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Quién movió mi queso es un relato corto escrito por Spencer Johnson. Se publicó por primera vez en 1998. Es una historia motivacional sobre 4 personajes – dos de ellos son ratones y dos son humanos (de tamaño muy pequeño). Destaca la importancia de anticiparse al cambio, de adaptarse al entorno y de no dar las cosas por sentadas.
«Cuanto más rápido sueltes el queso viejo, antes encontrarás queso nuevo»
Demasiado simple esta verdad, ¿eh? Tanto para los amantes del queso como para los que no lo son. En su libro de renombre mundial «Quién movió mi queso», el Dr. Spencer Johnson nos trata con muchas verdades sencillas como éstas, dejándonos con la duda de cómo un libro de autoayuda empresarial puede aplicarse a todas las áreas de nuestra vida, y hacerlo en un lenguaje que puede parecer demasiado sencillo, pero que sigue cargado de abundantes verdades que cambian la vida.
Entremos de lleno.
Quién movió mi queso: Resumen y análisis de la trama
La historia gira en torno a cuatro personajes- Dos son ratones llamados Sniff y Scurry y los otros dos son humanos , del tamaño de los propios ratones, llamados Hem y Haw. Viven en un laberinto y dependen del queso para sobrevivir.
En su cacería de queso, encuentran por casualidad un lugar con una provisión de queso suficiente para toda la vida, y terminan pasando mucho tiempo allí.
Mientras que los ratones son ágiles y están listos para moverse cuando el queso desaparece, los humanos están atascados en sus viejas costumbres, Todo lo que hacen es simplemente dar por sentado el queso, sentarse y presumir de él.
Al final el queso se acaba.
Mientras los ratones se desplazan para encontrar nuevo queso, Hem y Haw, demasiado anclados en sus viejas costumbres, tienen miedo de lo que hay en el laberinto y se limitan a quejarse de que merecen más después de todo su duro trabajo.
Demasiado asustados para salir, Hem y Haw empiezan a culparse mutuamente de sus problemas. Con el paso del tiempo, Haw se vuelve más inteligente y decide explorar el laberinto en busca de más queso.
Al ver que Hem no se atreve a acompañarle, Haw continúa explorando más allá, dejando un rastro de mensajes para Hem, si alguna vez decide seguirle.
Evidentemente, encuentra una tonelada de queso , en lo más profundo del laberinto sólo para encontrar a Sniff y Scurry ya allí. Aprendiendo de su pasado, Haw es ahora un explorador vigilante, vigila el suministro actual de queso para evitar que el mismo fiasco se repita. Decide que lo mejor es que Hem explore por su cuenta para encontrar el camino hacia él.
3 Razones para amar ¿Quién movió mi queso?
1 – Donde estás y donde estarás es cosa tuya
Los tiempos se pusieron difíciles para los cuatro. Todos se enfrentaron al mismo reto. ¿El resultado fue el mismo para los cuatro? No!
¿Por qué?
Porque cada uno de ellos eligió responder a la situación de forma diferente. Mientras Hem y Haw estaban ocupados en sus juegos de culpas y pequeñas disputas, Sniff y Scurry ya estaban descansando con su nuevo pecho de queso. ¡Haw finalmente vio el error de sus formas y cambió eventualmente para encontrarse a sí mismo recompensado, ¿quién puede decir lo que le pasó a nuestro pobre viejo Hem?
2 – La complacencia es tu peor enemigo
Los tiempos se vuelven fáciles y es entonces cuando nuestro peor enemigo, la complacencia, ataca! La comodidad nos ciega hasta el punto de que no vemos nada más, ni siquiera los peligros que nos miran a la cara.
Amy Lowell, poetisa estadounidense, dio en el clavo cuando dijo: «La felicidad, para algunos, es euforia; para otros, es mero estancamiento».
3 – Sé consciente, prepárate
Aléjate del síndrome de «enterrar la cabeza en la arena». El primer paso en la preparación es reconocer que existe la necesidad de cambiar.Al igual que Sniff y Scurry, sea consciente de que el queso podría desaparecer y es posible que tenga que explorar y encontrar formas novedosas de llegar al nuevo y mejor queso.
7 Escritos murales de ¿Quién movió mi queso?
La sencillez de este libro no tiene precio. Considere, por ejemplo, las lecciones que Haw escribe en la pared para Hem.
1 – El cambio ocurre Siguen moviendo el queso
El cambio está en todas partes- el trabajo, el hogar, nuestras comunidades, lo que sea . Heráclito – el filósofo griego – no se equivocaba cuando decía que «nada es permanente sino el cambio»
2 – Anticipa el cambio Prepárate para que el queso se mueva
Independientemente de que veamos el cambio en todas partes, ¿cuántas veces nos pilla por sorpresa? ¿Con qué frecuencia nos quejamos de ello?
3 – Supervisar el cambio Huela el queso a menudo para saber cuándo se está haciendo viejo
¿Somos alguna vez lo suficientemente proactivos para ver lo que nos espera y lo que el cambio inminente podría suponer para nosotros?
4 – Adaptarse al cambio con rapidez Cuanto más rápido suelte el queso viejo, antes podrá disfrutar del nuevo
¿Estamos preparados para dar un paso cuando se produzca el cambio? ¿Estamos preparados?
5 – El cambio se mueve con el queso
¿Estamos cambiando? ¿Estamos preparados para redirigir nuestras acciones en torno a lo que exige el cambio?
6 – ¡Disfruta del cambio!
Puede ser difícil adaptarse al cambio, por no hablar de disfrutarlo a veces, pero ¿somos ese tipo de personas ágiles que realmente pueden saborear el cambio?
7 – Estar preparados para cambiar rápidamente y disfrutar de nuevo Siguen moviendo el queso.
¿Estamos preparados para cambiar de nuevo y más rápido la próxima vez?
Así que, tenemos Sniff y Scurry y Hem y Haw…. ¿cuál de esos eres tú?