El mareo crónico es un trastorno frustrante y persistente que puede interferir significativamente con las actividades diarias normales e impedir que las personas puedan hacer las cosas que desean. El mareo crónico puede adoptar distintas formas, dependiendo de cuál haya sido el acontecimiento precipitante, de las contribuciones físicas y psicológicas al trastorno y de los síntomas que se experimenten.

El mareo crónico suele iniciarse por un acontecimiento médico precipitante. Por ejemplo, una infección del oído interno llamada laberintitis puede causar mareos/vértigos que duran varias semanas, pero normalmente se resuelven por completo. Sin embargo, algunas personas siguen experimentando síntomas persistentes y fluctuantes de laberintitis, incluyendo mareos (pero no vértigo) y una mayor sensibilidad a los estímulos visuales complejos (por ejemplo, conducir bajo la lluvia, patrones complicados), que empeoran con los movimientos pasivos y activos (por ejemplo, montar en un coche y caminar, respectivamente).

Para cumplir los criterios de mareo crónico, los síntomas deben estar presentes más días que no durante al menos 3 meses. La mayoría de las personas tienen síntomas durante varias horas al día. Además, el trastorno debe causar un deterioro funcional significativo o malestar. Los desencadenantes suelen incluir una postura erguida (de pie o caminando) y estímulos visuales en movimiento.

El mareo crónico se asocia frecuentemente con un trastorno de ansiedad que empeora la gravedad de los síntomas. Los síntomas comunes de un trastorno de ansiedad incluyen la preocupación excesiva por los acontecimientos de la vida, la pérdida de la capacidad para llevar a cabo las tareas rutinarias y la ansiedad anticipatoria ante una situación que puede causar mareos. Las personas que están ansiosas por marearse en realidad aumentan su riesgo de sufrir un mareo.

Mareos

Antes de entrar en la discusión sobre los mareos crónicos, repasemos brevemente los tipos y mecanismos de los mareos.

El mareo es un término general que incluye los siguientes subtipos:

  • Vértigo: Una sensación de giro o inclinación; una sensación de movimiento cuando no se está moviendo
  • Presíncope: Sensación de que se va a desmayar (el desmayo se llama síncope); también se llama mareo o vértigo
  • Desequilibrio: Una sensación de desequilibrio o inestabilidad, a menudo experimentada cuando se camina

El sistema vestibular es un importante órgano del equilibrio, y cuando no está funcionando correctamente, se sentirá mareado. En consecuencia, el mareo se denomina a veces «síntoma vestibular», y los trastornos que lo provocan se conocen como «trastornos vestibulares».

Los trastornos vestibulares pueden estar causados por anomalías estructurales (anatómicas), funcionales (fisiológicas) o psiquiátricas (especialmente de ansiedad).

Los trastornos vestibulares estructurales y funcionales son inicialmente agudos o episódicos, pero ambos pueden pasar a un estado crónico. Los trastornos vestibulares psiquiátricos no se consideran agudos o episódicos, sino que son afecciones crónicas y progresivas.

Tratamiento del mareo crónico

Los enfoques de tratamiento más eficaces para el mareo crónico hacen hincapié en un enfoque holístico que aborda tanto los aspectos físicos como los psicológicos del trastorno. En muchos casos, las personas con vértigo crónico han acudido a varios médicos de diversas especialidades sin recibir nunca un diagnóstico preciso, y los tratamientos estándar para el vértigo que se les administran suelen ser ineficaces. Muchas personas que han probado sin éxito los medicamentos descubren que la fisioterapia es una estrategia de tratamiento más eficaz.

Cuando se trata el mareo crónico, es importante entender qué lo ha causado y qué contribuye a él. Por ejemplo, una persona puede haber tenido un caso agudo de neuritis vestibular que se convirtió en un mareo crónico sin ansiedad, mientras que otra puede tener un trastorno vestibular psiquiátrico con gran ansiedad y ataques de pánico. Los planes de tratamiento para estas personas pueden ser muy diferentes. Los tratamientos deben adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente.

Terapia de rehabilitación vestibular

La terapia de rehabilitación vestibular (TRV) es el estándar de oro en el tratamiento de los mareos estructurales. La TRV es un programa de fisioterapia basado en el ejercicio que puede aliviar los síntomas asociados a muchas formas de vértigo crónico.

La TRV produce mejoras significativas en los síntomas de vértigo, el riesgo de caídas, la postura y el equilibrio, y el estado emocional general de las personas que tienen formas vestibulares de vértigo (es decir, disfunción del oído interno). Un estudio reciente descubrió que el 79% de los pacientes con TRV informaron de mejoras subjetivas en sus síntomas de vértigo crónico.

