Resumen
Objetivo: Revisar los detalles históricos del derrame cerebral que precedió a la muerte de Robert E. Lee y ofrecer una perspectiva sobre la comprensión y el tratamiento de la enfermedad cerebrovascular a finales del siglo XIX. ANTECEDENTES: En la tarde del 28 de septiembre de 1870, Robert Edward Lee sufrió un derrame cerebral. Murió dos semanas después, a la edad de 63 años, poniendo fin a una de las vidas más memorables de la historia de Estados Unidos; sin embargo, poco se ha atendido a su muerte y a la naturaleza de su apoplejía. DISEÑO/MÉTODOS: Investigación del historial médico de Lee y de su muerte a partir de Lee – The Last Years (Los últimos años) de C.B. Flood; incluyendo los relatos de sus médicos, los doctores H.T. Barton y R.L. Madison, su amigo íntimo el coronel W.P. Johnston y su familia. RESULTADOS: En el otoño de 1870, mientras ejercía como presidente del Washington College, Lee experimentaba regularmente fatiga, falta de aliento con el esfuerzo y dolores en el pecho. Los diagnósticos anteriores incluían «reumatismo» e «inflamación pericárdica» – Fredericksburg (1863). El 28 de septiembre, Lee se puso de pie para dar las gracias durante la cena, «abrió la boca pero no salieron palabras». Volviendo a sentarse en su silla, «se inclinó, con un aspecto muy extraño y hablando incoherencias». Sus médicos no encontraron parálisis ni «apoplejía», pero diagnosticaron «congestión venosa del cerebro» secundaria a «agotamiento cerebral». En los días siguientes, los observadores notaron «⋯sus labios nunca emitieron un sonido!» y «en su mayor parte se comunicaba asintiendo o moviendo la cabeza». La terapia incluía reposo en cama, trementina, estricnina y morfina. La mañana del 12 de octubre, desarrolló un «pulso débil y rápido» y una «respiración superficial». Las últimas palabras de Lee fueron: «¡Dile a Hill que debe subir!» «¡Ataquen la tienda!» Sin embargo, su hija al lado de la cama recordó sólo «luchando» con «respiraciones largas y duras», y «en un momento estaba muerto». CONCLUSIONES: Lee sufrió angina crónica e insuficiencia cardíaca congestiva, con un probable infarto de miocardio durante la guerra. Su muerte se debió a un accidente cerebrovascular agudo, posiblemente cardioembólico, que se manifestó como afasia expresiva, y a las complicaciones respiratorias posteriores. Dada su afasia, las famosas últimas palabras de Lee son cuestionables.
Divulgación: El Dr. Southerland ha recibido una compensación personal en calidad de editor del Podcast de Neurología.