La deficiencia de hierro puede evitarse eligiendo un suelo apropiado para las condiciones de cultivo (por ejemplo, evitar el cultivo de plantas ácidas en suelos calcáreos), o añadiendo estiércol bien descompuesto o compost. Si se sospecha de clorosis por déficit de hierro, compruebe el pH del suelo con un kit o instrumento de prueba adecuado. Tome una muestra de suelo en la superficie y en profundidad. Si el pH es superior a 7, considere la posibilidad de aplicar un tratamiento del suelo que reduzca el pH hasta el rango de 6,5 a 7. La remediación incluye: i) añadir compost, estiércol, turba o materia orgánica similar (advertencia. Algunas mezclas de estiércol y compost tienen un pH de entre 7 y 8 debido a la adición de cal. Lea la hoja de datos de seguridad (MSDS) si está disponible). ii) Aplicar sulfato de amonio como fertilizante de nitrógeno (fertilizante acidificante debido a la descomposición del ión amonio en nitrato en el suelo y en la zona de las raíces). iii) Aplicar azufre elemental al suelo (se oxida en el transcurso de los meses para producir sulfato/sulfito y bajar el pH). Nota: la adición directa de ácido, por ejemplo, sulfúrico/hidroclórico/cítrico, es peligrosa, ya que puede movilizar iones metálicos en el suelo que son tóxicos y están ligados. El hierro puede ponerse inmediatamente a disposición de la planta mediante el uso de sulfato de hierro o compuestos de quelato de hierro. Dos quelatos de hierro comunes son el Fe EDTA y el Fe EDDHA. El sulfato de hierro (sulfato de hierro (II)) y el EDTA de hierro sólo son útiles en el suelo hasta un pH de 7,1, pero pueden utilizarse como pulverización foliar (alimentación foliar). El EDDHA de hierro es útil hasta PH 9 (altamente alcalino) pero debe aplicarse en el suelo y por la noche para evitar la fotodegradación. El EDTA en el suelo puede movilizar el plomo, el EDDHA no parece hacerlo.