La balista (plural ballistae) fue una de las primeras armas de artillería utilizadas por los antiguos griegos. La balista se inventó alrededor del año 400 a.C. en la ciudad griega de Siracusa. Fue una de las primeras catapultas, y lanzaba lanzas muy grandes y pesadas a grandes distancias. La balista se parecía a una gran ballesta. Se fabricaban en diferentes tamaños. Las más pequeñas lanzaban proyectiles más pequeños, como flechas y dardos a escala.
Los pasos para hacer funcionar la balista son:
- Tirar de la cuerda del arco con un torno, que crea tensión.
- Cargar la balista con un proyectil ligero, por ejemplo, dardos con puntas de hierro.
- Soltar la cuerda del arco, lanzando el proyectil.
Las balistas se utilizaban si se necesitaba un arma que disparara munición ligera y estrecha.
Imágenes para niños
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Pequeña ballesta romana reconstruida
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Romana ‘catapultanido’ en la Columna de Trajano
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Piedras balistas encontradas en una excavación en Jerusalén
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Reproducciones de la antigua artillería griega, incluyendo catapultas como el polybolos (a la izquierda en primer plano) y una gran, ballesta temprana conocida como gastraphetes (montada en la pared del fondo)
Componentes metálicos de la catapulta de Ampurias, encontrada en 1912 en la Neápolis de Ampurias