No cabe duda de que cualquiera habría sido sacudido por los acontecimientos que ocurrieron en la casa de Memphis, Tennessee, de Memphis, Tennessee, en la madrugada del 18 de octubre de 1974, cuando una ex novia irrumpió en la bañera y le vertió una olla de sémola hirviendo en la espalda antes de retirarse a un dormitorio y dispararse a sí misma con la propia pistola de Green. Sin embargo, no todo el mundo habría interpretado el significado del incidente como lo hizo Green. Creyendo que se había desviado del camino musical y espiritual que le correspondía, Al Green se había convertido en un cristiano renacido un año antes. Pero tras el ataque de Mary Woodson en ese día de 1974, comenzó un proceso que le llevaría a renunciar al superestrellato pop y a todo lo que representaba.
Al Green, ampliamente reconocido como una de las mejores voces de la historia de la música soul, estaba en la cima absoluta de sus poderes en 1974. Tenía a sus espaldas siete álbumes de gran éxito comercial y de crítica que incluían éxitos eternos como «Tired Of Being Alone» (1971), «Let’s Stay Together» (1971) y «I’m Still In Love With You» (1972). Además, en palabras de Davin Seay, que colaboró con Green en su autobiografía del año 2000, Take Me To The River, tenía un «atractivo animal básico para las mujeres» que atraía a muchas admiradoras, entre ellas Mary Woodson.
Mary Woodson conoció a Green por primera vez después de dejar a su marido e hijos en Nueva Jersey y asistir a uno de sus conciertos en el norte del estado de Nueva York. La noche del ataque, Woodson se presentó inesperadamente en la casa de Green en Memphis después de que éste regresara de un concierto en San Francisco. No está claro qué fue exactamente lo que la impulsó a actuar, pero sus acciones no sólo dejaron a Al Green con graves quemaduras que requerirían meses de hospitalización, sino que también lo dejaron muy afectado emocional y espiritualmente. Le gusta distanciar los hechos de su conversión de los terribles acontecimientos de aquella noche», dice Seay, «pero creo que el incidente de Woodson cristalizó su necesidad de seguir adelante, de cerrar una parte de su vida y abrir otra».