Estados Unidos encabeza las listas de encarcelamiento de más presos que cualquier otro país del mundo. En la actualidad, hay 2,3 millones de presos en las cárceles estadounidenses, según el Centro Internacional de Estudios Penitenciarios. Aunque China alberga una población más de cuatro veces superior a la de Estados Unidos, se sitúa por detrás de este país con apenas 1,6 millones de presos. Sólo en Colorado se ha cuadruplicado el número de presos en los últimos 20 años. Mientras los criminólogos de otras naciones industrializadas se asombran del gran número de presos estadounidenses, Estados Unidos tiene que lidiar con una población carcelaria creciente y con la cantidad de dinero que le cuesta a sus ciudadanos. La reforma del derecho penal se está llevando a cabo en muchos estados del país.
Para muchos espectadores, la política de sentencias del sistema judicial de Estados Unidos es excesivamente extrema. Los delitos, como el fraude bancario, los delitos menores contra la propiedad y otros delitos no violentos, no suelen recibir penas de prisión en otros países. Por ejemplo, el delito de robo en Estados Unidos tiene una condena media de 16 meses de prisión, mientras que en Canadá la misma pena recibe una condena de 5 meses.
Superpoblación carcelaria
Cerca de Tallahassee, Florida, la cárcel del condado de Gadsden está preparada para albergar a unos 150 reclusos; sin embargo, en la actualidad alberga a 230 reclusos, y la cifra aumenta continuamente. El Tribunal Supremo de EE.UU. ha considerado que el hacinamiento en las cárceles de California es tan extremo que lo calificó de «castigo cruel e inusual». La situación es la misma en los centros penitenciarios de todo el país. Esta epidemia de hacinamiento en Estados Unidos está causada por muchos factores, entre ellos:
- La perspectiva estadounidense de que los delincuentes deben ser encerrados lejos de la sociedad, sin importar la gravedad del delito.
- Se imponen severas sentencias de prisión a quienes cometieron delitos menores o no violentos.
- La tasa de reincidencia es alta debido al menor uso de programas de rehabilitación.
Los legisladores están decididos a revisar cuidadosamente las políticas actuales y hacer cambios donde puedan para disminuir la situación de hacinamiento.
Coste del encarcelamiento
El Centro de Sentencias y Correcciones publicó un estudio que afirma que cada recluso encarcelado en 2010, costó a los contribuyentes 31.307 dólares al año. Colorado específicamente tiene un promedio de 30.374 dólares por cada recluso. En estados como Nueva York, Washington y Connecticut, el coste se eleva a 60.000 dólares por recluso. En total, los 2 millones de presos encarcelados en las prisiones de Estados Unidos cuestan a los contribuyentes estadounidenses 63.400 millones de dólares anuales. Los residentes de Colorado pagaron más de 600.000 dólares en impuestos asignados a las prisiones estatales sólo en 2010.
¿Qué se está haciendo?
Muchos estados están promulgando cambios de política con el fin de reducir la población carcelaria, así como para controlar los costes gastados en el mantenimiento de las prisiones y el control de los reclusos. La atención se centra en reducir los costes de las prisiones adaptando los programas para dejar las opciones de encarcelamiento para los delincuentes más graves, y encontrar una forma adecuada de tratar al resto de la población criminal que no implique ser encarcelado. Estas son algunas de las formas en que los estados están tomando el control de su población penitenciaria:
- Los presos pueden reducir el tiempo de su condena obteniendo créditos al completar programas creados para reducir la reincidencia.
- Carolina del Sur y Kentucky han revisado sus políticas relativas a los delitos que implican el uso de sustancias controladas para los delincuentes por primera vez, y han reducido las penas de prisión en esos casos.
- Para determinados delitos graves contra la propiedad, algunos estados han aumentado el umbral en dólares para ajustarse a la inflación.
- La Oficina Federal de Prisiones ha promulgado un plan para liberar a los reclusos ancianos, discapacitados y enfermos que probablemente no supongan una amenaza para la sociedad. Conocido como la «liberación compasiva» de los presos, los delincuentes que tienen una enfermedad terminal o son necesarios para cuidar de los miembros de la familia que no tienen otro tutor, pueden ser liberados de la prisión antes de tiempo.
Como la cuestión de las prisiones superpobladas sigue plagando muchos estados, la legislación estatal y federal está siendo cuidadosamente considerado para el cambio.
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