Conocida durante mucho tiempo por sus largas jornadas de trabajo, su naturaleza profundamente jerárquica y su énfasis en la armonía, es seguro decir que la cultura del trabajo en Japón es muy diferente a la de Occidente. Siga leyendo para conocer algunos de los aspectos más distintivos de la cultura laboral japonesa.

Si quiere trabajar en Japón, está de suerte. En los últimos años, Japón ha comenzado a abrir gradualmente sus puertas a los trabajadores extranjeros en respuesta a las carencias de mano de obra que deja el envejecimiento de su población, proporcionando nuevas y emocionantes oportunidades de trabajo a más de 300.000 obreros en 14 industrias. Pero, antes de empezar a planificar su traslado a Tokio, prepárese: profundamente arraigada en los valores tradicionales, la cultura laboral de Japón puede resultar chocante para quienes vienen del extranjero. Así que, tanto si está pensando en trabajar en una empresa japonesa como si simplemente siente curiosidad, no deje de consultar estas 5 sorprendentes características de la excepcionalmente singular y ritualizada cultura laboral japonesa.

Las largas jornadas de trabajo

Japón tiene una de las jornadas laborales más largas del mundo. De hecho, sus horas de trabajo son un tema tan importante que el «karoshi» -palabra que se traduce como «muerte por exceso de trabajo»- es una causa de muerte legalmente reconocida. El concepto de resistencia pasiva y perseverancia activa, también conocido como gaman y ganbaru, es muy valorado en la cultura japonesa y se refleja claramente en el lugar de trabajo. Según una encuesta del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, casi una cuarta parte de las empresas japonesas tenían empleados a tiempo completo que hacían más de 80 horas extras en un solo mes, y un 12% adicional superaba la marca de las 100 horas. Estas horas extra no suelen ser remuneradas. Además, muchos trabajadores japoneses tienen fama de no tomarse las vacaciones pagadas por miedo a molestar a sus compañeros. Pero las actitudes están cambiando con una nueva ley laboral puesta en marcha en 2019 para poner límites a la cultura del exceso de trabajo en Japón.

Beber después del trabajo

Una forma de etiqueta social que forma parte de las empresas tradicionales japonesas es beber con los compañeros después del trabajo, o nomikai. Conocido como nomunication, que combina la palabra japonesa para beber, nomu, y la palabra inglesa communication, esta práctica se considera una forma de soltarse y se utiliza para reforzar la camaradería entre los compañeros de trabajo, especialmente los jefes y los empleados. Estas sesiones nocturnas de bebida con el jefe pueden durar a veces horas hasta que alguien finalmente cede o se desmaya. El nomikai forma parte de la red de contactos en Japón, y la participación en este tipo de eventos puede ofrecer oportunidades a los empleados que buscan ascender en la escala empresarial. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha producido una creciente reacción contra la práctica del nomikai y muchos de los trabajadores de la generación más joven han empezado a abstenerse.

Sistema de antigüedad

La sociedad japonesa da mucha importancia a la relación jerárquica entre un senior y un junior. Conocido como el sistema nenkou-joretsu, este principio impregna la cultura empresarial japonesa, que otorga respeto y valor a la antigüedad. La importancia de la jerarquía tiene sus raíces en el confucianismo, que hace hincapié en las relaciones sociales basadas en la posición de cada individuo en la sociedad. Durante muchos años, las empresas japonesas también mantuvieron un sistema de salarios y ascensos basado en la antigüedad. Esto significaba que todos los nuevos empleados recibían un salario básico estándar y recibían aumentos de sueldo o ascensos en función de sus años de servicio y no de sus méritos. Esta práctica desalentaba a los empleados a cambiar de trabajo, ya que los empleados que se marchaban para unirse a otra empresa probablemente tendrían que empezar de nuevo desde el fondo del tótem con un salario más bajo. Sin embargo, en los últimos años, las empresas japonesas han pasado del sistema de antigüedad al sistema basado en el mérito, más reconocido a nivel mundial.

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Armonía de grupo

Tal vez uno de los valores más importantes de la cultura japonesa, la armonía de grupo (wa) prioriza las necesidades de la sociedad en lugar de los intereses u opiniones personales. En lugar de tomar decisiones basadas en la autoridad individual, las empresas japonesas tienden a adoptar un enfoque holístico, haciendo hincapié en el consenso del grupo con el fin de mantener una cooperación pacífica dentro de la organización. Se espera que los empleados vayan más allá para acomodarse unos a otros en nombre de la armonía. Por ejemplo, los trabajadores pueden abstenerse de tomar vacaciones para no convertirse en una carga para sus colegas o trabajar horas extras, ya que salir antes de tiempo suele considerarse un ejemplo de individualismo y egoísmo, rompiendo así la llamada «armonía» del equipo, lo que contribuye aún más al problema de la muerte por exceso de trabajo. Desde un punto de vista más positivo, los directivos japoneses también suelen asumir el papel de mentores, orientando a sus empleados y fomentando la armonía del grupo.

Espacio de trabajo de planta abierta

El énfasis japonés en la armonía entre los empleados se extiende a la disposición de la oficina, que a menudo tiene escritorios agrupados por equipos. En lugar de tener cubículos individuales, la estructura abierta de la oficina, o obeya-seido, busca romper las barreras entre los compañeros de trabajo para facilitar la comunicación y la cohesión en el lugar de trabajo. Debido a la estructura abierta de la oficina, no es raro que los lugares de trabajo japoneses estén abarrotados y sean ruidosos, lo que puede sorprender a quienes están acostumbrados a un entorno de oficina más tranquilo. Durante muchos años, el tabaquismo también ha desempeñado un papel importante en la cultura laboral japonesa, ya que las empresas establecían zonas de fumadores para los empleados, aunque cada vez más empresas han empezado a adoptar una política de no fumar.

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