aumentar el alcance de a quién afecta. La clave de la riqueza y la abundancia es preguntarnos cómo podemos impactar a los demás.

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¿Qué harías?

Imagina ahora mismo, que sin cambiar nada, recibes 10 dólares en tu cuenta cada mes durante el resto de tu vida.

¿Cómo te hace sentir? ¿Qué harías?

Ahora, añadamos un ‘0’.

Imagina que cada mes te llegan 100 dólares a tu cuenta, además de todo lo que ya tienes.

¿Cómo te hace sentir? ¿Qué harías?

¿Qué pasa si se convierte en 1.000 dólares al mes? Todos los meses, por el resto de tu vida, además de lo que ya tienes.

¿Qué piensas? ¿Cómo te hace sentir? ¿Qué harías?

¿Qué tal 10.000 dólares? ¿100.000 dólares? ¿Un millón? ¿10 millones de dólares? ¿100 millones de dólares? ¿Un billón?

¿Qué querrías hacer? ¿Cómo te haría sentir?

¿10 dólares o 1.000 millones?

¿Qué te imaginaste haciendo con ese dinero? ¿Te parecían 10 dólares demasiado intrascendentes como para pensar en ellos? Cuando la cifra aumentó, ¿qué pensaste en hacer? ¿Cómo cambió tu vida? ¿Estaba en línea con tu visión?

Ahora piensa para ti mismo, ¿en qué momento empezaste a pensar en lo que podías hacer por los demás en lugar de lo que podías gastar en ti mismo?

En la cantidad de 100 dólares, probablemente no estabas imaginando grandes planes o pensando en tu visión global. Incluso los 1.000 dólares pueden haberse sentido así.

Entonces, ¿en qué momento te imaginabas haciendo algo verdaderamente significativo?

El Índice de Abundancia

Esto se llama «Índice de Abundancia».

Cuando pensamos sólo en nosotros mismos, podemos quedar fácilmente atrapados en una mentalidad de escasez. Este estado egoísta de ser realmente limita la creación de riqueza y el valor que podemos crear para los demás. Cuando empezamos a imaginar algunas de esas cifras más grandes -de 100.000 a 1.000 millones de dólares- el juego cambia. Ahora estamos pensando dentro de un nuevo marco que está más allá de la simple supervivencia, y está operando en un mundo de prosperidad.

Cuando alcanzas la independencia económica entonces eres libre de enfocarte en tu verdadera visión, porque ya no estás gastando tiempo por dinero para cubrir sólo lo básico. La independencia económica es un estado en el que tienes suficientes ingresos recurrentes que entran independientemente de si elegiste trabajar ese día o semana en particular para cubrir tus gastos básicos.

Cuando me pregunté por primera vez qué haría con mil millones de dólares, me asusté. Mi respuesta fue simplemente «no lo sé». No tenía una visión lo suficientemente grande en el momento de esa primera consideración como para siquiera envolver mi mente en esa cantidad de dinero. Primero tuve que reconocer que estaba pensando en pequeño. Sólo pensaba en lo que el dinero podía hacer por mí y por mi vida, por mi familia y quizá por mis amigos. Todavía no había creado correctamente una visión. Claro que tenía metas y objetivos, pero todos ellos estaban al alcance de la mano y eran específicos sobre cómo podía mejorar mi vida.

Definiendo tu visión

Definir cuál es tu visión te da claridad sobre todas las demás cosas que haces regularmente. Eliminará las distracciones. Las personas sin una visión clara son más fácilmente atraídas a perseguir el dinero o quedar atrapadas en la negatividad y el drama de las noticias o la economía global, sobre la que no tienen control. Esto les impide tener un enfoque de láser en lo que pueden impactar o cómo pueden ser una fuerza para el cambio.

Muchos de nosotros, como empresarios, somos buenos con el hábito y la ejecución de metas y objetivos. Esas dos cosas, la mayoría de las veces, tienen más que ver con nosotros que con otros. Ya tenemos la capacidad, los medios financieros y las habilidades para cumplirlos.

La visión, por otro lado, es una bestia completamente diferente.

La visión es el bien más raro del mundo.

La visión es cuando salimos del sistema ‘jugar para no perder/jugar para ganar’ y creamos un nuevo juego. En cuanto tengas una visión que merezca la pena en tu vida, que te impulse hacia adelante, te permitirá emocionarte y hablar con otras personas sobre ella y te dará acceso a habilidades/capacidades que antes ni siquiera sabías que tenías. Esto se debe a que ahora estás a la altura de algo que realmente importa, no sólo para ti, sino para otras personas.

Legado para el mundo

Cuando aumentas el tamaño de tu visión aumentará el alcance de a quién afecta. La clave de la riqueza y la abundancia es preguntarnos cómo podemos impactar a los demás.

Si no sabes qué hacer con el dinero que hipotéticamente ingresa por el ejercicio, no estás preparado para crear esa cantidad de riqueza.

Revisa tu visión. Amplía tu visión.

Busca formas de aportar al mundo. Resuelve problemas y eleva a la humanidad. Se trata de crear una visión y una vida que ames para que puedas dejar un legado a tu familia y a tus seres queridos. Un legado para algo más que tu familia inmediata, pero también para aquellos para los que creas valor dentro de tu negocio.

Deja de estar ocupado y de cambiar tiempo por dinero o de perseguir las llamadas oportunidades que no aportan lo mejor de ti. Enfócate en tu visión y en aquellas cosas que crean el mayor valor para aquellos a los que sirves.

Así que, pregúntate de nuevo, qué harías con 1.000 millones de dólares, porque la respuesta podría cambiarlo todo.

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