Si pronunciamos el título Mrs. como «señora», ¿por qué lleva una r? A pesar de su pronunciación, la abreviatura Mrs. deriva del título mistress, lo que explica esa confusa letra extra. Mistress es la contrapartida de master, que -lo has adivinado- se abrevia como Mr. (Por supuesto, los angloparlantes pronuncian ahora el título Mr. como «señor»)
Si bien mistress puede tener connotaciones desagradables hoy en día, a mediados del siglo XVIII el título se refería a una mujer de capital económico o social. El título de señora era un honorífico: una mujer a la que se llamaba señora generalmente tenía sirvientes o formaba parte de un escalón social alto. En particular, el título de señora no significaba que una mujer estuviera casada, al igual que el de señor en la actualidad. De hecho, el diccionario de Samuel Johnson de 1755 ofrece seis definiciones para la palabra mistress, que van desde la respetuosa («una mujer que gobierna» o «una mujer experta en cualquier cosa») hasta la irónica («un término de dirección despectiva» o «una puta o concubina»), pero ninguna definición menciona el estado civil.
El uso de Mrs. para referirse a una mujer casada está ligado a la historia de otro título: Miss. Miss se convirtió en un título popular a finales del siglo XVIII y se refería específicamente a una mujer soltera (a menudo una maestra de escuela) de alto estatus social. (Originalmente, Miss era en realidad un título para chicas jóvenes, mientras que Master era el título para los chicos). Esto, según la estudiosa Amy Erickson, provocó un cambio en el uso de Mrs. para significar una mujer casada a finales del siglo XVIII y todavía informa de nuestro uso del título Mrs. en la actualidad.
Cómo la pronunciación de mistress se convirtió en «missus» es algo poco claro. Erickson cita la obra de John Walker A Critical Pronouncing Dictionary, and Expositor of the English Language de 1828: «La misma prisa y necesidad de envío, que ha corrompido a Master en Mister, ha contraído, cuando se trata de un título de cortesía solamente, a Mistress en Missis». El cambio de pronunciación fue esencialmente un acortamiento coloquial y utilitario, y a finales del siglo XVIII, esta pronunciación era la preferida.