Introducción

La disfunción renal (DR) es un hallazgo común en la insuficiencia cardíaca (IC) y ha surgido como uno de los indicadores pronósticos más potentes en estos pacientes.1,2 Sin embargo, existen múltiples mecanismos diferentes capaces de iniciar una reducción de la tasa de filtración glomerular (TFG) en la IC, y el mecanismo subyacente a la reducción de la TFG tiene probablemente importantes implicaciones pronósticas y terapéuticas.3-6 Desgraciadamente, se ha avanzado poco en la diferenciación de estos posibles subtipos mecanísticos de ER.

Perspectiva clínica en p 239

El cociente nitrógeno ureico/creatinina en sangre (BUN/Cr) se ha utilizado ampliamente en medicina clínica para la diferenciación de la ER prerrenal de la enfermedad intrínseca del parénquima renal.7 La capacidad discriminativa del BUN/Cr se basa en los mecanismos intrarrenales que rigen el manejo tubular de la urea. En el contexto de un factor de estrés prerrenal, como la deshidratación, la activación neurohormonal renal significativa (es decir, el aumento de la vasopresina, la actividad nerviosa simpática renal y el eje renina-angiotensina-aldosterona) provoca una reabsorción desproporcionada de urea en comparación con la de creatinina.8-De forma similar, la ER inducida por la IC también se ha clasificado tradicionalmente como una forma prerrenal de ER, y se hipotetiza que la activación neurohormonal renal representa un contribuyente mecanístico prominente a la génesis de esta forma de ER.12 Como tal, la misma fisiología que permite que el BUN/Cr diferencie la enfermedad renal intrínseca crónica de la deshidratación debería aplicarse también a la diferenciación de la ER inducida por la IC. En particular, recientemente hemos informado de que el BUN/Cr puede diferenciar subgrupos clínicamente importantes de ER, como demuestra el hecho de que prácticamente todo el riesgo de mortalidad atribuible a la ER se limita a los pacientes con un BUN/Cr elevado.4

Dado que la mayoría de las formas prerrenales de ER son reversibles si se instaura el tratamiento adecuado, es plausible que algunas formas de ER inducida por la IC también sean reversibles. El hecho de que la mejora de la función renal (FRI) parece producirse en hasta el 30% de los pacientes con descompensación aguda de la IC con su vuelta a la compensación apoya esta posibilidad.13,14 Dado que un BUN/Cr elevado se asocia a menudo con una fisiología prerrenal reversible, planteamos la hipótesis de que un BUN/Cr elevado al ingreso identificaría a los pacientes con ER inducida por la IC reversible que mejorarían con el tratamiento de su IC descompensada. Sin embargo, dado que la IRF es transitoria en la mayoría de los pacientes, también planteamos la hipótesis de que, a pesar de esta posible reversibilidad, la DR, en el contexto de un BUN/Cr elevado, seguiría estando asociada a un empeoramiento de la supervivencia.13,14 El objetivo principal de este estudio era determinar si el BUN/Cr basal podía identificar a los pacientes con ER reversible y validar, en la misma población, nuestras observaciones previas de que la ER en el contexto de un BUN/Cr elevado se asocia con un empeoramiento sustancial de la supervivencia.

Métodos

Se revisaron los ingresos consecutivos de 2004 a 2009 en los servicios de cardiología y medicina interna del Hospital de la Universidad de Pensilvania con un diagnóstico de alta primario de IC congestiva. La inclusión requirió un nivel de péptido natriurético tipo B al ingreso de >100 pg/mL dentro de las 24 horas del ingreso, una duración de la estancia de 3 a 14 días y la disponibilidad de los niveles de creatinina sérica y BUN. Hubo 7 pacientes que no disponían de niveles de BUN al ingreso y que cumplían todos los demás criterios de inclusión, lo que explica que el número de pacientes de esta cohorte sea ligeramente inferior al de la cohorte principal de la que se derivó.13 Se excluyeron los pacientes en tratamiento renal sustitutivo o los ingresados en servicios de cardiología intervencionista (para evitar la confusión por nefropatía por contraste). En caso de múltiples hospitalizaciones de un mismo paciente, se retuvo el primer ingreso. La función renal tras el alta se determinó en el subconjunto de pacientes con datos disponibles como se ha descrito previamente.13

