A veces, simplemente no encuentras tu camino, y es difícil que algo te haga feliz. Quizás tu pareja no te hace feliz, no te gusta tu trabajo, quieres cambiar tu forma de ver y vivir la vida, pero te sientes bloqueado de alguna manera.

La vorágine de tu día a día te impide pararte y preguntarte qué estás haciendo realmente lo que quieres hacer. Te impide reflexionar sobre la razón por la que nada te hace feliz. Todas tus actividades diarias te distraen de lo que también es importante: tú mismo.

«La vida está llena de soledad, de miseria, de sufrimiento, de tristeza y, sin embargo, se acaba demasiado rápido.»
-Woddy Allen-

5 consejos para seguir adelante

Un poco de sano egoísmo es necesario de vez en cuando para recuperarnos, para conocer quiénes somos y para tener la certeza de que nuestra vida va en dirección a la felicidad. Tenemos que estar seguros de que el camino en el que estamos es el que hemos elegido nosotros mismos, que no ha sido elegido por otras personas.

Hay muchas cosas que puedes hacer para seguir avanzando cuando nada te hace feliz, pero es esencial que te tomes el tiempo de reflexionar profundamente sobre tus emociones, sentimientos y deseos.

Piensa en lo que deseas

¿Qué quieres? Qué te excita y te hace vibrar por dentro? No te dejes influir por lo que otros creen que deseas. Se trata de lo que tú quieres, de lo que te hace feliz. Todos tenemos sueños y deseos que tememos hacer realidad. Pero la vida no es larga, y es hora de caminar hacia lo que realmente anhelamos.

Pasa a la acción

No basta con pensar, también es el momento de empezar a hacer todo lo que pueda moverte hacia tu sueño. Si siempre has querido ser actriz, empieza a apuntarte a clases de teatro, por ejemplo. Acude a eventos relacionados con el teatro o el cine. Relaciónate con gente que tenga tus mismos intereses y empieza a participar en actividades que te hagan feliz.

«Mi actitud puede cambiar en un minuto, y ese minuto puede cambiar todo mi día».
-Spencer Johnson-

Baja el ritmo de tu vida

No es necesario que intentes hacerlo todo a la vez. Párate un segundo y piensa en lo que es urgente y lo que puede esperar un poco. Busca un tiempo para dedicarte a ti mismo, para disfrutar de lo que te gusta, ya sea dando un paseo a la luz de la luna, disfrutando de una comida con tus amigos o familia, o cenando con tu pareja. Siempre es posible encontrar al menos unos momentos para dedicarnos a nosotros mismos.

4. Sintoniza con tus sentimientos

Nuestros sentimientos son importantes. Cómo te hace sentir tu vida actualmente? Qué es lo que no te gusta de ella? Si te hace sentir triste, es hora de empezar a hacer algunos cambios. Empieza por ti mismo, cambia tu forma de vestir, tu forma de peinarte, tu forma de caminar, tu forma de relacionarte con la gente. Ten en cuenta que no puedes empeorar las cosas, simplemente experimentarás y te divertirás.

Si necesitas llorar, hazlo. No importa si alguien te ve, deja salir la tristeza. No la retengas. Asegúrate de que con cada gota se disuelva lo que te hace infeliz o te inquieta. Llorar es un mal necesario. Lo necesitas para poder sustituir cada lágrima por una bonita sonrisa.

Disfruta de la gente

Aislarse y no interactuar con otras personas nos aleja y nos hace caer aún más en nuestra tristeza. Necesitamos abrazos, besos, caricias, palabras de ánimo y consuelo.

Necesitamos estar con otras personas y disfrutar de su felicidad y de sus sonrisas contagiosas. Quizás no tengas ganas de ver a nadie, pero muchas veces cuando nos sentimos así, es cuando más salimos y disfrutamos, porque nuestras expectativas son bajas.

¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Esa es una pregunta fundamental que debes hacerte cada día para dejar atrás todo lo que te da miedo, y simplemente ir a por ello. Hay muchas formas de hacer las cosas, y es importante hacerlas de la forma en que nos sintamos más cómodos. Pero muchas veces tenemos que arriesgarnos y luchar contra nuestros miedos.

Salir de la zona de confort, hacer algo arriesgado, independientemente de que tengamos éxito o no, puede proporcionarnos la alegría de vivir y saber que merece la pena disfrutar de nuestra existencia.

«Todo parece imposible, hasta que lo hacemos».
-Nelson Mandela-

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