Pregunta de revisión

La mayoría de los procedimientos quirúrgicos pueden requerir anestesia general (un estado de inconsciencia inducido médicamente en el que una persona no siente nada). Los tubos traqueales (un dispositivo que se introduce en la tráquea para mantener las vías respiratorias de una persona) desempeñan un papel fundamental en la cirugía. A menudo se necesita un ventilador mecánico para mantener la respiración del paciente durante la anestesia. Se trata de una máquina que ayuda a la persona a inhalar oxígeno y a exhalar dióxido de carbono. Hay dos tipos de tubos traqueales: uno está esposado, con un globo en el extremo del tubo que proporciona un sellado traqueal adecuado y evita que el contenido del estómago llegue a los pulmones. El otro es sin manguito, sin globo. Esta revisión se centra en los diferentes efectos de los tubos con y sin manguito en niños de hasta ocho años durante la anestesia general.

Antecedentes

Los niños tienen unas vías respiratorias más pequeñas y frágiles que los adultos. Existe la creencia de que los riesgos de lesiones de la tráquea y la laringe en los niños son mayores con el uso de tubos con manguito, aunque esta suposición no se basa en las pruebas actuales.

Las desventajas de utilizar un tubo sin manguito son un aumento de las fugas de aire alrededor del tubo, lo que dificulta la garantía de que el niño está respirando cantidades adecuadas de oxígeno. Además, la medición del volumen corriente (el volumen normal de aire desplazado entre la inhalación y la exhalación, ya sea por ventilación mecánica o no) se ve comprometida. Parece razonable suponer que los tubos con manguito tienen más probabilidades de ajustarse a la tráquea en el primer intento, mientras que los tubos sin manguito pueden requerir más intentos.

Características de los estudios

Esta revisión incluye ensayos con 2804 niños de hasta ocho años de edad, sometidos a anestesia general. Los ensayos evaluaron dos tipos de tubos con manguito: tubos convencionales y Microcuff™ (este último consiste en un tipo diferente de globo con niveles de presión bajos que es más adecuado para las tráqueas de los niños).

El resultado primario fue el estridor postextubación. Se trata de un problema potencialmente grave derivado del estrechamiento de la vía aérea y que puede identificarse por un ruido agudo tras la retirada de la sonda. Otros factores evaluados fueron la necesidad de cambiar la sonda por otra; volver a colocar la sonda; utilizar fármacos como la epinefrina (adrenalina) o el corticosteroide (un antiinflamatorio); e ingresar a un niño en una unidad de cuidados intensivos para tratar el estridor; el coste de los gases medicinales por niño; y la capacidad de administrar volúmenes adecuados de oxígeno.

Resultados clave

Dos ensayos (con 2.734 niños) midieron el estridor postextubación y no encontraron diferencias entre los grupos. La necesidad de cambiar los tubos por otros fue un 93% menor en el grupo de ETT con manguito. Un ensayo que incluyó a 70 niños demostró que las sondas con manguito redujeron la cantidad de gases anestésicos necesarios y, en consecuencia, el coste correspondiente.

Calidad de la evidencia

La calidad de la evidencia fue de baja a muy baja, ya que hubo problemas con los diseños de los estudios. Las comparaciones entre tubos esposados y no esposados deben interpretarse con precaución. Se necesitan más estudios para evaluar los beneficios y los riesgos de los dos tipos de tubos.

Conclusión e investigación futura

Se mantienen varias lagunas en la información disponible en torno a esta cuestión. Ensayos clínicos amplios y bien realizados deberían aclarar factores como la capacidad de estos tubos para proporcionar cantidades adecuadas de oxígeno y las complicaciones respiratorias que se producen con el uso generalizado de tubos con manguito en los niños.

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