La TFG estimada (TFGe) se calculó utilizando la ecuación de dieta y enfermedad renal modificada de 4 variables.15 A menos que se indique lo contrario, el IRF se definió como un aumento de ≥20% en cualquier momento durante la hospitalización y el empeoramiento de la función renal (WRF) después del alta como una disminución de ≥20% en la TFGe desde el valor del alta hasta el valor ambulatorio, en consonancia con los estudios publicados anteriormente sobre IRF y WRF.3,5,6,13,14,16,17 La mortalidad por cualquier causa se determinó mediante el índice de mortalidad de la Seguridad Social.18 Las dosis de diuréticos de asa se convirtieron en equivalentes de furosemida con 1 mg de bumetanida =20 mg de torsemida =80 mg de furosemida para los diuréticos orales, y 1 mg de bumetanida =20 mg de torsemida =40 mg de furosemida para los diuréticos intravenosos. El estudio fue aprobado por la junta de revisión institucional del Hospital de la Universidad de Pensilvania.

Análisis estadístico

El objetivo principal de este análisis fue evaluar la asociación entre el BUN/Cr al ingreso y la FRI durante el tratamiento de la IC aguda descompensada. Para los fines del análisis primario y a menos que se especifique lo contrario, el BUN/Cr se trató como una covariable continua. Los valores indicados son la media±DE, la mediana (percentil 25-75) y el porcentaje. Para comparar las variables continuas se utilizó la prueba t de Student independiente o la prueba de suma de rangos de Wilcoxon. La prueba χ2 de Pearson se utilizó para evaluar las asociaciones entre variables categóricas. Los coeficientes de correlación de Spearman se utilizaron para examinar la dependencia estadística entre 2 variables. Para facilitar la interpretación de los estadísticos descriptivos relativos al BUN/Cr, esta variable se dicotomizó como ≥20 o <20 (de acuerdo con la práctica clínica habitual) para estos análisis. Se realizó un análisis de regresión logística multivariable para estimar la asociación entre el BUN/Cr y la IRF tras ajustar los posibles factores de confusión. Las covariables candidatas para los modelos multivariables se obtuvieron mediante el cribado de las características clínicas en busca de una asociación con la IRF a P≤0,2.13 Utilizando la eliminación hacia atrás, se mantuvo en el modelo final cualquier covariable cuya eliminación diera lugar a un cambio en la odds ratio (OR) para BUN/Cr >10%. Además, cualquier variable candidata asociada a la FRI con P<0,05 se mantuvo en el modelo, independientemente de su influencia en la OR. Las covariables que tenían un P>0,2, pero una base teórica de confusión potencial, fueron forzadas manualmente y posteriormente retenidas en el modelo final. Además, las covariables asociadas a la mortalidad con una P≤0,2 también se forzaron manualmente (y se mantuvieron) en el modelo final, para garantizar que la relación entre el BUN/Cr y la IRF no estuviera motivada por la mayor gravedad de la enfermedad en los pacientes con IRF o con un BUN/Cr elevado. Se incluyeron un total de 24 covariables en el primer paso de la construcción del modelo, y se mantuvieron 17 variables en el modelo final. Las OR se indicaron por cada 10 de aumento de BUN/Cr. Se utilizó un modelo de riesgos proporcionales para evaluar las asociaciones entre el tiempo y el evento con la mortalidad por todas las causas. Las covariables candidatas introducidas en el modelo fueron aquellas con asociaciones univariadas con la mortalidad por todas las causas P≤0,2 y la construcción del modelo se realizó de forma análoga a la descrita anteriormente para los modelos de regresión logística. También se informaron las razones de riesgo (HR) por cada 10 de aumento de BUN/Cr. Para examinar el efecto del BUN/Cr en la asociación entre la TFGe y la mortalidad, se trazaron curvas de Kaplan-Meier para la muerte por cualquier causa para las 4 combinaciones de grupos entre los pacientes con y sin un BUN/Cr elevado, definido como un BUN/Cr en el cuartil más alto en comparación con el más bajo (de acuerdo con estudios anteriores) y aquellos con y sin DR significativa (TFGe< 45 mL/min/1,73 m2).4 La significación estadística se determinó con la prueba de log-rank. Las HR específicas de cada estrato y los intervalos de confianza (IC) del 95% se derivaron de la modelización de riesgos proporcionales de los estratos individuales, y la significación de las interacciones se evaluó formalmente en modelos que incorporaban términos para el efecto principal de la función renal, el efecto principal de BUN/Cr y la interacción entre estas variables. Los análisis estadísticos se realizaron con Stata 12.0 (Statacorp, College Station, TX), y la significación estadística se definió como un valor P de dos caras <0,05, con la excepción de las pruebas de interacción en las que la significación se definió como un valor P <0,1.

