Cómo se siente una hernia discal y cuáles son los siguientes pasos si tiene una
Una hernia discal es un término no médico para referirse a una hernia discal o a una rotura de disco en la espalda. Una hernia de disco, una hernia o una rotura de disco no es lo mismo que una protuberancia menos dolorosa. Una hernia discal puede producirse en cualquier parte de la columna vertebral.
Los discos intervertebrales de la columna vertebral son fuertes ligamentos que conectan cada uno de los huesos vertebrales con el siguiente, actuando como amortiguadores entre las vértebras. A medida que se envejece, también lo hacen los discos. Los discos que envejecen pueden volverse rígidos y la capa endurecida de cartílago puede agrietarse. Parte del cartílago interior más blando se escapa. Las hernias discales causan dolor cuando sobresalen e influyen en los nervios cercanos.
¿Cómo se siente una hernia discal?
Una hernia discal puede causar un dolor de espalda agudo e intenso, que empeora cuando está activo. Puede sentirse mejor cuando está acostado. Sin embargo, pequeños movimientos como toser o estornudar pueden hacer que el dolor regrese. Una hernia discal ejerce una presión dolorosa sobre los nervios circundantes cuando está sentado.
Síntomas de la hernia discal
Es posible que no tenga ningún síntoma de hernia discal. Si los tiene, precisar la ubicación de su dolor puede ayudar a determinar dónde tiene una hernia discal. Puede sentir dolor, entumecimiento y hormigueo en diferentes zonas del cuerpo. Depende de en cuál de las tres regiones de la columna vertebral se encuentre la hernia discal.
Si tiene dolor después de caminar distancias cortas, es posible que tenga una hernia discal en la región lumbar. Una hernia discal en la parte baja de la espalda (región lumbar) provoca síntomas como:
- Dolor de pies: Una hernia discal en la zona lumbar puede presionar el nervio ciático. Esto provoca un dolor punzante a través de la pierna hasta los dedos del pie.
- Pierna débil: Los nervios van desde la médula espinal hasta las piernas. Por eso, una hernia discal en la parte baja de la espalda puede causar problemas en las piernas y dolor en las nalgas, el muslo y la pantorrilla.
El dolor de cuello y de la parte superior de la espalda se debe a menudo a una hernia discal. Una hernia discal en la parte superior de la espalda (región cervical) provoca síntomas como:
- Manos entumecidas: Una hernia discal en la zona del cuello puede presionar los nervios que afectan a la sensibilidad de los dedos.
- Problemas en hombros y brazos: Una hernia discal cervical puede provocar múltiples síntomas en los hombros o los brazos, como debilidad, entumecimiento y hormigueo.
Una hernia discal en la zona media de la espalda (región torácica) provoca síntomas como:
- Dolor al reír: Si tiene una hernia discal en la zona media de la espalda, al reírse los músculos del tronco pellizcan los nervios de la espalda.
- Problemas en las piernas: Una hernia discal torácica provoca múltiples síntomas en las piernas, como sensibilidad, debilidad, entumecimiento y hormigueo.
Es posible que tengas una hernia discal. Pero, si estos síntomas no desaparecen en seis semanas, es el momento de ver a un médico.
Diagnóstico de la hernia discal
Un examen físico localiza su dolor. El médico comprueba sus reflejos, su fuerza muscular y su capacidad para caminar. Las pruebas de imagen confirman si tiene una hernia discal o un disco deslizado. Los tipos de pruebas de imagen incluyen:
- La tomografía computarizada crea una imagen transversal de su columna vertebral.
- La resonancia magnética confirma la localización de una hernia discal y de los nervios afectados.
- La mielografía inyecta un tinte en su líquido cefalorraquídeo y descubre las hernias discales.
- Las radiografías descartan problemas de dolor de espalda como tumores, infecciones, desalineación o huesos rotos o fracturados.
Para detectar daños en los nervios, el médico puede recomendar un electromiograma. Se trata de una prueba que mide el movimiento de los impulsos eléctricos a lo largo de los tejidos nerviosos. La prueba detecta interferencias en los impulsos eléctricos. La electricidad no fluye donde hay daños.
Tratamiento de la hernia discal
Una hernia discal no tratada y grave puede provocar daños permanentes en los nervios. También puede provocar la pérdida del control de la vejiga y los intestinos. Hay tres niveles de tratamiento para una hernia discal.
En primer lugar, su médico puede sugerirle medicamentos. Hay medicamentos de venta libre (OTC) o prescritos para ayudar a la condición. Los medicamentos de venta libre incluyen el ibuprofeno o el naproxeno. Los analgésicos o relajantes musculares pueden ofrecer un alivio a corto plazo. Las inyecciones de cortisona pueden reducir la inflamación para dar a la espalda y a los nervios la oportunidad de curarse.
Si los medicamentos por sí solos no ayudan, podría necesitar fisioterapia para fortalecer la espalda y minimizar el dolor. Si la medicación o la fisioterapia fallan, es posible que necesite una intervención quirúrgica. La cirugía no es un tratamiento común para las hernias discales, pero cuando es necesario el cirujano extirpa sólo la parte afectada del disco para aliviar su dolor.
La vida después de una hernia discal
Es posible que quiera añadir tratamientos alternativos a su medicación o fisioterapia. Consulte a su médico antes de añadir tratamientos quiroprácticos, de acupuntura o de masaje. Para evitar la rigidez de las articulaciones y los músculos de la espalda, añada una actividad fácil a su rutina, como el yoga. El yoga suave puede ser una buena opción de ejercicio para las personas con problemas de espalda.
¿Cree que puede tener una hernia discal o un disco deslizado? Si es así, querrá buscar ayuda de inmediato. Busque un médico cerca de usted hoy mismo.