Por Megan PomfretActualizado el 1 de abril, 2020

Por Megan PomfretActualizado el 1 de abril de 2020

Es difícil ver la luz y la alegría cuando has perdido toda esperanza.

La vida sucede-el mundo no es siempre sol y arco iris. Te sientes como si te hubieran derribado una vez más.

Se vuelve agotador y agotador volver a levantarse constantemente una y otra vez. Es difícil entender qué has hecho para merecer el dolor por el que estás pasando, la agonía que te está rompiendo el corazón y los pensamientos que ahora están en tu mente.

Te sientes inútil; te sientes perdido. Te sientes insignificante, y sientes que no hay nada que te saque de este lugar oscuro, que nadie entiende por lo que estás pasando.

Se vuelve agotador intentar tanto y ver una salida al dolor. Sientes que tu familia y tus amigos están hartos de ti y desean que pongas una sonrisa en tu cara y superes el problema con el que estás lidiando. Quieren ayudarte; lo han intentado, pero no puedes sentir ni entender lo que dicen. Estás demasiado ocupado con tus sentimientos de dolor. La perspectiva de pasar más años sintiéndote así es dolorosa.

¿Por qué deberías seguir adelante?

Porque, como dije al principio, la vida pasa, y la vida sigue adelante, y el tiempo es el mayor sanador. Suena a tópico, pero tienes todo el tiempo del mundo. No hay una fecha límite para sentirte mejor o para convertirte en la persona que quieres ser.

Sólo tienes que confiar en que el lugar en el que estás ahora mismo te está enseñando una lección. Tienes que creer que tu dolor te ha convertido en una versión mejor y más fuerte de ti mismo para enfrentarte al mundo.

No puedes rendirte. No estás perdido. Estás aquí y exactamente donde debes estar.

Es fácil creer que rendirse es la opción correcta y fácil, pero tienes tanta gente que te quiere y te desea feliz. La familia y los amigos que crees que están hartos de ti sólo están preocupados; quieren ver esa sonrisa porque echan de menos esa sonrisa. Echan de menos su rayo de sol.

Sé presente.

No pienses en el pasado, porque no puedes cambiarlo. No pienses en el futuro: aún no ha ocurrido. Disfruta de este momento en el que estás ahora mismo y haz ese cambio:

Ve a hacer ese ejercicio, ve a enviar un mensaje de texto a ese chico, ve a abrazar a tus padres, ve a decirles a tus amigos que estás agradecida y que los quieres.

¡Aprecia todas las cosas pequeñas!

La cama en la que te acuestas, la comida que comes, los ojos que ves a través de ellos, el pelo que te cepillas. Mira a tu alrededor y agradece tu vida y las cosas que tienes en este momento.

En este momento, te darás cuenta de lo afortunado que eres realmente. Recuerda siempre: tienes esto.

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