«La creatividad no es un talento. Es una forma de actuar», dijo John Cleese.

Todos somos seres creativos en el fondo. Lo que ocurre es que algunas personas expresan mejor esa faceta que otras.

Así que aquí hay 7 rasgos comunes que se encuentran en las personas altamente creativas – y algunos consejos sobre cómo puedes ser más creativo tú mismo.

Hacen de la creatividad un ritual

«Esperar la inspiración es como esperar un tren en un aeropuerto», dijo el autor Leigh Michaels. Las personas creativas superan las sequías de inspiración y hacen algo creativo de todos modos.

Jerry Seinfeld se propuso escribir un chiste nuevo cada día. Algunos eran divertidísimos. Otros eran simplemente terribles. Pero entendía el poder de la frecuencia.

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La creatividad es un poco como un músculo. Cuando la conviertes en un hábito, tu mente se acostumbra a entrar en el estado creativo.

No se toman a sí mismos demasiado en serio

A medida que suben la escalera de la vida, es natural que la gente empiece a ponerse seria. Empiezan a sentirse terriblemente importantes.

Las personas creativas no lo hacen. Se divierten con su trabajo y con otras personas. Son juguetonas, casi infantiles, porque entienden que las buenas ideas no surgen cuando uno está demasiado serio.

El genio de la publicidad David Ogilvy solía abordar un problema creativo «pensando de forma divertida». Incluso si el tema era muy serio, sabía que pensar de forma divertida le abriría el camino a una gran idea.

Sienten curiosidad por todo

El genio creativo medio puede ser jardinero, historiador, científico, experto en literatura americana y aficionado a la astronomía.

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Casi siempre son lectores voraces. Eso es porque una idea no es más que una combinación de elementos antiguos que ya existen.

Las señoritas de Avignon, de Picasso, se considera generalmente el mejor cuadro del siglo XX. Pero nunca habría aparecido en el lienzo si el artista no hubiera pasado horas estudiando esculturas africanas e ibéricas en el Louvre.

Las ideas necesitan combustible. Las personas creativas mantienen el depósito lleno.

Pueden vivir con la incomodidad durante más tiempo

Cuando se deja un problema sin resolver, es incómodo, un poco como un picor que no se puede rascar. Durante este tiempo, es muy tentador conformarse con una solución de segunda categoría.

Las personas creativas, sin embargo, pueden vivir con esta incomodidad durante más tiempo. Esperan a la gran idea, cuando gritan «¡EUREKA!»

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Aunque no se consideraba el más talentoso de la banda de los Monty Python, John Cleese se dio cuenta de que a menudo se le ocurrían los sketches más divertidos. Dice que la razón era que podía quedarse con una idea durante más tiempo. Tenía un alto umbral de incomodidad mental.

Son buenos para desconectar del trabajo

Una de las técnicas creativas más importantes es relajarse y dejar que el subconsciente haga el trabajo.

Cuando Thomas Edison estaba perplejo, no se preocupaba por el problema. Dejaba su escritorio y se echaba una siesta. Parece fácil, pero en realidad es una de las tareas más difíciles para una mente creativa.

Sin embargo, si puedes dominar la relajación -si puedes desconectar del problema- a menudo descubres que tu gran idea te abofetea en la cara sin previo aviso.

Se interesan por la gente

Si una idea va a tener algún impacto, tiene que atraer a la gente.

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Las personas creativas son compasivas. Se interesan por los demás, porque tienen que apelar a la emoción en bruto.

Ernest Hemingway, uno de los grandes observadores de la gente del siglo XX dijo «He aprendido mucho escuchando a la gente. La mayoría de la gente nunca escucha».

Algunos dicen que también fue el mejor escritor del siglo XX.

Son capaces de emocionarse con cualquier cosa

Las personas creativas entienden que las ideas están encerradas en las cosas más mundanas. Su trabajo consiste en eliminarlas.

El publicista David Ogilvy, al que he mencionado, hacía que los escritores se quejaran de que el producto era demasiado aburrido. Sencillamente, no había una forma emocionante de venderlo.

«Tengo una noticia para ti», respondía Ogilvy. «No hay productos aburridos, sólo escritores aburridos».

Featured photo credit: Kristian Karlsson via media.lifehack.org

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