Resultados

En total, 896 pacientes cumplieron los criterios de inclusión. El 31% de la población (n=278) experimentó FRI durante la hospitalización, con una mejora media de la TFGe en estos pacientes del 43,7±27,2%. El resto de la cohorte experimentó una mejora media de la TFGe desde el ingreso hasta la mayor TFGe durante la hospitalización de sólo el 5,3±6,7%. Se ha descrito previamente una descripción detallada de las características basales, la influencia del tratamiento y el pronóstico asociado a la IRF.13

La media del BUN/Cr basal en la cohorte fue de 18,6±7,7 con un valor mediano de 17 y un rango intercuartil de 13,3 a 22,2. El BUN/Cr basal mostró correlaciones muy débiles tanto con la creatinina sérica al ingreso (r=0,071; P=0,03) como con la TFGe (r=0,18; P<0,001). Las características basales de los pacientes con y sin un BUN/Cr ≥20 se muestran en la tabla 1. En particular, los pacientes con un BUN/Cr elevado tenían más probabilidades de ser de raza blanca, ser mayores y tener una causa isquémica de su IC. Los marcadores de congestión venosa eran más frecuentes en los pacientes con un BUN/Cr elevado, incluyendo una presión venosa yugular elevada y la presencia de edema periférico. Además, el grupo con BUN/Cr elevado presentaba múltiples índices basales consistentes con una mayor gravedad de la enfermedad de la IC, incluyendo una TFGe basal más baja, sodio sérico, hemoglobina y presión arterial sistólica, y un péptido natriurético tipo B más elevado.

Figura 1. Incidencia de la mejoría de la función renal durante la hospitalización con un cociente de nitrógeno ureico/creatinina en sangre (BUN/Cr) basal progresivamente mayor. El IRF indica la mejora de la función renal. La IRF se define como una mejora ≥20% en la tasa de filtración glomerular. Prueba de tendencia P<0,001.

En la población general, el BUN/Cr aumentó en promedio un 16,6±40,2% desde el ingreso hasta el alta (P<0,001). Curiosamente, no hubo una diferencia significativa en el grado de aumento del BUN/Cr entre los pacientes que cumplían los criterios para la IRF en el momento del alta, en comparación con los que no los cumplían (aumento del 14,7±39,5% frente al 17,0±40,3%; P=0,50). Esta falta de diferencia parecía estar impulsada predominantemente por el hecho de que los pacientes con IRF tuvieron una mejora relativamente mayor de la creatinina sérica (25,0% de mejora) en comparación con su mejora del BUN (13,8% de mejora), lo que en última instancia condujo a un empeoramiento neto del cociente.

