La profesora Brand, interpretada por Anne Hathaway en la película de ciencia ficción Interstellar, insta apasionadamente a Cooper, el piloto de la nave espacial, interpretado por Matthew McConaughey, a aterrizar en un planeta concreto porque Edmund, el hombre al que ama, estaba hibernando en ese planeta.

Los dos protagonistas se precipitan en el espacio a través de un agujero de gusano para encontrar un planeta apto para ser habitado por los humanos.

Brand argumenta ante un estupefacto Cooper que el amor es una emoción muy fuerte, y que, como la gravedad, se puede sentir con fuerza. Pero, ¿por qué es tan importante el amor?

Estudios científicos han demostrado que estar enamorado hace que nuestro cuerpo libere hormonas y sustancias neuroquímicas que nos hacen sentir bien y que desencadenan reacciones específicas y positivas.

Los niveles de dopamina, adrenalina y norepinefrina aumentan cuando las personas están enamoradas.

Juntos, estos productos químicos son responsables de toda la magia que sentimos cuando estamos enamorados. Quizá por eso nos referimos a menudo a la «química» del amor.

El amor incondicional y la compasión tienen muchos beneficios. Y ayudan a la expansión de nuestra conciencia desde la obsesión del «yo, mí, yo mismo» a la más expansiva del «nosotros, nosotros y nuestro». Si Brand buscaba unirse a su amante en otro planeta, Cooper también anhelaba reunirse con la hija que había «abandonado» en la Tierra. Queremos a nuestros hijos, parientes y amigos, y deseamos estar con ellos, y eso hace que nuestras vidas tengan más sentido. Así que cualquier intento de salvar el planeta o la humanidad debe partir de esa premisa.

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