Nadie hace moda como Naomi Campbell. La supermodelo es capaz de llevar casi cualquier cosa. Los diseñadores han contado durante mucho tiempo con Campbell para dar vida a sus creaciones, y su inimitable forma de caminar añade un toque especial a innumerables colecciones. Su forma de caminar es legendaria, pero la influencia de Campbell va más allá de las pasarelas. La supermodelo británica ha cultivado un look personal que se reconoce al instante en cada estreno, gala o reunión a la que se digna asistir. Es cierto que existen fotos de Campbell en zapatillas de deporte o chándal, pero los grandes vestidos son su pan de cada día. Cuanto más dramática, sexy o atrevida es su elección de vestuario, más cómoda parece Campbell. Otras celebridades son conocidas por su compromiso con la facilidad «me he levantado así», mientras que el encanto de Campbell reside en su capacidad para hacer que los destellos parezcan una segunda naturaleza.
Atraída por los diseñadores que reflejan esa sensibilidad, Campbell ha llevado su parte justa de grandes nombres. Pero son los creadores que la han tocado personalmente los que se han ganado un lugar especial en su repertorio. Musa y amiga íntima del difunto Gianni Versace, ha llevado con maestría los diseños de su casa durante casi tres décadas. Su relación con el diseñador de Dior Homme, Kim Jones, dio lugar a una memorable aparición en la pasarela de su última colección de Louis Vuitton en 2018 y a una serie de candentes momentos de alfombra roja prestados por los chicos. Asimismo, su presencia en los primeros desfiles de Alexander McQueen dio lugar a una amistad de por vida y a varios trajes memorables. Azzedine Alaïa, el legendario modisto tunecino, también vistió a Campbell con gran éxito. Una presencia paternal en su vida desde la adolescencia, ella se refería cariñosamente al difunto diseñador como «papá».
Los mayores logros de la moda de Campbell están marcados por su atrevimiento. En los años 90, se decantó por las botas de plataforma hasta el muslo y los trajes a cuadros dignos de Clueless durante las salidas de la Semana de la Moda de Londres con su mejor amiga, Kate Moss. Entró en el nuevo milenio con un look estelar de AlaÏa tras otro, y la elegancia de sus prendas fue perfecta en eventos como los Premios CFDA 2000. Los momentos de vampirismo de Versace, como bajarse de la pasarela en la legendaria colección de primavera de 2018 y dirigirse directamente a la fiesta de aniversario de la Vogue italiana, mantuvieron la emoción. Y cuando salió del servicio comunitario obligatorio en 2007 con un slip dress plateado de Dolce & Gabbana y un corsé metálico a juego, fue el triunfo definitivo del estilo «nunca dejes que te vean sudar».
No hace falta mucho para que Campbell esté fabulosa. Aun así, se esfuerza al máximo. El pelo siempre está perfecto, el maquillaje impecable y los trajes impolutos. A sus 50 años, sigue apostando por nuevos diseñadores, ideas frescas y accesorios atrevidos. Campbell ha declarado que nunca se retirará de las pasarelas debido a su amor por ellas, y ese celo se extiende a todos los aspectos de la moda. Su respeto por la moda como industria, como forma de arte y como vía de expresión es lo que hace que su estilo sea icónico, y por eso esperamos que nunca cuelgue los tacones y deje la alfombra roja.
Naomi Campbell es una de las ponentes de la conferencia Fuerzas de la Moda 2020 de Vogue, que tendrá lugar los días 16 y 17 de noviembre. Más información y compra de entradas aquí.