Baseline BUN/Cr and Post-Discharge Renal Function

Baseline BUN/Cr, RD, and Mortality

El 44% de la población murió durante una mediana de seguimiento de 2,6 años. El BUN/Cr basal se asoció significativamente con un aumento de la mortalidad en esta población (HR, 1,8 por cada 10 de aumento; IC del 95%, 1,6-2,0; P<0,001), una asociación que persistió cuando se ajustó por el FGe basal (Tabla 3). El ajuste por características basales, condiciones médicas crónicas, uso de medicamentos y datos de laboratorio al ingreso no eliminó la asociación independiente del aumento de BUN/Cr con la mortalidad (Tabla 3). El FGe al ingreso también se asoció significativamente con la mortalidad (HR, 1,1 por cada 10 mL/min por cada 1,73 m2 de disminución del FGe; IC del 95%, 1,1-1,2; P<0,001), una asociación que persistió tras el ajuste por el BUN/Cr basal (HR, 1.1 por 10 mL/min por 1,73 m2 de disminución de la TFGe; IC del 95%, 1,1-1,2; P<0,001) y las características basales (HR, 1,1 por 10 mL/min por 1,73 m2 de disminución de la TFGe; IC del 95%, 1,0-1,1; P=0,017). En consonancia con nuestros hallazgos publicados anteriormente en otras poblaciones, hubo una modificación significativa del efecto del BUN/Cr en la asociación entre la TFGe y la mortalidad (interacción de p para las variables continuas = 0,04).4 En particular, en los pacientes con un BUN/Cr en el cuartil superior, el riesgo de muerte asociado a la TFGe al ingreso siguió siendo significativo (HR, 1,2 por cada 10 mL/min por cada 1,73 m2 de disminución de la TFGe; IC del 95%, 1,1-1,3; P<0,001). Sin embargo, en los pacientes con un BUN/Cr en el cuartil inferior, la TFGe ya no se asoció con la muerte (HR, 1,0 por cada 10 mL/min por cada 1,73 m2 de disminución de la TFGe; IC del 95%, 0,97-1,1; P=0,25; interacción p=0,029). En consonancia con nuestros hallazgos publicados anteriormente, esta modificación del efecto se vio reforzada por el ajuste de las características basales, incluyendo la edad, el sexo, la raza, la hipertensión, la enfermedad arterial coronaria, el péptido natriurético tipo B, el sodio sérico, la presión arterial sistólica, la frecuencia cardíaca, la dosis de diuréticos de asa y el uso de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o bloqueadores de los receptores de angiotensina (interacción de p para las variables continuas=0,016). Se observaron resultados similares cuando la TFGe se dicotomizó en pacientes con o sin ER moderada-grave (TFGe ≤45 mL/min por 1,73 m2), donde el riesgo asociado a la ER fue sustancial en aquellos con un BUN/Cr en el cuartil superior (HR, 2.2; IC 95%, 1,6-3,1; P<0,001) e indetectable en aquellos con un BUN/Cr en el cuartil inferior (HR, 1,2; IC 95%, 0,67-2,0; P=0,59; interacción p =0,03) (Figura 2). Aunque el riesgo de muerte asociado a la ER también difería entre aquellos con un BUN al ingreso en el cuartil superior frente al inferior (interacción p=0.08), cuando se examinaron en el mismo modelo tanto la interacción entre el BUN al ingreso y la DR como la interacción entre el BUN/Cr al ingreso y la DR, sólo la interacción entre el BUN/Cr y la DR siguió estando significativamente asociada a la mortalidad (p interacción BUN/Cr×RD=0,03; p interacción BUN×RD=0,26).

Tabla 3. Asociación entre BUN/Cr y mortalidad por todas las causas

Asociación HR (IC 95%) P
Sin ajustar 1.8 (1,6-2,0) <0,001
Ajustado por la TFGe al ingreso 1.7 (1,5-1,9) <0,001
Ajustado por las características basales* 1,3 (1,1-1,5) 0,001

El BUN/Cr se analizó como un parámetro continuo y los HR son por cada 10 de aumento del BUN/Cr. BUN/Cr indica relación nitrógeno ureico en sangre/creatinina; IC, intervalo de confianza; TFGe, tasa de filtración glomerular estimada; y HR, hazard ratio.

* Ajustado por edad, raza, hipertensión, diabetes mellitus, enfermedad arterial coronaria, fracción de eyección preservada, presión arterial sistólica, frecuencia cardiaca, dosis de diuréticos de asa, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o bloqueadores de los receptores de angiotensina, β-bloqueantes, digoxina, uso de tiazidas y espironolactona, sodio sérico, hemoglobina, nivel de péptido natriurético tipo B y FGe al ingreso.

