El protector solar se compone de partículas que hacen rebotar físicamente la radiación en la piel y reaccionan con los rayos UV. Cortesía de Korean Beacon.
Con la primavera en pleno apogeo y el verano a la vuelta de la esquina, sin duda todos tomaremos más el sol. Pero mientras se disfruta del calor, no hay que preocuparse por las quemaduras solares. Como nos han recordado sin cesar nuestros programas de televisión favoritos y quizás nuestras madres regañonas, el protector solar es esencial para proteger nuestra piel de los rayos UV, pero ¿cómo funciona exactamente esta loción?
El protector solar funciona bloqueando y absorbiendo los rayos UV mediante una combinación de partículas físicas y químicas. Las partículas físicas, como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, se utilizan para reflejar la radiación UV de la piel. Al mismo tiempo, los complejos ingredientes químicos del protector solar reaccionan con la radiación antes de que penetre en la piel, absorbiendo los rayos y liberando la energía en forma de calor.
La combinación de bloqueo y absorción de la radiación UV es especialmente importante para combatir tanto los rayos UVB como los UVA. La radiación UVB es la principal causa de las quemaduras solares y del cáncer de piel. Los rayos UVA, por su parte, penetran más profundamente en la piel y antes se pensaba que sólo causaban el envejecimiento de la piel y las arrugas. Sin embargo, investigaciones recientes han confirmado que los rayos UVA también desempeñan un papel importante en el desarrollo del cáncer de piel. Aun así, muchos protectores solares del mercado contienen ingredientes que sólo bloquean los rayos UVB, por lo que no proporcionan una protección suficiente contra la dañina radiación UVA.
Otro factor a tener en cuenta en los protectores solares es el factor de protección solar, o FPS, que suele considerarse erróneamente como la fuerza de la protección. Sin embargo, en realidad se refiere a cuánto tiempo tardan los rayos UVB en enrojecer la piel con protección solar en comparación con los que no la tienen. Por ejemplo, un FPS de 15 significa que la piel tardará 15 veces más en quemarse mientras se usa el producto en comparación con el que no lo tiene.
Por lo tanto, busque un protector solar que ofrezca protección tanto contra los rayos UVA como los UVB con un FPS de 15 o superior para poder disfrutar mejor de la diversión bajo el sol.