Las infidelidades del temible Luisito Rey, los malos tratos y las situaciones violentas se multiplicaban, en paralelo con el ascenso imparable de la carrera de su hijo mayor, Luis Miguel, por esos días un artista juvenil exitosísimo que empezaba a proyectarse internacionalmente (en 1985 había cautivado a un público difícil en el Festival de Viña del Mar, en Chile, y no paraba de brillar en cada escenario al que se subía, además de hacerlo en el cine, con el estreno de la película Fiebre de amor, que lo tenía como protagonista junto con la estrella infantil Lucerito). Marcela Basteri no lo sabía entonces, pero empezaba a distanciarse del Sol de México, y muy poco después sus caminos se separarían para siempre.
Fue justamente en 1985 cuando, harta de los manejos de su esposo, Basteri decidió alejarse de él. De origen italiano, pero criada en la Argentina, la madre de Luis Miguel tenía familiares en Massa, una localidad de la Toscana, a los que había visitado en varias ocasiones.
Esta vez, con la necesidad urgente de huir de México, acudió a ellos, que la recibieron sin problema y la alojaron hasta agosto de 1986, cuando se la vio por última vez.
SEPARACIÓN Y VIAJE
Tal como relató el periodista Javier León Herrera en su libro Luis Miguel. La historia (Aguilar, 2018), «Marcela no aguantó más, desesperada y asustada por el cariz que tomaron las peleas con Luisito, harta de la promiscuidad cada vez más intensa y descarada de su pareja, hundida por la manipulación llena de mentiras de las que era víctima».
La familia, en especial su tía por vía paterna, Adua Basteri, se preocupó por la apariencia de Marcela al verla llegar junto con su hijo menor, Sergio, que había nacido poco antes, en mayo de 1984.
En palabras de la mujer, que se convirtió en una especie de confidente de su sobrina, tal como se pudo ver en la ficción de Netflix Luis Miguel, la serie, Basteri llegó hasta su casa «flaca en exceso».
«Saltaba a la vista que algo grave había pasado, y a nadie le costó mucho adivinar que tenía mucho que ver con su mala relación sentimental. Llegó demacrada, con los ojos hinchados de tanto llorar y con una delgadez de talante anoréxico», detalló por su parte el biógrafo de Luis Miguel.
Mientras empezaba a reponerse de su angustia, acompañada por sus familiares, Marcela le contó a Adua que, pese a sus temores y a los días difíciles que había vivido en México, tenía consigo «un as en la manga», que de algún modo la protegía de las posibles amenazas de Luisito Rey: contaba con documentación de los manejos financieros turbios del padre de Luis Miguel.
«Estábamos muy felices, ella empezó a recuperarse, era otra persona. La ropa que traía no le servía, subió de peso, se puso bonita y soñaba con rehacer su vida, con encontrar un empleo aquí en su tierra», relató la tía de Marcela.
Sin embargo, en plena recuperación, Marcela sentía una pena oculta y profunda: había perdido contacto con su hijo mayor, quien a su vez empezaba a sospechar de que algo le habría pasado a su madre, que no lo llamaba.
Tal como se vio en la ficción que recrea la vida del artista mexicano, tiempo después se reveló que era su propio padre quien cortaba el teléfono o inventaba excusas para evitar que madre e hijo estuvieran en contacto.
En paralelo, Luisito Rey empezó a llamar a la casa de los Basteri en Italia. Primero profirió algunas amenazas y luego bajó el tono: supuestamente quería recuperar el vínculo con la madre de sus hijos.
«Luisito llamaba y llamaba, y cuando hablaba con él, ella se hundía. Normalmente llamaba a la hora de la cena, por la noche, ella se volvía a encerrar a llorar, y salía con los ojos hinchados», relató Adua en Luis Miguel. La historia.
En uno de esos llamados, a mediados de agosto de 1986, Luisito contó que estaba en Madrid y le pidió que fuera de inmediato a verlo. Aseguró que había comprado un ticket aéreo para ella y para el pequeño Sergio.
Los familiares de Basteri dudaron. Llegaron a sugerirle que viajara sola, que dejara al hijo menor con ellos en Italia.
Pero Marcela prefirió llevarlo. Según el relato familiar –algunos señalan que fue el 18 de agosto, y otros, el 19–, un día caluroso de aquel verano boreal salieron rumbo al aeropuerto de Pisa. La madre de Luis Miguel llevaba consigo una valija enorme y estaba vestida completamente de blanco.
«Sergio padre, Adua y su esposo Cosimo acompañaron a Marcela y al pequeño Sergio al aeropuerto de Pisa en aquel día caluroso y allí mismo serían otra vez testigos de la desesperante manera de hacer las cosas que tenía el ínclito cantautor español», describió en su trabajo León Herrera.