Figura 2. Curvas de supervivencia de Kaplan-Meier agrupadas por la relación nitrógeno ureico/creatinina en sangre (BUN/Cr) y la disfunción renal. eGFR indica tasa de filtración glomerular estimada. BUN/Cr dicotomizado como el cuartil superior frente al inferior.

Discusión

El principal hallazgo de este estudio es la fuerte asociación entre un BUN/Cr elevado al ingreso y una mejora significativa de la función renal durante el tratamiento de la IC aguda descompensada. Incluso después de ajustar las comorbilidades que se sabe que afectan a la función renal, así como los medicamentos que influyen en la TFG, un BUN/Cr elevado al ingreso siguió estando fuertemente asociado a la IRF. Sin embargo, el IRF observado tras el tratamiento estándar de la IC descompensada fue con frecuencia transitorio, y la DR en el contexto de un BUN/Cr elevado siguió estando fuertemente asociada a una menor supervivencia. Estos hallazgos proporcionan una prueba de concepto de que no sólo puede ser posible la identificación prospectiva de formas potencialmente reversibles de DR, sino también que esta forma de DR parece representar, tal vez, el fenotipo cardiorrenal más importante desde el punto de vista del pronóstico en la IC.

La urea desempeña un papel fundamental y directo en la homeostasis del líquido y el sodio, procesos estrechamente regulados por los sistemas neurohormonales.8,9,20,21 En consecuencia, en momentos de avidez de líquidos y sodio, como la depleción de volumen intravascular o la IC, la tasa de excreción de urea se reduce de forma desproporcionada con respecto a la reducción de la TFG, lo que en última instancia conduce a un BUN/Cr elevado.10,22 Sin embargo, con la enfermedad intrínseca del parénquima renal, el defecto principal que conduce a la ER es la pérdida irreversible de nefronas y no la activación neurohormonal. Como resultado, la tasa de eliminación de urea se reduce en paralelo a la TFG, lo que da lugar a un BUN/Cr normal. Esta disociación mediada por las neurohormonas entre la reabsorción de urea y la filtración glomerular constituye la base de la aplicación clínica generalizada del BUN/Cr para diferenciar la ER prerrenal de la enfermedad intrínseca del parénquima renal. Dado el papel clave de las neurohormonas en la patogénesis tanto de la IC como de las formas prerrenales reversibles de la ER, esta fisiología puede representar el hilo conductor que vincula el hallazgo de la reversibilidad y el mayor riesgo de muerte.

Hemos informado previamente de que la mayoría de los pacientes que experimentan FRI durante el tratamiento de la IC descompensada tienen en realidad una recurrencia de la ER después del alta.13,14 Del mismo modo, en el presente análisis, observamos que un BUN/Cr elevado al ingreso también se asociaba a una mayor incidencia de IRF tras el alta, independientemente del FGe al alta o de los cambios en el FGe durante la hospitalización. Estas observaciones permiten especular sobre cómo el BUN/Cr podría identificar una forma de ER que es potencialmente reversible y que también se asocia a un aumento significativo de la mortalidad. Dado que los tratamientos de la IC actualmente disponibles no son capaces de aumentar la función renal hasta niveles supranormales, para que la mejora de la función renal sea posible, la ER reversible debe estar presente al inicio (siendo la patogénesis más probable la ER inducida por la IC grave). Dado que los pacientes que experimentan IRF estaban probablemente más enfermos al inicio y la mejora de la gravedad de la enfermedad es en gran medida transitoria, es comprensible que un BUN/Cr elevado pueda estar potencialmente asociado a una RD reversible pero también a un empeoramiento de la supervivencia. Sin embargo, también hemos informado previamente de que en los pocos pacientes que mantienen la IRF a largo plazo, puede haber realmente una mejora de la supervivencia asociada a la IRF.13 Aunque de nuevo es especulativa, esta observación plantea la posibilidad de que las estrategias dirigidas a inducir y mantener la IRF podrían conducir potencialmente a mejores resultados. Los marcadores, como el BUN/Cr, pueden permitir la identificación prospectiva de los pacientes con potencial para el IRF, facilitando los ensayos de intervención que pueden realmente probar o refutar la causalidad de estas asociaciones altamente complejas.

