Si desea realizar un voluntariado ético con elefantes, y desea saber más sobre ellos, los problemas a los que se enfrentan y quiere ser parte de la solución, el WFFT Elephant Rescue and Education Centre es el lugar al que debe acudir y realizar un voluntariado.
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El terreno boscoso que rodea el centro de rescate da a nuestros elefantes rescatados la oportunidad de deambular en un entorno casi natural. Hemos comprado grandes terrenos para hacer de estos bosques y praderas su hogar. Nuestros grandes recintos para elefantes, de hasta 5 hectáreas cada uno, con árboles naturales, lagos y zonas de pastoreo, permiten que nuestros elefantes tengan espacio para moverse y socializar con otros elefantes. Dirigimos el primer santuario de elefantes de Asia completamente libre de cadenas. Ningún elefante está encadenado, ni de día ni de noche.
Tailandia alberga tanto poblaciones salvajes como domesticadas del elefante asiático. La población doméstica se compone, lamentablemente, de animales capturados en la naturaleza o criados en cautividad. Estos animales han sido entrenados/criados para vivir y trabajar en la industria turística o maderera. En la actualidad, la población de elefantes salvajes de Tailandia lucha por sobrevivir. La población de elefantes salvajes de Tailandia se estima en 2.200 individuos, que viven en praderas abiertas y densas selvas tropicales repartidas por todo el país. Históricamente, los elefantes domésticos han sido utilizados predominantemente en la industria maderera, ayudando irónicamente y sin quererlo a destruir el mismo hábitat del que dependen para sobrevivir.
Después de la prohibición de la tala en 1989, la mayoría de los elefantes madereros acabaron siendo utilizados dentro de la industria turística o han sido utilizados para ganarse la vida mendigando en las calles de las grandes ciudades. Caminar día y noche por estas calles sucias y congestionadas por el tráfico es perjudicial para la salud del elefante y antinatural. Los elefantes que mendigan en la calle suelen verse implicados en accidentes de tráfico, en los que suelen morir tanto el elefante como el mahout.
Desgraciadamente, en Tailandia no existen actualmente leyes que impidan este abuso y maltrato. Por lo tanto, hay una necesidad urgente de ayudar a estos animales.