Aunque la sustitución de la válvula aórtica es una operación común, los pacientes más jóvenes tienen un riesgo de mortalidad (muerte) mayor de lo esperado 10 años después de una sustitución valvular mecánica o de tejido (bioprotésica) en comparación con lo que cabría esperar en la población general.1 Los datos indican que, a los 10 años de la intervención, 1 de cada 5 pacientes sometidos a una sustitución mecánica de la válvula aórtica a los 50 años ha fallecido o ha necesitado una reintervención.2
De forma similar, los resultados a muy largo plazo en un estudio de más de 2.500 pacientes con válvulas de tejido en posición aórtica destacan aún más el impacto en la esperanza de vida de los pacientes jóvenes. Para los pacientes de aproximadamente 40 años en el momento de la cirugía, la esperanza de vida se redujo en 20 años en comparación con la de la población general.3
- Estos datos sugieren que se espera que un paciente de 42 años que se somete a una sustitución de la válvula aórtica (RVA) con una válvula de tejido viva hasta los 58 años de edad. En cambio, se espera que una persona de 42 años de la población general viva hasta los 78 años. Del mismo modo, los pacientes que se someten a una RVA a la edad de 60 años ven reducida su esperanza de vida en 8 años en comparación con la población general.3
- Véase en la figura A una comparación de la esperanza de vida de los pacientes que se someten a una sustitución de la válvula aórtica y de la población general que no se somete a cirugía valvular.3