Definición

Finalidad

Descripción

Riesgos

Resultados normales

Resultados anormales

Recursos

Definición

Una economía de fichas es una forma de modificación del comportamiento diseñada para aumentar el comportamiento deseable y disminuir el indeseable con el uso de fichas. Los individuos reciben fichas inmediatamente después de mostrar un comportamiento deseable. Las fichas se recogen y posteriormente se intercambian por un objeto o privilegio significativo.

Propósito

El objetivo principal de una economía de fichas es aumentar el comportamiento deseable y disminuir el comportamiento indeseable. A menudo las economías de fichas se utilizan en entornos institucionales (como hospitales psiquiátricos o centros penitenciarios) para controlar el comportamiento de individuos que pueden ser agresivos o imprevisibles. Sin embargo, el objetivo más amplio de las economías de fichas es enseñar un comportamiento adecuado y habilidades sociales que puedan utilizarse en el entorno natural de la persona. La educación especial (para niños con problemas de desarrollo o aprendizaje, hiperactividad, déficit de atención o trastornos de conducta), la educación ordinaria, las universidades, varios tipos de hogares de grupo, las divisiones militares, las residencias de ancianos, los programas de tratamiento de adicciones, los entornos ocupacionales, los hogares familiares (para dificultades maritales o de crianza) y los hospitales también pueden utilizar economías de fichas. Las economías de fichas pueden utilizarse individualmente o en grupo.

Descripción

En toda economía de fichas son necesarios varios elementos:

  • Fichas: Cualquier cosa que sea visible y contable puede ser utilizada como ficha. Las fichas deben ser preferiblemente atractivas, fáciles de llevar y dispensar, y difíciles de falsificar. Los artículos más utilizados son las fichas de póquer, las pegatinas, los recuentos de puntos o el dinero de juego. Cuando un individuo muestra un comportamiento deseable, recibe inmediatamente un número determinado de fichas. Las fichas no tienen valor propio. Se recogen y posteriormente se intercambian por objetos significativos, privilegios o actividades. Los individuos también pueden perder fichas (coste de respuesta) por mostrar un comportamiento indeseable.
  • Un comportamiento objetivo claramente definido: Los individuos que participan en una economía de fichas deben saber exactamente qué deben hacer para recibir fichas. El comportamiento deseable e indeseable se explica de antemano en términos simples y específicos. También se especifica el número de fichas que se conceden o se pierden por cada comportamiento concreto.
  • Reforzadores de apoyo: Los reforzadores de apoyo son los objetos, privilegios o actividades significativas que los individuos reciben a cambio de sus fichas. Algunos ejemplos son los alimentos, los juguetes, el tiempo libre adicional o las salidas. El éxito de una economía de fichas depende del atractivo de los refuerzos complementarios. Los individuos sólo estarán motivados para ganar fichas si anticipan la futura recompensa que representan las fichas. Una economía de fichas bien diseñada utilizará reforzadores de apoyo elegidos por los individuos en tratamiento y no por el personal.
  • Un sistema de intercambio de fichas: Es necesario un momento y un lugar para la compra de reforzadores de apoyo. El valor de los tokens de cada reforzador de apoyo está predeterminado en función del valor monetario, la demanda o el valor terapéutico. Por ejemplo, si el reforzador es caro o muy atractivo, el valor de la ficha debe ser mayor. Si la posesión o la participación en el reforzador ayudaría a la adquisición de habilidades del individuo, el valor de la ficha debería ser menor. Si el valor de la ficha es demasiado bajo, los individuos estarán menos motivados para ganar fichas. Por el contrario, si el valor es demasiado alto, los individuos pueden desanimarse fácilmente. Es importante que cada individuo pueda ganar al menos algunas fichas.
  • Un sistema de registro de datos: Antes de comenzar el tratamiento, se recoge información (datos de referencia) sobre el comportamiento actual de cada individuo. A continuación, se registran los cambios de comportamiento en hojas de datos diarias. Esta información se utiliza para medir el progreso individual, así como la eficacia de la economía de fichas. También es necesario registrar la información relativa al intercambio de fichas.
  • Implementación coherente de la economía de fichas por parte del personal: Para que una economía de fichas tenga éxito, todos los miembros del personal implicados deben recompensar los mismos comportamientos, utilizar la cantidad adecuada de fichas, evitar dispensar refuerzos de apoyo de forma gratuita y evitar que las fichas sean falsificadas, robadas u obtenidas de forma injusta. Las responsabilidades del personal y las reglas de la economía de fichas deben describirse en un manual escrito. Los miembros del personal también deben ser evaluados periódicamente y se les debe dar la oportunidad de plantear preguntas o preocupaciones.

Al principio las fichas se conceden con frecuencia y en cantidades más altas, pero a medida que los individuos aprenden el comportamiento deseable, las oportunidades de ganar fichas disminuyen. (La cantidad y la frecuencia de la entrega de fichas se denomina programa de refuerzo). Por ejemplo, en una clase, cada alumno puede ganar de 25 a 75 fichas el primer día, para que aprenda rápidamente el valor de las fichas. Más adelante, los alumnos pueden ganar de 15 a 30 fichas al día. Al disminuir gradualmente la disponibilidad de fichas (desvanecimiento), los alumnos deberían aprender a mostrar el comportamiento deseable de forma independiente, sin el uso no natural de las fichas. Los reforzadores que los individuos encontrarían normalmente en la sociedad, como los elogios verbales, deberían acompañar a la concesión de fichas para ayudar en el proceso de desvanecimiento.

