En los últimos años, las baterías de iones de litio se han convertido en la tecnología de baterías elegida para dispositivos portátiles, vehículos eléctricos y almacenamiento en red. Aunque cada vez más fabricantes de automóviles están introduciendo modelos electrificados en su oferta, la ansiedad por la autonomía y el tiempo necesario para recargar las baterías siguen siendo una preocupación común. Se sabe que las altas corrientes necesarias para acelerar el proceso de carga reducen la eficiencia energética y provocan un desvanecimiento acelerado de la capacidad y la potencia. La carga rápida es un problema multiescalar, por lo que es necesario comprender desde el nivel atómico hasta el nivel de sistema para entender y mejorar el rendimiento de la carga rápida. En este artículo se revisa la literatura sobre los fenómenos físicos que limitan la velocidad de carga de las baterías, los mecanismos de degradación que suelen derivarse de la carga a altas corrientes y los enfoques que se han propuesto para resolver estos problemas. Se presta especial atención a la carga a baja temperatura. Se presentan y evalúan críticamente protocolos alternativos de carga rápida. Se exploran las implicaciones de seguridad, incluida la posible influencia de la carga rápida en las características de desbordamiento térmico. Por último, se identifican las lagunas de conocimiento y se hacen recomendaciones para la dirección de futuras investigaciones. Se destaca la necesidad de desarrollar métodos fiables a bordo para detectar el recubrimiento de litio y la degradación mecánica. Las estrategias de optimización de la carga, basadas en modelos robustos, se identifican como la clave para permitir la carga rápida en todas las condiciones. Las estrategias de gestión térmica para enfriar las baterías durante la carga y precalentarlas cuando hace frío se consideran fundamentales, con especial atención a las técnicas capaces de alcanzar altas velocidades y buenas homogeneidades de temperatura.