Los emojis se han convertido en nuestros atajos para las cosas que queremos decir. Por eso está muy bien que el teclado (que siempre ha sido el lugar de referencia para tres, sí TRES variaciones diferentes de teleférico) incluya ahora a personas de color.
Sin embargo, algunas personas no están contentas con la nueva actualización. Los pelirrojos. Están tan enfadados por su falta de representación (para que sepas, si no puedo soportar que el dedo señale hacia abajo para referirse a mí, uso el emoji de la calabaza para representarme) que el sitio estadounidense de defensa de los pelirrojos Ginger Parrot ha creado una petición para que Apple introduzca un emoji de pelirrojo; hasta ahora tiene 4.000 firmas.
Como mujer con el pelo totalmente flamígero, me parece que llamar a esto «pelirrojo» es burdo; el racismo es tan real y existe en niveles institucionalizados que los pelirrojos nunca experimentarían. Sí, los pelirrojos son difamados, pero mientras nosotros, como gran masa de pelirrojos, podemos ser reprimidos socialmente -algunos terriblemente-, las personas de color se enfrentan a la supresión institucional del poder. Los pelirrojos pueden ascender a través de las filas de la sociedad, pero a las personas de color no se les permite entrar en ciertos espacios o carreras o áreas, así que puedo entender por qué la falta de sus rostros en el emoji es un poco más inteligente.
Así que el emoji no puede o no representará a los pelirrojos a pesar de que somos alrededor del 1-2% de la población mundial y yo, personalmente, no estoy tan preocupado por ello. Pero aquí están las cosas que realmente noto acerca de ser pelirrojo…
Tienes un filtro idiota incorporado
Las chicas con tetas grandes me dicen que en realidad son una gran herramienta para detectar gilipollas. Si un tipo les habla antes que a ella, se le baja el obturador mental y no pierde más tiempo con él. Es así cuando eres pelirroja, excepto que mejor, porque tu pelo llega mucho antes que tus tetas, así que tienes aún más tiempo para afinar tu filtro de idiota. Desde los matones de la escuela hasta un hombre con la forma de un barril y una de esas colas de caballo bajas gritando «¡Oye! Ed Sheeran!», hasta el grupo de aficionados al fútbol que me gritaba «Paul Scholes» después de otra de las miserables actuaciones de Inglaterra en el Mundial. ¿Si alguien no quiere hablar o relacionarse conmigo porque soy pelirrojo? Genial. Significa que no tengo que hablar o relacionarme con ellos. Y también hay una barrera de seguridad. Ser pelirrojo significa que es lo primero que la gente maldice. Yo era bastante gorda cuando era más joven, pero rara vez me acosaban por eso porque lo primero que pensaban era «¡OI, GINGER!»
Te haces una mejor idea de cómo ven algunos hombres a las mujeres
Sí, unas cuantas chicas han sido malas por mi pelo, pero la mayoría de los que me han insultado han sido hombres. Ciertamente me ha ayudado a darme cuenta de que algunos tipos horribles sólo ven a las mujeres bajo el prisma de «¿quiero o no quiero tirármelas?». ¿Lo «gracioso» es? En el momento en que cumplí los 18 años, los mismos hombres que solían insultarme se acercaron a mí. Prueba, tal vez, de que exactamente las mismas cosas por las que te acosan cuando eres más joven (ser un poco diferente) son exactamente lo que a los hombres les gusta de ti cuando eres mayor.
A mucha gente le gustan los pelirrojos
Y no son sólo fetichistas. Desde la chica a la que le gusta todo el mundo pero que quiere mirar libros de fotos de bellezas prerrafaelistas antes de irse a la cama contigo, hasta el hombre que te dice lo radiante que se ve tu pelo al atardecer (y sólo entonces hace clic en que le gustas desde hace tres años), hay algo bastante excitante en atraer a alguien sólo por tu color de pelo. Sin embargo, hay muchos cretinos por ahí; son los que te llamarán «pelirroja» porque es el término más utilizado cuando buscan pelirrojos en el porno.
Ves a gente como tú POR TODAS PARTES en la prensa y es realmente reconfortante
Es bastante revelador sobre la falta de diversidad en, por ejemplo, los Oscar, que haya habido más ganadores pelirrojos que nominados negros. Esto no es una gran cosa, pero mentiría si dijera que no siento ese beneficio. No sé exactamente por qué los actores pelirrojos, como Eddie Redmayne, Julianne Moore, Jessica Chastain, Tilda Swinton y Emma Stone, se alzan a la cima de su campo por encima de sus compañeros morenos o rubios; pero también ocurre en la música: Florence Welch y Ed Sheeran lo hacen bastante bien. Incluso la maldita presencia de Lindsay Lohan en los medios me ayuda a sentirme más aceptada. Piénsalo así: a la única Spice Girl negra la llamaban ‘Scary’, a la mía la llamaban ‘Ginger’, y eso es un enorme privilegio.
Todo el resto del pelo es un problema, luego simplemente no lo es
Una burla habitual es que la gente bienintencionada me pregunte por mi vello púbico ‘¿de qué color es?’ o que los gilipollas (ver arriba) me digan ‘OI, TANGO BOLLOCKS’. Gracias a las presiones de ser una chica, porque a la primera pregunta puedo decir «ninguno» si quiero. Casi lo siento por los chicos pelirrojos que tienen que sufrir las mismas burlas sin opción a una respuesta con carga sexual.
En serio, el vello corporal no es un problema
Mi bigote y los pelos de los brazos se blanquean de forma natural al sol hasta convertirse en un rubio brillante, puedo salir de casa en verano (oh, el verano) con una barba de tres días en las piernas y nadie lo notará. Y cuando envío desnudos en Snapchat, no hay forma de que quien los envíe se dé cuenta de que no me he depilado lo necesario para un verdadero polvo en la vida real. Siempre que no les dé la luz para que brillen, simplemente se funden con mi piel.
No siempre te quemas al sol
En cierto sentido tengo suerte; no tengo el asma que padecen la mayoría de los pelirrojos, mi eczema de inicio de pelirrojo ha desaparecido en su mayor parte y mi piel es algo súper pálida, pero no el alabastro de algunos pelirrojos. Quizá tenga que ver con mis ojos marrones. Esto significa que me bronceo un poco, pero a veces me pongo un poco chulo, como aquella vez que me tiré en una tumbona en Indonesia a las 11 de la mañana, bajo la luz directa del sol. Mi piel se quemó hasta convertirse en una dolorosa ampolla y es justo (lo siento) decir que no volveré a hacerlo. Y no tengo absolutamente ninguna obligación de visitar nunca Australia. Y mientras sigan llamando «rangas» a los pelirrojos de allí, no lo veo como algo malo.
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Este artículo apareció originalmente en The Debrief.