Mucha gente utiliza el término «acoso» para describir cualquier trato en el lugar de trabajo que parezca injusto o excesivamente duro. Sin embargo, desde una perspectiva legal, el acoso tiene un significado muy específico: El acoso es una conducta

  • basada en una característica protegida de la víctima
  • ofensiva
  • no deseada, y
  • suficientemente grave o dominante como para afectar a las condiciones de trabajo de la víctima.

Para ganar una demanda por acoso, tendrá que probar cada uno de estos elementos en el tribunal.

Característica protegida

En términos legales, el acoso es un tipo de discriminación. En otras palabras, el acoso es ilegal sólo si se basa en la raza, el género, la edad, la discapacidad u otra característica protegida de la víctima. Las características protegidas están determinadas por las leyes federales -como el Título VII, la Ley de Estadounidenses con Discapacidades y la Ley de Discriminación por Edad en el Empleo- y por las leyes estatales y locales que prohíben la discriminación. (Para más información sobre las leyes federales que prohíben la discriminación, véase Leyes que prohíben la discriminación). Las quejas generales sobre las condiciones de trabajo no cumplen esta norma a menos que el empleado esté siendo sometido a una supervisión más dura o a normas más onerosas debido, por ejemplo, a su raza o género.

Conducta ofensiva

El acoso puede adoptar muchas formas, desde bromas despectivas basadas en la etnia o la edad hasta insultos y calumnias, pasando por amenazas y violencia física directa. En los casos de acoso sexual, el acosador puede insistir en que la víctima tenga una cita o acepte sus insinuaciones sexuales o pierda oportunidades de trabajo. Por ejemplo, un supervisor puede condicionar un aumento de sueldo o un ascenso a que la víctima acepte sus insinuaciones. Estos casos se denominan «quid pro quo».

El otro tipo de acoso se denomina «entorno laboral hostil». En estos casos, el acoso no da lugar directamente a medidas disciplinarias o a la pérdida de oportunidades, pero dificulta el trabajo de la víctima debido a las constantes burlas, comentarios despectivos, bromas, insinuaciones sexuales, etc. Este tipo de acoso puede adoptar la forma de comentarios sobre la característica protegida de un empleado o puede ser más sutil. Por ejemplo, un directivo puede tratar mejor a los trabajadores de una determinada etnia que a los demás. He aquí algunos ejemplos:

  • Un oficinista judío es objeto de bromas sobre el Holocausto y se le asigna un puesto de contabilidad porque, según su supervisor, «los judíos saben manejar el dinero»
  • Un vendedor afroamericano trabaja en un concesionario de automóviles. Sus compañeros de trabajo hacen comentarios racistas sobre los clientes no blancos; después de que él les diga que sus comentarios le parecen ofensivos, empiezan a referirse a sí mismos en broma como «el KKK.»
  • Una trabajadora administrativa con parálisis cerebral es imitada por su supervisor, que ridiculiza su forma de hablar y de caminar, la culpa de errores que no ha cometido y dice a sus compañeros que es incompetente «pero no podemos despedirla porque es discapacitada»

Comportamiento inoportuno

El acoso sólo es ilegal si la conducta o las declaraciones son inoportunas para la víctima. En muchos casos, esto no es realmente un problema; ser referido en términos ofensivos o despectivos o amenazado con violencia no es «bienvenido» para el receptor. Sin embargo, a veces es una cuestión controvertida en los casos de acoso sexual, porque algunas insinuaciones, comentarios o bromas de carácter sexual pueden no ofender al receptor. Si, por ejemplo, el acosador puede demostrar que la víctima también hizo bromas lascivas y no se mostró incómoda, la víctima tendrá más dificultades para demostrar que la conducta no fue bienvenida.

Severo o generalizado

En general, el acoso sólo es ilegal si existe un patrón o una serie de incidentes a lo largo del tiempo. Un comentario burlón, la petición de una cita o el uso de un epíteto intolerante no constituyen probablemente un acoso por sí mismos. Por otro lado, los tribunales han considerado que un solo acto puede ser acoso si el acto es realmente extremo, como una agresión física.

No existe una línea clara o un «número mágico» de incidentes en los que los insultos, las burlas y otros actos similares cruzan la línea para convertirse en acoso. Los tribunales examinarán todas las circunstancias para decidir si se ha producido acoso. Esto significa que el tribunal considerará todos los incidentes en su contexto. Cuanto más atroz sea cada incidente, menos será necesario para que un empleador sea considerado responsable de acoso.

Términos y condiciones de empleo

Hay varias formas en las que el acoso puede afectar a los términos y condiciones del empleo de la víctima. Si el acosador es un supervisor o alguien con autoridad para tomar decisiones laborales, el acoso puede adoptar la forma de una acción laboral negativa, como el despido, la no promoción o un traslado o reasignación no deseados.

En un caso de ambiente hostil, la víctima debe demostrar que considera razonablemente que el lugar de trabajo es abusivo u hostil como resultado del acoso. La palabra clave es «razonable»: No basta con que la víctima crea que el lugar de trabajo es hostil. Las circunstancias deben ser tales que un trabajador razonable en la posición de la víctima también encontraría el lugar de trabajo hostil.

Aprenda más sobre los recursos legales para el acoso del empleador.

Obtenga ayuda legal

Si se enfrenta al acoso en el trabajo, debe consultar con un abogado laboralista con experiencia. Un abogado puede ayudarle a determinar el mejor curso de acción y proteger sus derechos.

Este artículo es un extracto de The Essential Guide to Workplace Investigations, de Lisa Guerin (Nolo).

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