La hemoglobina es una proteína rica en hierro que ayuda a los glóbulos rojos a transportar el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo. Si tienes anemia, tu cuerpo no recibe suficiente sangre rica en oxígeno. Esto puede hacer que se sienta cansado o débil. También puede tener dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza o un ritmo cardíaco irregular.
Hay muchos tipos y causas de anemia. La anemia leve es una condición común y tratable que puede ocurrir en cualquier persona. Algunas personas tienen un mayor riesgo de padecer anemia, como las mujeres durante su periodo menstrual y el embarazo y las personas que donan sangre con frecuencia, que no consumen suficiente hierro o ciertas vitaminas o que toman ciertos medicamentos o tratamientos, como la quimioterapia para el cáncer.
La anemia también puede ser un signo de una enfermedad más grave. Puede ser el resultado de una hemorragia crónica en el estómago. La inflamación crónica provocada por una infección, una enfermedad renal, un cáncer o una enfermedad autoinmune también puede hacer que el organismo produzca menos glóbulos rojos.
Su médico tendrá en cuenta su historial médico, su examen físico y los resultados de las pruebas para diagnosticar y tratar la anemia. Utilizará un sencillo análisis de sangre para confirmar que tiene una cantidad baja de glóbulos rojos o hemoglobina. Para algunos tipos de anemia leve o moderada, el médico puede recomendar suplementos de hierro de venta libre o con receta, ciertas vitaminas, terapia de hierro intravenoso o medicamentos que hacen que su cuerpo produzca más glóbulos rojos. Para prevenir la anemia en el futuro, el médico también puede sugerir cambios en la alimentación. Si tiene una anemia grave, su médico puede recomendarle transfusiones de glóbulos rojos.
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