Post escrito por
Andres Pira
Andres Pira es el director general de Blue Horizons Developments y el autor de Homeless to Billionaire
Cortesía de Andrés Pira
Con la era digital en su apogeo, todo se ha vuelto más rápido, más simple y más conveniente.
Hoy en día, cuando tenemos hambre, no tenemos que pasar por el minucioso proceso de preparar ingredientes, mezclarlos o saltearlos en una sartén, y lavar los platos después. Basta con un par de toques en nuestros teléfonos para que nos entreguen la comida en una hora.
Si echamos de menos a alguien y queremos verle de inmediato, ya no tenemos que esperar a que se despeje la agenda de uno de los dos o a viajar grandes distancias para verle. Tenemos Skype y FaceTime.
Con la tecnología avanzada, disfrutamos de la gratificación instantánea y hemos llegado a esperarla como un derecho básico. Al mismo tiempo, por desgracia, estamos olvidando poco a poco lo que significa ser paciente.
La paciencia es una habilidad que todos deberíamos poseer -Benjamin Franklin dijo: «El que puede tener paciencia puede tener lo que quiera», por una razón. Aunque no profundicé en el principio en mi libro, la paciencia es incuestionablemente elemental para el éxito.
La paciencia nos ayuda a alcanzar nuestras metas
El camino hacia el éxito es largo. No es algo que pueda lograrse de la noche a la mañana. Es más bien un proceso lento pero prometedor de crecimiento que, con la suficiente perseverancia, alcanza el umbral del éxito.
Lo que la mayoría de la gente no se da cuenta es que en el momento en que están a punto de tener éxito, se echan atrás. Empiezan a dudar. Empiezan a tener miedo, y es entonces cuando fracasan de verdad. Aquellos que esperan resultados de forma inmediata es poco probable que disfruten del dulce sabor del éxito.
La paciencia nos da tiempo para pensar estratégicamente
Cuando practicamos la paciencia, dejamos que las cosas -las que están dentro y fuera de nuestro control- se desarrollen antes de reaccionar. A medida que todo sigue su curso y cae en su sitio, tenemos una visión más clara y estratégica. Esto nos da tiempo suficiente para analizar la situación, pensar en los posibles pasos y soluciones siguientes, así como en sus resultados, y tomar las mejores decisiones posibles a nuestro favor.
La paciencia saca lo mejor de nosotros
¿Sabías que Michael Jordan ha fallado más de 9.000 tiros y ha perdido casi 300 partidos? Si le faltara paciencia, no se habría convertido en uno de los mejores jugadores de baloncesto de todos los tiempos.
El fracaso alimenta nuestra búsqueda, y la paciencia nos impide abandonar. Siendo pacientes, aprendemos de nuestros errores, nos volvemos mejores en lo que hacemos y, finalmente, alcanzamos la grandeza por la que nos hemos esforzado todo el tiempo.
La paciencia nos hace mejores líderes
Como líderes, necesitamos trabajar con la gente para ayudar a desarrollar sus habilidades y sacar lo mejor de ellos. Algunas de las personas con las que trabajamos aprenderán fácilmente. Sin embargo, algunas de ellas pueden necesitar un poco más de tiempo para adquirir conocimientos y habilidades y cometer errores en el camino. Si queremos ser buenos líderes, debemos ser pacientes con ellos. Debemos esperar a que florezcan mientras les inculcamos todo lo que sabemos.
Algunos de nosotros somos innatamente pacientes. Otros no lo somos. Es importante reconocer esto y detenernos cuando estamos exudando impaciencia. Deberíamos hacer un esfuerzo consciente para ser más pacientes. Recuerda, ¡todas las cosas buenas llevan su tiempo!
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