Según pudo reconstruir el periodista, al llegar al lugar se encontraron con una sorpresa: no existía el supuesto ticket aéreo que Luisito Rey había dejado pago para que Marcela y el pequeño viajaran. Una más de las numerosas mentiras de quien había sido su esposo.
Luego de una tensa comunicación telefónica con Luisito, consiguieron otro pasaje y emprendieron el viaje.
La última imagen que se tiene de Marcela con vida es la que registró su propia familia: ella camina con su hijo menor por la pista, levanta la mano y se despide.
Casi un mes después, en septiembre, Basteri se comunicó a Italia desde Madrid por teléfono.
«Nosotros estábamos muy preocupados, y por fin llamó», contó Adua, y agregó: «Dijo que estaba con Alex y con Sergino en la casa de Madrid, y que iba a viajar a Chile a encontrarse con Micky (Luis Miguel) allá». Fue la última charla que tuvo con su sobrina.
«De aquella conversación recuerdo perfectamente haber escuchado la voz de Luisito (Rey) de fondo, pidiendo a su hijo Alex que le llevara una maleta. Marcela me dijo que Alex se iba porque él y su hermano pequeño se iban a quedar con su abuela Matilde (la madre de Luisito Rey)». A partir de entonces, no supo más de ella.
LAS HIPÓTESIS Y UN NUEVO PEDIDO DE LA FAMILIA
Fomentadas en muchos casos por el propio Luisito Rey, tal como se vio en la ficción de Netflix, las hipótesis sobre el paradero de Marcela Basteri fueron muy diversas. Se llegó a hablar de un posible asesinato durante una fiesta de narcos en Chihuahua hasta de su aparición en un manicomio en Italia.
El padre de Luis Miguel en algún momento habló de un nuevo amor en la vida de Marcela, dijo que había abandonado a sus hijos para llevar una vida de lujos con un presunto amante.
Nada de esto se pudo confirmar, y la serie que reconstruyó la vida del Sol de México y que contó con su aval prefirió abonar el misterio sobre el tema. De manera elíptica, en un capítulo se dio a entender que Luisito Rey tuvo algo que ver con la desaparición física de su esposa, aunque no se dieron detalles de lo ocurrido, con el pequeño Sergio como único testigo.
Con el correr de los años, Luis Miguel se refirió muy pocas veces al tema de manera pública.
Según le contó el propio León Herrera, uno de los hombres que más sabe sobre Luis Miguel a Infobae, el cantante recibió un informe detallado sobre lo ocurrido con su madre y tiene conocimiento de que la mujer murió «de causas no naturales».
Por lo misterioso de todo el tema, sin embargo, entre muchos persisten las dudas.
La ex esposa de Luis Miguel y madre de dos de sus hijos, la actriz Aracely Arámbula, se vio envuelta en un escándalo en las redes sociales en 2018 cuando subió una publicación de su altar del Día de los Muertos –una tradición mexicana– en el que se pudo ver una imagen de Marcela.
«Nuestra gente amada nunca muere, siempre viva en nuestros corazones… Un altar con mucha historia y mucho amor», escribió Arámbula y agregó: «Marcela, que la recordamos con muchísimo amor, los abuelitos de mis hijos».
De inmediato, varios usuarios la cuestionaron y le preguntaron si efectivamente tenía pruebas de que la madre de Luis Miguel estuviera muerta.
Este episodio provocó la ira de Luis Miguel. Un amigo cercano al cantante reveló entonces que el artista llamó a su ex pareja furioso por esas publicaciones.
Según reveló entonces el medio mexicano especializado en temas de espectáculos TV Notas, durante la conversación telefónica, Luis Miguel le dijo a la actriz que era una «ridícula» y una «estúpida» por haber mostrado imágenes del supuesto paradero de los padres del artista, tema central de la segunda temporada de la serie basada en la vida del cantante, que fue anunciada para 2021.
Mientras tanto, entre los Basteri persisten las dudas. Lorena de la Torre, prima argentina de Luis Miguel, señaló la semana pasada que en su familia tienen intenciones de seguir indagando sobre la pista de la mujer que hace dos años apareció vagando por las calles de Buenos Aires, con un aspecto similar a la madre del cantante.
Aunque se la identificó como Honorina Montes, y en los últimos tiempos vive en un hospital psiquiátrico, los Basteri insisten en que se realice un análisis de ADN para confirmar o descartar cualquier tipo de parentesco.
En diálogo con el programa mexicano Ventaneando desde Buenos Aires, De la Torre afirmó: «El sueño nuestro sería que nos permitan hacer el ADN y poder sacarla del hospital».
Con este reclamo, los Basteri suman un nuevo enigma a la historia.
De la Torre, además, quiere que, de confirmarse la identidad de la mujer que vivía en las calles porteñas, pueda hacer con ella un viaje familiar a Italia para reencontrarse con Adua, la tía que hace 34 años espera volver a ver con vida a Marcela Basteri.
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