Los intestinos delgado y grueso pueden verse afectados por estados infecciosos, autoinmunes y fisiológicos. La inflamación de los intestinos se denomina enterocolitis, que puede provocar diarrea.

Los estados agudos que afectan a los intestinos incluyen la diarrea infecciosa y la isquemia mesentérica. Las causas del estreñimiento pueden ser la impactación fecal y la obstrucción intestinal, que a su vez pueden ser causadas por íleo, intususcepción, vólvulo. La enfermedad inflamatoria intestinal es una afección de etiología desconocida, clasificada como enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, que puede afectar a los intestinos y otras partes del tracto gastrointestinal. Otras causas de enfermedad son la pseudoobstrucción intestinal y la enterocolitis necrotizante.:850-862, 895-903

Las enfermedades del intestino pueden causar vómitos, diarrea o estreñimiento y alteraciones en las heces, como por ejemplo con sangre en las mismas. La colonoscopia puede utilizarse para examinar el intestino grueso, y las heces de una persona pueden enviarse para su cultivo y microscopía. Las enfermedades infecciosas pueden tratarse con antibióticos específicos, y las enfermedades inflamatorias del intestino con inmunosupresión. También puede utilizarse la cirugía para tratar algunas causas de obstrucción intestinal.:850-862

El grosor normal de la pared del intestino delgado es de 3-5 mm, y de 1-5 mm en el intestino grueso. El engrosamiento focal, irregular y asimétrico de la pared gastrointestinal en la TC sugiere una neoplasia. El engrosamiento segmentario o difuso de la pared gastrointestinal se debe con mayor frecuencia a una enfermedad isquémica, inflamatoria o infecciosa. Aunque es menos frecuente, los medicamentos como los inhibidores de la ECA pueden causar angioedema y engrosamiento del intestino delgado.

Intestino delgadoEditar

El intestino delgado está formado por el duodeno, el yeyuno y el íleon. La inflamación del intestino delgado se denomina enteritis, que si se localiza sólo en una parte se llama duodenitis, yeyunitis e ileítis, respectivamente. Las úlceras pépticas también son comunes en el duodeno.:879-884

Las enfermedades crónicas de malabsorción pueden afectar al intestino delgado, incluyendo la enfermedad celíaca autoinmune, el esprúe tropical infeccioso y el síndrome del intestino corto congénito o quirúrgico. Otras enfermedades más raras que afectan al intestino delgado son la úlcera de Curling, el síndrome del asa ciega, la enfermedad de Milroy y la enfermedad de Whipple. Los tumores del intestino delgado incluyen los tumores del estroma gastrointestinal, los lipomas, los hamartomas y los síndromes carcinoides.:879-887

Las enfermedades del intestino delgado pueden presentarse con síntomas como diarrea, desnutrición, fatiga y pérdida de peso. Las investigaciones que se llevan a cabo pueden incluir análisis de sangre para controlar la nutrición, como los niveles de hierro, folato y calcio, endoscopia y biopsia del duodeno, e ingestión de bario. Los tratamientos pueden incluir la renutrición y los antibióticos para las infecciones.:879-887

Intestino gruesoEditar

Las radiografías abdominales pueden utilizarse para visualizar el intestino grueso.

Las enfermedades que afectan al intestino grueso pueden afectarlo total o parcialmente. La apendicitis es una de estas enfermedades, causada por la inflamación del apéndice. La inflamación generalizada del intestino grueso se denomina colitis, que cuando está causada por la bacteria Clostridium difficile se denomina colitis pseudomembranosa. La diverticulitis es una causa común de dolor abdominal resultante de las salidas que afecta especialmente al colon. Las enfermedades funcionales del colon se refieren a trastornos sin causa conocida, como el síndrome del intestino irritable y la pseudoobstrucción intestinal. El estreñimiento puede deberse a factores relacionados con el estilo de vida, a la impactación de una deposición rígida en el recto o, en los neonatos, a la enfermedad de Hirschprung.:913-915

Las enfermedades que afectan al intestino grueso pueden provocar la expulsión de sangre con las heces, pueden causar estreñimiento o pueden provocar dolor abdominal o fiebre. Las pruebas que examinan específicamente la función del intestino grueso incluyen las ingestas de bario, las radiografías abdominales y la colonoscopia.:913-915

Recto y anoEditar

Las enfermedades que afectan al recto y al ano son extremadamente frecuentes, especialmente en los adultos mayores. Las hemorroides, salidas vasculares de la piel, son muy comunes, al igual que el prurito ani, referido al picor anal. Otras afecciones, como el cáncer anal, pueden estar asociadas a la colitis ulcerosa o a infecciones de transmisión sexual como el VIH. La inflamación del recto se conoce como proctitis, una de cuyas causas es el daño por radiación asociado a la radioterapia en otros lugares como la próstata. La incontinencia fecal puede ser el resultado de problemas mecánicos y neurológicos, y cuando se asocia a una falta de capacidad de vaciado voluntario se describe como encopresis. El dolor al defecar puede ser consecuencia de abscesos anales, pequeños nódulos inflamados, fisuras anales y fístulas anales:915-916

Las enfermedades anales y rectales pueden ser asintomáticas o presentarse con dolor al defecar, sangre fresca en las heces, sensación de vaciado incompleto o heces delgadas como un lápiz. Además de las pruebas habituales, las pruebas médicas utilizadas para investigar el ano y el recto incluyen el tacto rectal y la proctoscopia.

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