Un gran entrenador entiende que toma tiempo hacer cambios y ver los resultados de los cambios internos y de mentalidad. Por lo tanto, se instalan y toman la decisión de acompañar al cliente en los altibajos. Incluso si los clientes tardan más de lo esperado en alcanzar sus objetivos, se quedarán mientras el cliente esté dispuesto a hacer el trabajo.
Honesto
Un gran entrenador es honesto. No mienten a sus clientes sólo para que se sientan mejor consigo mismos. Si un cliente necesita saber que no se está esforzando lo suficiente, le dirán la verdad. Si un cliente necesita saber que sus objetivos son demasiado grandes, también se lo dirán. Los grandes entrenadores son siempre amables, pero no rehuyen la verdad.
Profesional
Un gran entrenador nunca es poco profesional. No los verás almorzando durante una sesión, apareciendo desaliñados o desarreglados o llegando tarde a una sesión. Siempre son puntuales y están bien vestidos. Si es necesario, están preparados con las notas de las sesiones anteriores y son capaces de guiar al cliente al instante en el debate del día.
Digno de confianza
Se puede confiar en los grandes entrenadores. Punto. Los clientes pueden estar seguros de que no se va a revelar inadvertidamente ninguna de sus informaciones personales o desafíos, pase lo que pase. Algunos coaches hablan de los retos y problemas de sus clientes utilizando seudónimos en las redes sociales. Un gran coach nunca hará esto. Todo lo que se discute durante una sesión se queda entre el entrenador y el cliente.
Modelado
Un gran entrenador cree en el modelado. Sirven de modelo a otras personas que tienen más éxito o que han logrado los objetivos que ellos quieren alcanzar y entienden que ellos también tienen que ser un modelo para sus clientes. Siguen sus propias reglas y cumplen su palabra. Esto sirve como una maravillosa inspiración y tranquilidad para los clientes que llegan a ver los principios, las creencias y las enseñanzas de un entrenador en la vida real.
Sincero
Los grandes entrenadores están centrados en el corazón. Son sinceros y se preocupan de verdad por sus clientes. Quieren ayudar y ser útiles. Están dispuestos a ir más allá de las expectativas del cliente. Los grandes coaches no consideran el coaching como un trabajo. Es una vocación.
Estos 20 rasgos de la personalidad le dirán si el coaching es algo que le saldrá naturalmente (todos podemos aprender a tocar el piano, pero Mozart era más que un pianista; era un maldito genio de la música), pero incluso si no es así, no hay que preocuparse. Siempre puedes potenciar los atributos que ya tienes y cultivar los que no tienes.
Recuerda, los grandes entrenadores se hacen, no nacen.