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¿Qué tipo de «luchador» es usted?
¿Qué causa el conflicto?
La ira y el conflicto
¡La lucha justa al rescate!
La lucha justa: reglas básicas
La lucha justa: paso a paso. …
Cuando nada parece funcionar
Lectura recomendada

¿Qué tipo de «luchador» es usted?

¿Evita usted…?

  • Evitar el conflicto a toda costa?
  • ¿Siente que cualquier crítica o desacuerdo es un ataque contra usted?
  • ¿Golpea «por debajo del cinturón» y lo lamenta después?
  • ¿Se siente fuera de control cuando surge un conflicto?
  • ¿Se retira y se calla cuando está enfadado?
  • ¿Aguarda quejas del pasado lejano?

En un momento u otro, la mayoría de nosotros ha hecho una o más de estas cosas. Esto se debe a que en la mayoría de las relaciones, el conflicto surge inevitablemente, y para muchos de nosotros crea un malestar significativo. Sin embargo, si se maneja adecuadamente, el conflicto puede fortalecer las relaciones y mejorar nuestra comprensión mutua.

¿Qué causa el conflicto?

El conflicto puede surgir siempre que las personas -ya sean amigos cercanos, miembros de la familia, compañeros de trabajo o parejas románticas- no estén de acuerdo con sus percepciones, deseos, ideas o valores. Estas diferencias pueden ser desde triviales hasta desacuerdos más significativos, pero independientemente del contenido del desacuerdo, el conflicto a menudo despierta fuertes sentimientos.

Enfado y conflicto

Los desacuerdos pueden llevar a las personas a sentirse enfadadas y heridas. Sentirse enfadado no es necesariamente un problema si ese enfado se maneja de forma constructiva; sin embargo, el enfado suele empeorar por creencias comunes que no son necesariamente ciertas. Por ejemplo, muchas personas aprendieron de niños que estar enfadado significa estar fuera de control, actuar de forma infantil o ser agresivo. La verdad es que la ira es una emoción humana normal, tan normal y saludable como la alegría, la felicidad y la tristeza.

¡La lucha justa al rescate!

La lucha justa es una forma de gestionar eficazmente los conflictos y los sentimientos que los acompañan. Para luchar de forma justa, sólo tienes que seguir unas pautas básicas que te ayuden a evitar que tus desacuerdos se enquisten o sean destructivos. Esto puede ser difícil cuando crees que el punto de vista del otro es irracional o simplemente injusto. Pero recuerde que él o ella puede pensar lo mismo sobre sus ideas.

Pelea justa: reglas básicas

Mantenga la calma. Intenta no reaccionar de forma exagerada ante situaciones difíciles. Manteniendo la calma es más probable que los demás consideren tu punto de vista.

Expresa los sentimientos con palabras, no con acciones. Si empieza a sentirse tan enfadado o molesto que cree que puede perder el control, tómese un «tiempo muerto» y haga algo que le ayude a calmarse: dé un paseo, respire profundamente, juegue con el perro, escriba en su diario… lo que sea que le funcione.
Sea específico sobre lo que le molesta. Las quejas vagas son difíciles de trabajar.
Trate sólo un tema a la vez. No introduzca otros temas hasta que cada uno haya sido discutido por completo. Esto evita el efecto «fregadero» en el que la gente lanza todas sus quejas sin permitir que se resuelva nada.
No golpee por debajo del cinturón. Atacar áreas de sensibilidad personal crea una atmósfera de desconfianza, ira y vulnerabilidad.
Evite las acusaciones. Las acusaciones harán que los demás se centren en defenderse en lugar de comprenderle a usted. En su lugar, hable de cómo le han hecho sentir las acciones de alguien.
Intente no generalizar. Evite palabras como «nunca» o «siempre». Este tipo de generalizaciones suelen ser inexactas y aumentarán las tensiones.
Evite la invención. Exagerar o inventar una queja -o sus sentimientos al respecto- impedirá que afloren los verdaderos problemas. Limítese a los hechos y a sus sentimientos sinceros.
No acumule. Almacenar muchas quejas y sentimientos heridos a lo largo del tiempo es contraproducente. Es casi imposible lidiar con numerosos problemas antiguos para los que los recuerdos pueden diferir. Intente afrontar los problemas a medida que vayan surgiendo.
Evite el bloqueo. Sólo se pueden obtener resultados positivos con una comunicación bidireccional. Cuando una persona se calla y deja de responder a la otra, puede producirse frustración y enfado. Sin embargo, si sientes que te agobias o te cierras, puede que necesites hacer una pausa en la discusión. Simplemente hazle saber a tu pareja que volverás a la conversación en cuanto puedas y no te olvides de hacer un seguimiento.
Establece reglas básicas comunes. Incluso puede pedir a su pareja en conflicto que lea y discuta esta información con usted. Cuando ambas personas aceptan unas reglas básicas comunes positivas para gestionar un conflicto, la resolución es mucho más probable.

