Las empresas que ofrecen tarjetas de débito recargables anónimas afirman que su producto le permite acceder a dinero en efectivo sin necesidad de revelar su información personal. Sin embargo, dado que cada transacción bancaria y de cajero automático es rastreable, no existe una tarjeta de débito completamente anónima.
Tarjetas para compras
Las tarjetas anónimas que llevan el logotipo de Visa, MasterCard u otra institución de crédito importante permiten a los usuarios comprar artículos en comercios o en línea y, posiblemente, retirar dinero de un cajero automático. Estas tarjetas se venden habitualmente en tiendas de alimentación o farmacias. Sin embargo, estas tarjetas no son recargables, por lo que se asemejan más a las tarjetas regalo que a las tarjetas de débito.
La mayoría de las tarjetas de débito anónimas recargables -a veces denominadas tarjetas de «valor almacenado»- funcionan igual que las tarjetas de débito tradicionales de los cajeros automáticos. Permiten retirar dinero en efectivo en los cajeros que las aceptan. Hay que introducir un número pin para acceder a su dinero. Estas tarjetas no permiten comprar artículos en comercios o por Internet, por lo que no son como las tarjetas de crédito o regalo anónimas.
Al igual que otras tarjetas de débito, las anónimas son emitidas por los bancos. Sin embargo, el banco emisor recopila muy poca información personal y no realiza una comprobación de crédito. Por lo general, el banco asigna un número a su cuenta y le envía una tarjeta de débito impresa sólo con ese número. Sin embargo, a diferencia de las tarjetas de débito que los bancos proporcionan gratuitamente a sus clientes, usted debe comprar estas tarjetas. El coste de una tarjeta principal oscila entre 35,00 y 1.000 dólares, y entre 45,00 y 1.000 dólares por cada tarjeta adicional.
Puede recargar su tarjeta mediante transferencia bancaria, PayPal o enviando un cheque de caja al banco emisor. El banco puede establecer un saldo máximo de la tarjeta, que puede llegar a ser de 500.000 dólares, y un límite máximo de retirada diaria, que suele ser de 1.000 dólares. La protección contra el uso fraudulento suele ser muy escasa o nula. Algunas tarjetas no caducan nunca, mientras que otras lo hacen en dos o tres años.
La privacidad de las tarjetas de débito anónimas
La afirmación de un banco de que su tarjeta proporciona un anonimato total suele ser engañosa. Cuando se adquiere una tarjeta, la mayoría de los emisores exigen que se proporcione el nombre y, a veces, una identificación con fotografía. Además, la tarjeta se le envía por correo. Esto significa que el banco emisor conoce su nombre y dirección, y crea un vínculo entre su dirección postal y el proveedor.
La recarga de su tarjeta mediante transferencia bancaria requiere que usted tenga una cuenta bancaria local. Esto significa que cuando transfiere fondos establece una conexión entre su cuenta local y la tarjeta de débito. Dado que su banco probablemente recopiló su información personal -incluido su número de la Seguridad Social- al establecer su cuenta, es posible conectarlo con el depósito de su tarjeta de débito. Además, dado que muchos lugares que proporcionan cheques de caja requieren su nombre, dirección y una identificación con foto antes de imprimir su cheque, los cheques de caja proporcionan muy poca privacidad adicional.
Por último, cada transacción en un cajero automático crea un registro. Aunque la tarjeta no contenga su nombre, el cajero automático asocia su número de cuenta con su retirada. Esto significa que los bancos afiliados al cajero automático tienen un registro del tipo de tarjeta que usted utilizó y de su número de cuenta.
La información revelada en cada una de estas transacciones difiere, pero, si se conectan, podrían dar a conocer su nombre, dirección y cuenta bancaria. Sin embargo, estas tarjetas hacen que su información personal sea más difícil de encontrar. Por lo tanto, aunque la privacidad de estas tarjetas no es tan alta como se afirma, ofrecen más protección que las tarjetas de débito tradicionales.
Posibles ventajas
El uso de un número PIN y la limitación del acceso sólo a los fondos depositados hacen que estas tarjetas sean más seguras que llevar dinero en efectivo. También le permiten presupuestar lo que usted u otra persona gasta.
Las tarjetas de débito anónimas también le proporcionan más protección cuando viaja al extranjero. Cuando se utilizan en el extranjero, los fondos retirados se proporcionan en la moneda local. Esto elimina la necesidad de cambiar dinero u obtener cheques de viaje, y también le permite evitar el pago de los elevados tipos de interés por retirada de efectivo que cobran las tarjetas de crédito.
Posibles inconvenientes
El mayor problema de las tarjetas de débito anónimas es la cantidad y los tipos de comisiones que cobran los bancos emisores. La mayoría de los bancos cobran comisiones por depositar y retirar dinero, por consultar el saldo y por sustituir la tarjeta. Algunos bancos cobran incluso por no utilizar la tarjeta. Las comisiones oscilan entre 1 y 15 dólares. Cuando se combinan, pueden reducir drásticamente el dinero de su cuenta.
Uso de una tarjeta de débito anónima
Lea detenidamente el contrato antes de comprar o utilizar una tarjeta anónima. Las comisiones que cobran los bancos emisores por acceder a sus fondos pueden compensar la pequeña cantidad de privacidad adicional que proporcionan.