Resumen e introducción

Objetivo: El objetivo de este estudio comparativo, aleatorizado, a ciegas, de grupos paralelos y multicéntrico, de 8 semanas de duración, fue evaluar la eficacia, seguridad y tolerabilidad del antagonista del calcio dihidropiridínico amlodipino frente al diurético tiazídico hidroclorotiazida para el control de la hipertensión sistólica aislada (HSI) en pacientes ancianos de 60 años o más.
Diseño: Se trata de un ensayo clínico de fase IV, multicéntrico, a ciegas, comparativo, de grupos paralelos y aleatorizado, dividido en dos fases. Lugar, pacientes e intervenciones: Tras un período de lavado con placebo de 4 semanas (fase I), los pacientes ambulatorios de entre 60 y 87 años con una presión arterial sistólica (PAS) ≥160 mm Hg y una presión arterial diastólica (PAD) ≤95 mm Hg fueron asignados al azar para recibir amlodipino 5 mg/día o hidroclorotiazida 50 mg/día durante 8 semanas (fase II). Tras 4 semanas de tratamiento activo, si la PAS en sedestación (PASs) seguía siendo superior a 150 mm Hg, había que duplicar la dosis. Los datos demográficos y de seguridad se evaluaron en todos los pacientes y la eficacia sólo en los pacientes evaluables según los criterios preespecificados.
Resultados: 197 pacientes (66,5% mujeres) fueron asignados a recibir amlodipino (n = 97) o hidroclorotiazida (n = 100). Se consideraron evaluables para la eficacia 86 pacientes tratados con amlodipino y 98 pacientes tratados con hidroclorotiazida. Dos (2%) y cinco (5%) pacientes de cada grupo, respectivamente, no completaron el tratamiento del estudio. Al final de la fase de tratamiento activo, el 80% de los pacientes tratados con amlodipino se consideraron éxitos terapéuticos (PAS ≤150mm Hg) en comparación con el 54% del grupo de hidroclorotiazida (p = 0,0003). La reducción media de la PAS/PB en posición sentada en el grupo de amlodipino fue de 32,5/8,4 mm Hg y de 24,0/4,7 mm Hg en el grupo de hidroclorotiazida. La diferencia entre los grupos fue estadísticamente significativa (p < 0,001). No hubo cambios clínicamente significativos en los valores de la frecuencia cardíaca media entre los dos grupos de tratamiento. Los resultados de laboratorio mostraron que el amlodipino tuvo un efecto neutro sobre los valores hematológicos y bioquímicos, con una mejora de los niveles séricos de triglicéridos y creatinina, mientras que en el grupo de hidroclorotiazida, debido a las altas dosis estudiadas (50 a 100 mg/día), se produjeron algunos efectos adversos metabólicos (por ejemplo, en los niveles de glucosa en sangre y en los niveles séricos de lípidos, ácido úrico y electrolitos). Los datos de seguridad y tolerabilidad mostraron que ambos tratamientos fueron bien tolerados. Sólo se produjo un acontecimiento adverso grave durante el transcurso del ensayo, y no estaba relacionado con el tratamiento. El porcentaje de acontecimientos adversos y de interrupciones fue del 36 y 2% con amlodipino frente al 44 y 4% con hidroclorotiazida, respectivamente.
Conclusión: Estos resultados mostraron que para el tratamiento de la HSI en pacientes de 60 años o más, amlodipino es significativamente más eficaz que hidroclorotiazida en la reducción de la PAS/PB sentada en monoterapia, y ambos fármacos son bien tolerados.

La hipertensión arterial es una de las enfermedades más extendidas en la población mundial y, más concretamente, la hipertensión sistólica aislada (HSI) es la forma más común de hipertensión arterial en pacientes de edad avanzada. Esta variedad de hipertensión, que no es más que una elevación aislada de la presión arterial sistólica (PAS) mientras se mantienen los valores normales de la presión arterial diastólica (PAD), está estrechamente relacionada con la edad de los pacientes y es una consecuencia «natural» del envejecimiento, de modo que la prevalencia de la HSI aumenta con la edad. El estudio de Framingham fijó la prevalencia de la HSI en los hipertensos de edad avanzada entre el 60 y el 65%.

Hace poco tiempo, algunos médicos proponían que la hipertensión arterial no debía tratarse en los pacientes de edad avanzada a menos que fuera muy grave (PAS/PB > 200/110 mm Hg) y sintomática. Sin embargo, los datos del estudio Framingham y otros estudios han demostrado que la hipertensión arterial aumenta el riesgo cardiovascular en los pacientes de edad avanzada.

En los últimos años, se han obtenido datos más persuasivos sobre los efectos beneficiosos de la intervención farmacológica y la reducción sostenida de la PAS. En concreto, se han notificado reducciones de hasta un 42% en los accidentes cerebrovasculares y de aproximadamente un 14% en los eventos coronarios.

Sin embargo, hay que destacar que a pesar de las diferentes terapias antihipertensivas existentes, no todos los fármacos muestran la misma eficacia para reducir o controlar adecuadamente la HSI.

Los betabloqueantes y los diuréticos han sido tradicionalmente los tratamientos utilizados en los pacientes con HSI. Más recientemente, el quinto informe del Comité Nacional Conjunto para la Detección, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial (informe JNC V) recomendó los diuréticos como agentes de primera elección, y el sexto informe (JNC VI) ha ampliado su recomendación para incluir tanto a los diuréticos como a los antagonistas del calcio dihidropiridínicos de acción prolongada.

El objetivo de este estudio fue comparar la eficacia, seguridad y tolerabilidad de estas dos clases de fármacos en una población de pacientes ancianos de 60 años o más con PAS elevada. Para ello, se eligió el antagonista del calcio de acción prolongada amlodipino y el diurético tiazídico hidroclorotiazida.

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