Un aditivo de azúcar utilizado en varios alimentos podría haber contribuido a la propagación de una superbacteria gravemente peligrosa en Estados Unidos, según un nuevo estudio..

El dedo acusador apunta directamente al azúcar trehalosa, que se encuentra en alimentos como las barritas nutricionales y los chicles.

Si se confirman los hallazgos, es una dura advertencia de que incluso los aditivos aparentemente inofensivos tienen el potencial de causar problemas de salud cuando se introducen en nuestro suministro de alimentos.

En este caso, la trehalosa se está relacionando con el aumento de dos cepas de la bacteria Clostridium difficile, capaz de provocar diarrea, colitis, fallos orgánicos e incluso la muerte.

El rápido aumento de este bicho resistente a los antibióticos se ha convertido en un gran problema para los hospitales en los últimos años, y el momento coincide con la llegada de la trehalosa.

«En el año 2000, la trehalosa fue aprobada como aditivo alimentario en Estados Unidos para una serie de alimentos, desde el sushi y las verduras hasta los helados», afirma uno de los investigadores, Robert Britton, del Baylor College of Medicine de Texas.

«Unos tres años después empezaron a aumentar los informes de brotes con estos linajes. También pueden contribuir otros factores, pero creemos que la trehalosa es un desencadenante clave».

Los linajes de C. difficile a los que se refiere Britton son el RT027 y el RT078. Cuando los investigadores analizaron los genomas de estas dos cepas, descubrieron secuencias de ADN que les permitían alimentarse de dosis bajas de azúcar trehalosa con gran eficacia.

De hecho, estas bacterias concretas necesitan unas 1.000 veces menos trehalosa para vivir que otras variedades de C. difficile, gracias a su composición genética.

Para comprobar sus hallazgos, los científicos experimentaron con ratones a los que se les administró la cepa RT027. En el grupo al que se le administraron dosis bajas de trehalosa, la tasa de mortalidad fue mucho mayor, pero no porque hubiera más bacterias, según los científicos, sino porque el azúcar le permitía producir más toxinas venenosas.

Pruebas posteriores en fluidos de tres intestinos humanos mostraron que la RT027 era capaz de crecer a partir de pequeñas cantidades de trehalosa, mientras que otras cepas bacterianas no lo hacían.

En este momento no es seguro que la trehalosa haya contribuido al aumento de la C. difficile, pero los resultados del estudio y el momento de su aprobación como aditivo son bastante convincentes. Ahora se necesitarán más investigaciones para confirmar la relación.

Según las cifras más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, registradas en 2011, el C. difficile fue responsable de medio millón de infecciones en todo el año y de 29.000 muertes en los primeros 30 días del diagnóstico. Esperemos que esta nueva investigación pueda ayudarnos a idear formas de combatirla.

«Estos linajes han estado presentes en las personas durante años sin causar grandes brotes», afirma uno de los investigadores, James Collins, del Baylor College of Medicine.

«En los años 80 no eran epidémicos ni hipervirulentos, pero a partir del año 2000 empezaron a predominar y a causar brotes importantes»

«Una contribución importante de este estudio es la constatación de que lo que antes considerábamos un azúcar perfectamente seguro para el consumo humano, puede tener consecuencias inesperadas»

Los hallazgos se han publicado en Nature.

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