Pelea justa: paso a paso…

  1. Antes de empezar, pregúntese: «¿Qué es exactamente lo que me molesta? ¿Qué quiero que la otra persona haga o deje de hacer? ¿Están mis sentimientos en proporción al asunto?»
  2. Sabe cuáles son sus objetivos antes de empezar. ¿Cuáles son los posibles resultados que podrían ser aceptables para usted?
  3. Recuerde que la idea no es ganar sino llegar a una solución mutuamente satisfactoria del problema.
  4. Fije una hora para una discusión con su pareja en conflicto. Debe ser lo antes posible, pero de forma aceptable para ambas personas. Si se le propone una conversación a alguien cuando no está preparado, puede sentirse como si tuviera que defenderse de un ataque. Si encuentra resistencia a fijar una hora, intente ayudar a la otra persona a ver que el problema es importante para usted.
  5. Exponga el problema con claridad. Al principio, intente ceñirse a los hechos; luego, una vez expuestos los hechos, exponga sus sentimientos. Utilice mensajes «yo» para describir los sentimientos de ira, dolor o decepción. Evita los mensajes «tú» como «me haces enfadar….»; en su lugar, prueba con algo como «me siento enfadado cuando tú….»
  6. Invita a la otra persona a compartir su punto de vista. Procura no interrumpir y trata de escuchar realmente sus preocupaciones y sentimientos. Intente reafirmar lo que ha escuchado de manera que su pareja sepa que lo ha entendido completamente, y pida a su pareja que haga lo mismo con usted.
  7. Intente adoptar la perspectiva del otro; es decir, intente ver el problema a través de sus ojos. El punto de vista del contrario puede tener sentido para usted, aunque no esté de acuerdo con él.
  8. Proponga soluciones concretas e invite a la otra persona a proponer también soluciones.
  9. Discuta las ventajas y desventajas de cada propuesta.
  10. Esté dispuesto a transigir. Permitir a la otra persona una sola opción dificultará la resolución de la preocupación. Cuando lleguéis a un acuerdo sobre el camino a seguir, celebradlo. Decidan juntos un momento para revisarse, discutir cómo están funcionando las cosas y hacer cambios en su acuerdo si es necesario. Si no se ha llegado a una solución con respecto al problema original, programen un momento para volver a tratar el tema y continuar la discusión.

Cuando nada parece funcionar

A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos de lucha justa, un desacuerdo o conflicto parece insuperable. Cuando esto ocurre, hablar con un profesional capacitado puede ayudar. Un mediador capacitado puede ayudarle a comunicarse más eficazmente y, finalmente, a encontrar una solución. Los servicios de mediación se ofrecen a través de la Oficina del Defensor del Pueblo de la UT, (512) 471-3825. Alternativamente, el CMHC de la UT ofrece asesoramiento a corto plazo para individuos y parejas que tienen dificultades para manejar los conflictos, así como asesoramiento para otras preocupaciones que pueda tener. También hay una línea de crisis del CMHC disponible 24 horas al día, 7 días a la semana en el (512) 471-2255.

Lectura recomendada

La danza de la ira: A Woman’s Guide to Changing the Patterns of Intimate Relationships por Harriet Lerner. HarperCollins, 1997.
Mensajes: The Communication Book por Matthew McKay, Martha Davis y Patrick Fanning. New Harbinger Publications, 1995.
Love is Never Enough: How Couples Can Overcome Misunderstandings, Resolve Conflicts, and Solve Relational Problems Through Cognitive Therapy por Aaron T. Beck. Harper Perennial, 1989.
Fighting the Good Fight: Learning to Deal with Conflict Constructively in Permanent Partners: Building Gay and Lesbian Relationships that Last (págs. 169-200) de Betty Berzon. Plume, 2004.

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