La TRV también ha ayudado con éxito a personas con formas leves de trastornos vestibulares psiquiátricos, aunque los casos más graves pueden tratarse mejor combinando la TRV con la terapia conductual y, si es necesario, con medicamentos.

Es importante destacar que la máxima eficacia requiere el compromiso de la persona tratada. Las personas que cumplen con su régimen de fisioterapia en menos de un 75% tienen peores resultados que las personas que cumplen totalmente.

Terapia cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las terapias conductuales más exitosas para ayudar a las personas a controlar los mareos crónicos que tienen un componente psicológico importante. La TCC identifica patrones de pensamiento negativos y los sustituye por otros positivos. Con el tiempo, esto puede reducir significativamente los síntomas de los mareos crónicos y mejorar el estado de ánimo y la perspectiva.

Los mareos crónicos que tienen un origen estructural (por ejemplo, el trastorno del sistema vestibular periférico) o un origen funcional (por ejemplo, la neuritis vestibular) pueden responder bien a la TCC, pero también debe utilizarse la fisioterapia para abordar los aspectos físicos del trastorno.

Medicamentos

Dependiendo de la causa de su mareo crónico, algunos medicamentos pueden ayudarle a controlar los síntomas:

  • Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son antidepresivos que pueden ser muy útiles para las personas que tienen trastornos vestibulares psiquiátricos o ansiedad con mareos.
  • Las benzodiacepinas son fármacos ansiolíticos de venta con receta que pueden reducir los mareos y la ansiedad, pero son de uso intermitente y a corto plazo, ya que se asocian con un alto riesgo de desarrollar dependencia/adicción física y psicológica.
  • Si sus mareos crónicos están relacionados con la migraña vestibular, los fármacos antimigrañosos pueden reducir la gravedad y la duración de los síntomas.
  • Las náuseas y los vómitos pueden tratarse con antihistamínicos o anticolinérgicos recetados.

Aunque los medicamentos tienen su lugar en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y vértigo, en muchos casos la fisioterapia y la terapia conductual son tan (o más) eficaces que las opciones de tratamiento farmacológico.

Terapias del sistema nervioso central

Hasta hace poco, se pensaba que los vértigos crónicos eran el resultado de una compensación alterada tras una lesión. La compensación es el proceso de recuperación de la función normal mediante la reorganización del sistema nervioso central y periférico; en otras palabras, su sistema nervioso se adapta para superar los daños asociados a la lesión. Pruebas recientes sugieren que el proceso de recuperación es aún más complejo e incluye cambios en la forma en que el cerebro integra y procesa la información espacial. Si se demuestra que esto es cierto, sugiere que un trastorno del sistema nervioso periférico puede tener consecuencias funcionales a largo plazo en el sistema nervioso central.

Actualmente se están probando opciones de tratamiento dirigidas al sistema nervioso central, con algunos resultados preliminares prometedores. Se ha demostrado que la estimulación transcraneal de corriente directa en el cerebelo (tcDCS) mejora los beneficios que proporciona la fisioterapia, y que el tratamiento de estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS) reduce la frecuencia y la gravedad de los mareos.

Mareos crónicos y aturdimiento

El aturdimiento, también conocido como presíncope, es la sensación de estar a punto de desmayarse. El mareo crónico y el aturdimiento pueden experimentarse a la vez, especialmente si también existe una disautonomía (un trastorno del sistema nervioso autónomo) o una disritmia (latidos cardíacos anormales). El aturdimiento también puede estar causado por la hipotensión ortostática (presión arterial baja) que se produce al levantarse demasiado rápido.

Mareos y dolores de cabeza crónicos

La migraña vestibular es un trastorno de dolor de cabeza crónico que a menudo incluye mareos o vértigo. La migraña vestibular se caracteriza por sensibilidad a la luz, desequilibrio, náuseas/vómitos, zumbidos en uno o ambos oídos, desorientación espacial e intolerancia a los estímulos visuales en movimiento.

Mareos crónicos subjetivos

El mareo crónico subjetivo (CSD) es un tipo único de mareo crónico. Es un trastorno progresivo que se caracteriza por el desequilibrio y la hipersensibilidad a los estímulos visuales complejos. El CSD no está causado por una disfunción vestibular, y el mareo es lineal, en lugar de vertiginoso. A diferencia de algunos tipos de mareo que son obvios para los observadores, el mareo asociado con el CSD se denomina «desequilibrio subjetivo» porque aunque la persona con CSD se siente desequilibrada, no parecería mareada o desequilibrada para un observador.

