Cincuenta y seis pacientes con infarto agudo de miocardio complicado con bradicardia sinusal (SB) fueron tratados con atropina intravenosa y monitorizados en una unidad de cuidados coronarios. La atropina redujo o abolió por completo las contracciones ventriculares prematuras (PVC) y/o los episodios de ritmo idioventricular acelerado en 27 de 31 pacientes (87%) y normalizó la presión arterial sistémica en 15 de 17 pacientes (88%) con hipotensión. Además, la administración de atropina se asoció a una mejora de la conducción auriculoventricular en 11 de 13 pacientes (85%) con infarto agudo de miocardio inferior asociado a un bloqueo auriculoventricular de 2 o 3 grados. Siete pacientes desarrollaron diez efectos adversos significativos: taquicardia o fibrilación ventricular en tres, taquicardia sostenida en tres, aumento de las PVC en tres y psicosis tóxica en uno. Estos efectos adversos importantes se correlacionaron con una dosis inicial más alta de atropina (es decir, 1,0 mg aa en comparación con los 0,5 o 0,6 mg habituales) o con una dosis total acumulada superior a 2,5 mg en 21/2 horas. La atropina es el fármaco de elección para el manejo de los pacientes con SB e hipotensión y es eficaz en el tratamiento de las arritmias ventriculares, así como de las alteraciones de la conducción en pacientes con infarto de miocardio inferior. Sin embargo, los efectos adversos graves impiden el uso de la atropina sin una cuidadosa supervisión médica.
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