con quienes lo hacen. Se encasillan a sí mismos y a otras personas en categorías cómodas de las que nunca salen, porque les da la apariencia de control. Se aferran a lo familiar y a lo conocido en su vida social y profesional. Esta es también la razón por la que son incapaces de afrontar la incertidumbre y las cosas que no pueden controlar en su vida.
5. Las personas inmaduras dan gas y culpan a los demás de sus acciones. Abusarán de ti y actuarán como si te hicieran un favor. Se aprovecharán de ti, y se victimizarán. Te arrastrarán antes de que tengas la oportunidad de exponerles su verdadero yo. Prefieren la compañía de personas que consideran inferiores o que son capaces de dominar. Como se preocupan tanto por su imagen pública, parecen ser superficialmente perfectos.
6. Las personas inmaduras anhelan lo que no pueden tener. Como su sentido de la autoestima se basa en un falso sentido del yo, depende de la validación externa. Cuando no pueden tener algo, esto supone una amenaza directa para su ego, que es incongruente con la forma en que se ven a sí mismos. Son impacientes y no pueden soportar la negación de la gratificación inmediata de sus necesidades y deseos egoístas.
7. Las personas inmaduras son materialistas y no captan el aspecto espiritual de la vida. Se esfuerzan por alcanzar el éxito en profesiones de corte de galleta y obtienen la aprobación a través de premios y posesiones materiales. Están vacías e insatisfechas por dentro, porque saben que no tienen el valor de superar sus límites y hacer algo significativo con sus vidas.
8. Las personas inmaduras nunca asumen responsabilidades. Ya sea en las relaciones o en los lugares de trabajo, nunca es su culpa. La razón por la que parecen estar atrapados en patrones de vida repetitivos es porque no pueden afrontar la verdad. Se niegan a asumir la responsabilidad de sus errores, convenciéndose falsamente de que otras personas o circunstancias son el problema.
9. Las personas inmaduras actúan de forma juvenil e infantil porque en realidad están ocultando una enorme inseguridad detrás de una sombra de egoísmo. No se han tomado el tiempo necesario para enfrentarse a su verdadero yo, y mantener las máscaras consume toda su energía.
10. Las personas inmaduras creen que son diferentes. Les encanta la idea de ser especiales. Les da una excusa para elevar su propia autoestima. Tienen un sentido de derecho ya sea por sus habilidades, talentos, apariencia, privilegios o personalidades.
11. Las personas inmaduras se toman todo como algo personal. Se ofenden fácilmente, ya que todo es un golpe para su ego. Están tan ensimismados que no comprenden que el mundo no gira en torno a ellos. Necesitan que se les asegure que son el centro del universo.
12. Las personas inmaduras no respetan los límites saludables de otras personas. Estas personas suponen la mayor amenaza para los inmaduros porque son realmente seguros y les devuelven su sombra. Estas personas les plantan cara y les recuerdan que no siempre tienen razón, lo que les quita la sensación de poder.
13. Las personas inmaduras ven el mundo en blanco o negro. Son incapaces de comprender la subjetividad de la naturaleza humana, y de ver las cosas desde otras perspectivas. Si no estás con ellos, estás contra ellos; es todo o nada. Asumen que sus opiniones, necesidades y deseos son los únicos que importan, y son muy fijas en sus costumbres.
14. Las personas inmaduras son cobardes. Pretenden tener el rugido de un león con el corazón de un ratón. Los hay de todas las formas y tamaños, de todas las edades y condiciones sociales. La mejor manera de reconocerlos es por el hedor de su ego colosal que apesta bajo el aroma de su perfume.