Las tradiciones místicas afirman que los graznidos de las palomas suenan lúgubres y posiblemente reflejan emociones ocultas, reflejando las energías de las situaciones. La aparición de una paloma ante un individuo puede indicar que la persona debe examinar su vida hogareña y contemplar la realidad de su situación, comparándola con sus expectativas personales.
Los espiritualistas señalan que las palomas y los pichones pertenecen a la misma familia, pero difieren en sus asociaciones culturales. Mientras que las palomas son consideradas benditas y puras, las palomas son vistas como plagas sucias. La paloma es decidida, y el avistamiento de una paloma puede animar a un individuo a mantenerse firme a pesar de los formidables desafíos. Las palomas están más seguras en una bandada y también pueden simbolizar la fuerza y el apoyo que ofrece una comunidad. En la Biblia, las tórtolas y las palomas eran intercambiables como ofrendas de sacrificio a Dios. La palabra hebrea «yonah» puede traducirse como paloma o tórtola, pero en situaciones en las que se aceptaba una u otra, se prefería ligeramente la paloma.