Las ventajas de las economías de fichas son que los comportamientos pueden ser recompensados inmediatamente, las recompensas son las mismas para todos los miembros de un grupo, el uso del castigo (coste de respuesta) es menos restrictivo que otras formas de castigo, y los individuos pueden aprender habilidades relacionadas con la planificación para el futuro. Entre las desventajas se encuentran el coste considerable, el esfuerzo y la amplia formación y gestión del personal. Algunos profesionales consideran que las economías de fichas consumen mucho tiempo y son poco prácticas.

Riesgos

Los riesgos implicados en las economías de fichas son similares a los de otras formas de modificación de la conducta. Los miembros del personal que aplican la terapia pueden descuidar intencionadamente o no los derechos de los individuos que reciben el tratamiento. Las economías de fichas nunca deben privar a los individuos de sus necesidades básicas, como comida suficiente, ropa de cama cómoda u oportunidades razonables de ocio. Si los miembros del personal están inadecuadamente formados o hay escasez de personal, los comportamientos deseables pueden no ser recompensados o los comportamientos indeseables pueden ser recompensados inadvertidamente, dando lugar a un aumento del comportamiento negativo. Existe controversia con respecto a la colocación de individuos en tratamiento en contra de su voluntad (como en un

Términos clave

Reforzador de apoyo – Un artículo, privilegio o actividad deseable que se adquiere con fichas y sirve como recompensa retrasada y motivación posterior para la conducta objetivo (deseada).

Datos de referencia – Información relativa a la frecuencia y gravedad de la conducta, recogida antes de comenzar el tratamiento.

Modificación de la conducta – Enfoque terapéutico basado en los principios del condicionamiento operante. La modificación de la conducta busca reemplazar las conductas indeseables por conductas preferibles mediante el uso de refuerzos positivos o negativos.

Desvanecimiento – Disminución gradual de la cantidad o frecuencia de un reforzador para que la conducta objetivo comience a producirse independientemente de cualquier recompensa.

Programa de refuerzo -Frecuencia y cantidad de reforzadores administrados.

Reforzador -Cualquier cosa que provoque un aumento de una conducta particular.

Coste de respuesta -Técnica conductual que implica la eliminación de un estímulo del entorno de un individuo para que la respuesta que precede directamente a la eliminación se debilite. En un sistema de economía de fichas, el coste de la respuesta es una forma de castigo que implica la pérdida de fichas debido a un comportamiento inadecuado, lo que, en consecuencia, da lugar a una disminución de la capacidad de adquirir reforzadores de apoyo.

Comportamiento objetivo -El comportamiento específico que se quiere aumentar o disminuir durante el tratamiento.

Valor terapéutico -El beneficio potencial de un objeto o situación, en términos de su capacidad para mejorar el funcionamiento (social, emocional, intelectual, ocupacional, etc.) de un individuo.

Ticket – Cualquier elemento que puede verse y recogerse (como pegatinas o puntos en un recuento de puntos) que no tiene valor por sí mismo, pero que se utiliza como una recompensa inmediata por un comportamiento deseable que posteriormente se intercambia por reforzadores de respaldo.

Hospital psiquiátrico), y decidir qué conductas deben considerarse deseables y cuáles indeseables.

Resultados normales

En general, los individuos utilizarán las habilidades aprendidas en una economía de fichas en su entorno cotidiano. Mostrarán el comportamiento indeseable con menos frecuencia o

no lo harán. También realizarán conductas positivas y adaptativas con más frecuencia.

Resultados anormales

Si la economía de fichas fue ineficaz, o el tiempo dedicado a la economía de fichas fue limitado, los individuos pueden no mostrar ningún cambio o aumentar la conducta indeseable.

Recursos

LIBROS

Ayllón, Teodoro. Cómo utilizar la economía de fichas y los sistemas de puntos. 2ª ed. Austin, Texas: Pro-Ed, 1999.

Higgins, Stephen T. y Kenneth Silverman. Motivating Change Among Illicit Drug Abusers: Research on Contingency Management Interventions. Washington, DC: American Psychological Association, 1999.

Martin, Garry. Behavior Modification: What It Is and How to Do It. 6th ed. Upper Saddle River, New Jersey: Prentice-Hall, 1999.

Miltenberger, Raymond G. Behavior Modification: Principles and Procedures. 2nd ed. Belmont, California: Wadsworth/Thomson Learning, 2001.

Periódicos

Moore, James W., Daniel H. Tingstrom, R. Anthony Doggett y William D. Carlyon. «Reestructuración de una economía de fichas existente en un centro psiquiátrico para niños». Child & Family Behavior Therapy 23, no. 3 (2001): 53-59.

ORGANIZACIONES

Association for Behavioral Analysis. 213 West Hall, Western Michigan University, 1903 W. Michigan Avenue, Kalamazoo, Michigan 49008-5301. (616) 387-8341; (616) 384-8342. http://www.wmich.edu/aba

Centro de Estudios del Comportamiento de Cambridge. 336 Baker Avenue, Concord, Massachusetts 01742-2107. (978) 369-2227. www.behavior.org

Sandra L. Friedrich, M.A.

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