La inmunización activa es la inducción de la inmunidad tras la exposición a un antígeno. Los anticuerpos son creados por el receptor y pueden almacenarse de forma permanente.
La inmunización activa puede producirse de forma natural cuando un microbio u otro antígeno es recibido por una persona que aún no ha entrado en contacto con el microbio y no tiene anticuerpos prefabricados para defenderse. El sistema inmunitario acabará creando anticuerpos para el microbio, pero este es un proceso lento y, si el microbio es mortal, puede que no haya tiempo suficiente para que se utilicen los anticuerpos.
La inmunización activa artificial consiste en inyectar el microbio a la persona antes de que pueda asimilarlo de forma natural. El microbio se trata para que no dañe a la persona infectada. Dependiendo del tipo de enfermedad, esta técnica también funciona con microbios muertos, partes del microbio o toxinas tratadas del microbio. Un ejemplo común de esta forma de inmunización activa son las vacunas, que han dado lugar a varias controversias en el pasado e incluso en el presente con respecto a su seguridad.
Una de las principales preocupaciones a lo largo de los años con respecto a la inmunización y la vacunación en su conjunto en todo Occidente ha sido su rumoreada asociación con la aparición del autismo. Sin embargo, este rumor que comenzó en 1998 tras la publicación de un infame e inexacto artículo médico que desde entonces ha sido apodado como el fraude del autismo de la triple vírica de Lancet. El pánico masivo que desencadenó posteriormente ha sido catalogado como el engaño médico más perjudicial del último siglo, ya que ha hecho que los padres preocupados eviten por completo la vacuna triple vírica, poniendo así más vidas en peligro. A lo largo del siglo XX y, hasta ahora, a principios del siglo XXI, la eficaz inmunización activa asociada a la vacunación contra la poliomielitis ha contribuido a que la enfermedad esté casi erradicada en todo el mundo. Sin embargo, hasta la fecha, algunas zonas de Nigeria siguen siendo zonas notorias de infección de poliomielitis, incluso con el aumento de los esfuerzos de vacunación de la Organización Mundial de la Salud, las Naciones Unidas y la Fundación Bill y Melinda Gates. Gran parte de la preocupación y el rechazo que ha impedido la distribución efectiva de la inmunización activa contra la poliomielitis en algunas partes de Nigeria y otros lugares no sólo han sido la actividad terrorista y el asesinato de trabajadores humanitarios, sino también las falsas y rumoreadas iniciativas de esterilización de los médicos occidentales.