Aún no está claro por qué algunas personas desarrollan CSD. Las pruebas sugieren que tanto los factores físicos como los psicológicos contribuyen al TSC, y muchos de los síntomas del TSC son emocionales o conductuales. Al principio se pensaba que el TSC era un trastorno «psicogénico»; es decir, un trastorno de la mente, sin ninguna contribución física. Ahora sabemos que hay componentes psicológicos y físicos en los TSC, pero la mayoría de las personas (~60%) con TSC también tienen un trastorno de ansiedad.

Hay tres tipos de TSC:

  • TSC otogénico: Mareo desarrollado como resultado de una condición médica temporal (p. ej. neuritis vestibular) y no había antecedentes de ansiedad antes del acontecimiento desencadenante
  • TCE psicógeno: el mareo se desarrolla en ausencia de una causa física aparente y coincide con el curso de un trastorno de ansiedad
  • TCE interactivo: El mareo se desarrolla después de una condición médica transitoria en alguien con una predisposición a, o una historia de, trastornos de ansiedad

Para ser diagnosticado de TSC, deben cumplirse los siguientes criterios diagnósticos:

  • Mareo persistente sin vértigo
  • Hipersensibilidad al propio movimiento y al movimiento de los objetos del entorno
  • Los síntomas del TSC se exacerban con estímulos visuales complejos (e.p. ej., conducir bajo la lluvia, moverse entre una multitud)
  • Los síntomas deben estar presentes durante al menos 3 meses
  • No hay evidencia de un trastorno vestibular u otra causa física (p. ej. lesión cerebral)
  • Los resultados de las pruebas de la función del equilibrio no identifican que el paciente tenga una alteración del equilibrio

Las opciones de tratamiento para el CSD son similares a las de otros tipos de mareos crónicos, incluyendo la TRV y la fisioterapia, la terapia cognitivo-conductual y los medicamentos.

Mareos crónicos y fatiga

La fatiga es un desencadenante clave de los mareos. Por lo general, la fatiga y el mareo son síntomas transitorios que se resuelven con el descanso, pero hay algunas afecciones crónicas que incluyen fatiga y mareo.

Síndrome de fatiga crónica

El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una afección que se caracteriza por una fatiga abrumadora, incluso después de una buena noche de sueño. Además de los mareos, los síntomas del SFC incluyen dolor muscular, dolores de cabeza, dificultad para pensar o concentrarse, insomnio, aceleración del ritmo cardíaco y síntomas similares a los de la gripe. La causa del SFC es desconocida, pero el estrés y la ansiedad pueden tener un papel importante en el desarrollo y la persistencia de los síntomas del SFC.

Síndrome postconmocional

La fatiga y el mareo crónico son síntomas comunes después de un traumatismo craneal o un latigazo cervical. Otros síntomas comunes son la irritabilidad, los cambios de humor, la disforia, el insomnio, la debilidad, el dolor de cabeza, la pérdida de memoria a corto plazo y la incapacidad para concentrarse. Los síntomas postconmocionales suelen resolverse en una semana aproximadamente, pero pueden persistir durante varias semanas, dependiendo de la gravedad del traumatismo y de la atención recibida tras el accidente.

Otras causas de mareo y fatiga

  • La presión arterial baja y el nivel bajo de azúcar en sangre son dos causas comunes de mareo y fatiga, pero suelen ser condiciones temporales. Sin embargo, la diabetes no controlada, la malnutrición, la anemia y los trastornos respiratorios obstructivos (por ejemplo, apnea del sueño, enfisema) pueden causar mareos y fatiga persistentes.
  • La migraña vestibular también puede causar fatiga y mareos episódicos. La frecuencia de la migraña puede variar desde varios ataques al año hasta ataques casi diarios, y los mareos y la fatiga pueden coincidir con la migraña o pueden ocurrir antes o después de la migraña.
  • El trastorno de síntomas somáticos (SSD) es una afección poco conocida que se caracteriza por síntomas físicos persistentes (incluyendo mareos y/o fatiga) que no tienen una explicación médica obvia. Las personas con TSS están preocupadas por sus síntomas y los consideran muy perturbadores o angustiosos.

Mareos y náuseas

Los mareos y las náuseas son síntomas inespecíficos, lo que significa que existen múltiples causas potenciales. Los mareos crónicos se asocian a menudo con una mayor sensibilidad a los estímulos visuales complejos o en movimiento, lo que puede provocar náuseas y mareos, incluso si no te estás moviendo. Si sufre regularmente mareos y náuseas, puede pedir una cita con su médico para conocer sus opciones. Hay varios medicamentos que pueden reducir la gravedad de sus síntomas.

Es importante que los mareos o vértigos que van acompañados de vómitos continuos podrían indicar un problema médico grave, incluso potencialmente mortal, y debería buscar tratamiento médico inmediatamente.

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