Comer despacio puede beneficiar no sólo su salud física y mental, sino también su apariencia. Los beneficios incluyen una mejor digestión, comer menos alimentos, apoyo para el control de peso y disminución de los niveles de estrés.
Según un estudio de 2018 que analiza los efectos en la salud de comer demasiado rápido, se encontró que las condiciones de salud como la obesidad y el síndrome metabólico son más prevalentes en los comedores rápidos, que en las personas que comen a un ritmo regular o lento. Más concretamente, los efectos negativos para la salud evidenciados en el estudio incluían el aumento de peso, el incremento de los triglicéridos y la disminución de los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno).
Es cierto que muy pocas personas prestan atención a su velocidad de alimentación. Sin embargo, los riesgos para la salud de comer demasiado rápido son dignos de ser tenidos en cuenta.
Dicho esto, este artículo profundizará en los beneficios de comer despacio y te dará algunos consejos sobre cómo adoptar este hábito alimenticio de forma más fácil y sin mucho esfuerzo.
¡Comencemos a fondo!
¿Qué es comer despacio?
Básicamente, comer despacio significa masticar bien la comida antes de tragarla. Este hábito le estimula a apreciar cada bocado, degustando los diferentes sabores y texturas de los alimentos.
¿Cuáles son los beneficios de comer despacio?
Los beneficios de comer despacio pueden incluir la mejora de la digestión, la pérdida y el control del peso, un mayor nivel de satisfacción con la comida y la mejora de la resistencia al estrés.
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Mejor digestión
Cuando se come rápido, se tiende a pasar menos tiempo masticando la comida, en comparación con cuando se come más despacio. Dicho esto, cuando se mastica más tiempo, se prepara la comida para la siguiente parte del proceso de digestión que tiene lugar en el estómago.
De hecho, la digestión comienza en la propia boca. Cuanto más masticas, más saliva liberas, descomponiendo la comida antes de tragarla. De esta manera, puedes reducir el esfuerzo de la digestión en el vientre (el esfuerzo aumenta si tragas grandes trozos de comida).
Como resultado, comer lentamente puede desempeñar un papel en la prevención de problemas de digestión en el estómago, como la hinchazón, la diarrea, el estreñimiento, las úlceras, el reflujo ácido y otros.
Además, al masticar la comida durante más tiempo, ayudas a tu cuerpo a absorber las vitaminas, minerales y otros nutrientes de los alimentos de forma más eficiente.
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Comes menos comida
La sensación de hambre y saciedad no proviene sólo del estómago, sino también del cerebro. Por eso, las personas experimentan diferentes síntomas de hambre: algunas pueden sentirse mareadas, mientras que otras pueden tener dolor de cabeza o de barriga.
¿Pero qué pasa con la sensación de satisfacción y saciedad después de comer? Pues bien, el cerebro emite una señal que indica saciedad unos 20 minutos después de haber empezado a comer. Antes de eso, sigue asumiendo que todavía tienes hambre. En otras palabras, si terminas tu comida antes de la «alerta de saciedad», seguirás sintiendo hambre (aunque hayas comido más de lo necesario).
Al comer despacio, alargas el tiempo de la comida (por ejemplo, 30 minutos en lugar de 15), dando a tu mente el tiempo suficiente para darse cuenta de que el proceso de digestión ha comenzado. De esta manera, te permites comer porciones más pequeñas y te sientes satisfecho con la comida.
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Ayuda al control de peso
Otro beneficio de comer lentamente es la disminución de la ingesta de calorías (como resultado de la disminución de las porciones).
Un estudio de la Universidad de Rhode Island sugiere que comer lentamente puede desempeñar un papel en el número de calorías que usted come. El estudio descubrió que cuando comían rápido, los participantes consumían 646 calorías en 9 minutos. En comparación, sólo comieron 579 calorías en 29 minutos, cuando se les dijo que fueran más despacio y masticaran cada bocado unas 15-20 veces.
Además, otra investigación médica, realizada por la Universidad japonesa de Kyushu, sugirió que las personas que comen despacio pueden ser un 42% menos propensas a desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad, incluyendo trastornos metabólicos, perfil de colesterol desequilibrado, riesgo de infarto, osteoporosis, etc.
De este modo, comer despacio puede desempeñar un papel en el control y la pérdida de peso.
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Disfruta más de tu comida
Cuando tienes prisa por terminar una comida, no te tomas tu tiempo para sentir realmente el sabor de los alimentos, su textura, aroma y calidad. Dicho esto, comer rápido a menudo disminuye el placer que nos proporciona la comida.
Al comer despacio, tienes la oportunidad de sentir, saborear y apreciar los alimentos que consumes. Y esto puede asociarse estrechamente con el término «mindful eating». Cuando se mastica la comida durante más tiempo, se tiende a prestar más atención a los ingredientes, las especias y los sabores utilizados en la preparación de los platos. Esto le da más tiempo para disfrutar de la comida y aumentar los niveles de satisfacción.
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Menos estrés al comer
El estrés al comer (o el comer emocional) es básicamente cuando se recurre a la comida para encontrar consuelo, alivio y placer. Sin embargo, la alimentación emocional suele ser una alimentación muy rápida, carente de atención plena.
Adoptar un hábito de alimentación lenta puede ayudarle a superar más fácilmente los episodios de alimentación por estrés y puede contribuir a una mejor relación general con la comida.
¿Cómo empezar a comer despacio?
Aunque pueda parecer difícil al principio, todo el mundo puede adoptar el hábito de comer despacio si se compromete a adoptarlo. He aquí una lista de 9 consejos que debe utilizar si pretende convertirse en un comedor lento:
- Mastique los alimentos blandos entre 5 y 10 veces.
- Mastique los alimentos densos entre 10 y 30 veces.
- También puede utilizar la regla de los 30 segundos: Masticar la comida durante 30 segundos antes de tragarla.
- Preste atención al sabor, la textura, los ingredientes y los aromas.
- Deje los utensilios en la mesa de vez en cuando.
- Bebe un poco de agua.
- Come bocados más pequeños.
- Evita el hambre extrema.
- No te dejes intimidar por los que comen rápido a tu alrededor.
- Sé dedicado.