28 Dic Los signos de la neumonía y cómo evitar contraerla

Publicado a las 06:42hin Respirar mejor, Infecciones & Neumonía, UncategorizedPERF

La neumonía es una infección que inflama los sacos de aire de los pulmones y provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. La enfermedad puede ser leve o grave; incluso puede poner en peligro la vida.

¿Cuáles son los signos de la neumonía en contraposición a los de un resfriado o una gripe?

La neumonía leve puede provocar síntomas muy parecidos a los de un resfriado o una gripe, pero que duran más tiempo. Otros síntomas más reconocibles de la neumonía son:

  • Dolor en el pecho al toser o incluso dolor con sólo respirar
  • Confusión, especialmente en adultos de 65 años o más
  • Tos que produce flema
  • Fatiga
  • Fiebre, sudoración y escalofríos
  • Temperatura corporal más baja de lo normal
  • Fiebre persistente de más de 38 grados
  • Náuseas vómitos o diarrea
  • Dificultad para respirar

Si experimenta alguno de estos síntomas, debe acudir al médico, especialmente si es mayor de 65 años o tiene una enfermedad subyacente o un sistema inmunitario debilitado.

¿Qué causa la neumonía?

Se puede desarrollar una neumonía por varios lugares y por diversos gérmenes. En la comunidad, puede infectarse con bacterias como el Streptococcus pneumoniae, o con un organismo similar a las bacterias como el Mycoplasma pneumonia. Los hongos del suelo o de los excrementos de los pájaros también pueden provocar la aparición de neumonía, especialmente en personas con problemas de salud crónicos o con el sistema inmunitario debilitado. Por último, los virus, como los que causan los resfriados y la gripe, también pueden provocar neumonía.

La neumonía contraída en hospitales o centros de salud de larga duración puede ser especialmente peligrosa, porque el organismo que la causa puede ser resistente a los antibióticos. El hecho de estar hospitalizado o de recibir cuidados de larga duración también puede aumentar el riesgo de que la infección sea más grave, puesto que ya está enfermo.

La neumonía también puede desarrollarse por aspiración, es decir, por inhalación de alimentos, bebidas, vómitos o saliva hacia los pulmones. Esto puede ocurrir cuando algo perturba su reflejo nauseoso normal, como una lesión cerebral, un problema de deglución o el consumo de cantidades excesivas de alcohol o drogas.

Factores que aumentan el riesgo de neumonía

Si tiene 65 años o más, corre un mayor riesgo de padecer neumonía. Esto es un hecho simple, no importa si está en forma y saludable.

Si también tiene EPOC, asma o enfermedad cardíaca, su susceptibilidad a la neumonía es mayor.

Fumar aumenta su riesgo de contraer neumonía porque daña las defensas naturales de su cuerpo contra las bacterias y los virus.

Si tiene un sistema inmunológico debilitado o suprimido, también es más susceptible. Esto incluye a las personas que tienen VIH/SIDA o que reciben quimioterapia o esteroides a largo plazo o que han recibido un trasplante de órganos.

Estar hospitalizado puede aumentar el riesgo de contraer neumonía, especialmente si está conectado a un ventilador para ayudarle a respirar.

Para obtener información sobre el riesgo de la neumonía asociada al COVID-19, lea la entrada de nuestro blog aquí.

No es sólo la neumonía en sí lo que es peligroso; son las posibles complicaciones

Incluso si recibe tratamiento para la neumonía, corre el riesgo de desarrollar estas complicaciones, especialmente si pertenece a un grupo de alto riesgo:

  • Bacterias en el torrente sanguíneo. Sus células sanguíneas pueden propagar la infección a otros órganos del cuerpo.
  • Problemas respiratorios. Si tiene una enfermedad subyacente como la EPOC, la neumonía puede dificultar aún más su respiración.
  • Acumulación de líquido en los pulmones o alrededor de ellos. Si esto ocurre y el líquido se infecta, es posible que haya que drenar el líquido a través de una sonda torácica o incluso operar.
  • Podría formarse pus en una cavidad del pulmón, creando un absceso. Esto podría tratarse con éxito con antibióticos, pero a veces es necesaria la cirugía o el drenaje para eliminar el pus.

Cómo prevenir la neumonía

La primera línea de defensa comienza con sus hábitos de vida. Duerma lo suficiente, coma alimentos nutritivos y haga ejercicio regularmente. Estar sano y en forma le hace menos susceptible a la enfermedad. He aquí otras tres medidas importantes que debe tomar:

  • No fume.
  • Lávese las manos con frecuencia o utilice un desinfectante para manos.
  • Vacúnese contra la neumonía. Hable con su médico sobre cuál es la mejor vacuna para usted.

La información para este artículo se obtuvo de la Clínica Mayo.

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