Santa Verónica, (florecida en el siglo I d.C., Jerusalén; fiesta del 12 de julio), célebre mujer legendaria que, conmovida al ver a Cristo llevando su cruz al Gólgota, le dio su pañuelo para que le secara la frente, tras lo cual se lo devolvió impreso con la imagen de su rostro. En el catolicismo romano, el anglicanismo, el luteranismo y algunas otras tradiciones cristianas, se la honra en la sexta estación del Vía Crucis meditativo. Su pañuelo impreso se conoce comúnmente como el Velo de la Verónica, o simplemente Verónica, y hay varias imágenes existentes que se supone que son la reliquia original o una copia primitiva de la misma.
Se cree que el relato de Santa Verónica es una leyenda derivada originalmente de la Historia eclesiástica (escrita entre el 312 y el 324; Historia eclesiástica) de Eusebio de Cesarea. Eusebio cuenta que en Cesarea de Filipo vivía la mujer a la que Cristo curó de una hemorragia (Mateo 9:20). En los Hechos apócrifos de Pilato (siglos IV y V), esta mujer se identifica con el nombre de Verónica. La tradición posterior sostenía que Cristo dio a la Verónica curada un paño milagroso, que supuestamente se utilizó para curar al emperador Tiberio de la lepra, y el paño se entendió finalmente como el Velo de la Verónica. En Francia, la Verónica se casó con el converso Zaqueo, el recaudador de impuestos (Lucas 19:1-10). En el distrito de Burdeos, supuestamente llevó reliquias de la Santísima Virgen a Soulac-sur-Mer, donde murió y fue enterrada. Según algunas versiones, el nombre de Verónica es a su vez una derivación fantasiosa de las palabras vera icon (icono en latín del griego eikōn), que significa «imagen verdadera», y que se utilizó originalmente para el pañuelo y se aplicó posteriormente a la legendaria mujer.