La ecografía transrectal (TRUS) es una forma de crear una imagen de la glándula prostática mediante ondas sonoras. En los procedimientos de ultrasonido convencionales, una sonda colocada contra la piel envía ondas sonoras indoloras de muy alta frecuencia al interior del cuerpo. Cuando las ondas inciden en los órganos internos, producen patrones de eco que un ordenador convierte en imágenes (sonogramas) en una pantalla de vídeo.
Las pruebas de ultrasonido son mucho más sofisticadas que antes. Por ejemplo, en la ETR, el médico coloca una sonda, denominada transductor de ultrasonidos, en el recto. Las ondas sonoras indoloras exploran la glándula prostática en dos planos. Las imágenes resultantes (véase la Figura 1 a continuación) suelen servir de guía para una biopsia de la próstata, ayudando a localizar las zonas sospechosas.
Los médicos pueden recomendar la ETR cuando sospechan de un cáncer de próstata basándose en un EDR anormal o un PSA elevado. Sin embargo, la ETR es costosa y rara vez detecta cánceres de próstata que el EDR o el PSA no pueden encontrar. Como resultado, aunque la ETR se utiliza habitualmente para guiar una biopsia, no se recomienda para el cribado rutinario.
Figura 1: Ecografía transrectal
En este procedimiento, el paciente se acuesta de lado y se coloca una pequeña sonda (el transductor de ultrasonidos) en el recto. Se emiten ondas sonoras hacia la próstata, y las ondas que se reflejan son transformadas por un ordenador en imágenes en una pantalla de vídeo. En la ecografía de arriba, la zona oscura irregular dentro de la próstata es un cáncer.
Publicado originalmente en marzo de 2009; revisado por última vez el 22 de marzo de 2011.