A pesar de los hallazgos prometedores de la prueba de concepto anterior, el BUN/Cr es una medida menos que ideal del manejo de la urea renal y está influenciado por factores no renales, como la dieta y el catabolismo proteico.23 Además, las estimaciones de la TFG basadas en la creatinina también tienen importantes limitaciones secundarias a factores como la dependencia de la creatinina sérica de la masa muscular y la secreción tubular.24 Recientemente, varios nuevos biomarcadores renales, como la lipocalina asociada a la gelatinasa de neutrófilos (NGAL), la N-acetil-β-D-glucosaminidasa (NAG) y la molécula de lesión renal 1 (KIM-1), han demostrado una alta especificidad en la detección de la lesión renal aguda.25 Además, en la actualidad, el marcador de filtración ampliamente disponible, la cistatina C, ofrece la ventaja de una influencia limitada de la masa corporal magra y la secreción tubular. Es razonable plantear la hipótesis de que, dadas las fuertes señales demostrables utilizando una métrica cruda, como el BUN/Cr, los biomarcadores renales mencionados pueden proporcionar una capacidad discriminativa superior.

Limitaciones

Hay varias limitaciones que deben considerarse al interpretar estos resultados. En primer lugar, dado el diseño retrospectivo del estudio, es imposible demostrar la causalidad y no se puede excluir la confusión residual. Los médicos no estaban cegados a las medidas de la función renal y, por tanto, pueden haber alterado las decisiones de tratamiento en respuesta a estos datos. Además, dado que los médicos tratantes no disponían de una metodología probada para detectar y tratar de forma óptima la ER reversible en esta población, es muy probable que algunos pacientes con ER reversible hayan sido refractarios al tratamiento que recibieron (o posiblemente hayan recibido un tratamiento que no produjo ninguna mejora o empeoramiento de la función renal) y, por tanto, no hayan experimentado un IRF. Esta posibilidad puede haber llevado a una subestimación sustancial de la magnitud de la asociación entre el BUN/Cr y la ER reversible. Además, los factores no neurohormonales, como la dieta y el catabolismo proteico, que influyen en la reabsorción de urea, pueden haber introducido posibles factores de confusión no controlados. Dado el lento tiempo de equilibrio y los factores no renales que influyen en la creatinina sérica, la evaluación de la IRF basada en el FGe basado en la creatinina también puede haber introducido un sesgo. El análisis de la función renal tras el alta tiene un alto grado de datos perdidos, que probablemente no son aleatorios y, por lo tanto, pueden tener un sesgo significativo inherente a los resultados. Como resultado de las limitaciones anteriores, nuestros hallazgos deben ser considerados como generadores de hipótesis y sirven principalmente para iniciar nuevas investigaciones.

Conclusiones

En el entorno de la IC descompensada, un BUN/Cr elevado identifica a los pacientes con probabilidad de experimentar IRF, proporcionando una prueba de concepto de que la RD reversible puede ser una entidad discernible. Sin embargo, la mejora de la función renal observada tras el tratamiento estándar de la IC descompensada parece ser en gran medida transitoria y, quizás como resultado, la ER en el entorno de un BUN/Cr elevado sigue estando fuertemente asociada a un empeoramiento de la supervivencia. Se justifica una mayor investigación para desarrollar una metodología para la detección y el tratamiento óptimos de estos pacientes de alto riesgo con el objetivo de facilitar mejoras sostenidas en la función renal y potencialmente en los resultados clínicos.

Fuentes de financiación

El estudio contó con el apoyo de los números de subvención 5T32HL007891, 5T32HL007843-15 y 1K23HL11486-01 de los Institutos Nacionales de Salud.

Divulgaciones

Ninguna.

Notas al pie

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