Cuando necesitas celebrar el día del partido o simplemente quieres una comida divertida en una noche en la ciudad, las alitas de pollo pueden hacer que casi cualquier celebración se sienta bien. Las cifras no mienten: según el New York Post, en 2017 los estadounidenses engullían una media de 290 alitas al año, y esas cifras no han disminuido desde entonces. Cuando se trata de encontrar alitas de pollo saludables, las cadenas populares como Hooters y WingHouse pueden parecer las peores opciones si se quiere seguir un plan de alimentación recto. Pero no hay que renunciar a este invento de Buffalo, Nueva York, ya que las alitas de pollo contienen en realidad algunas sorpresas nutricionales que pueden hacer que cualquiera vuelva a por esa segunda ronda.
Encontrar nuevas recetas en las que utilizar alitas de pollo puede resultar desalentador, sobre todo si no nos apetece sacar la freidora. Los tiempos cambian, y resulta que incluso si decides preparar unas clásicas alitas crujientes en casa, cada porción contiene una tonelada de nutrientes. Según EU Poultry, las alitas casi no contienen carbohidratos y tienen altos niveles de proteínas. La propia carne tiene altas cantidades de vitaminas A, E, D y K, y una amplia gama de minerales importantes como el hierro y el calcio.
Con tantas bondades en una pequeña alita, ahora sólo hay que averiguar cómo cocinarlas para obtener los máximos beneficios.