Un estilo de vida saludable a los 75 años da a una persona las mismas posibilidades de vivir 10 años más que alguien una década más joven que fuma y bebe, según un estudio.

Por primera vez, los investigadores han calculado las posibilidades de que un jubilado sobreviva una década más, basándose en hábitos como el tabaquismo, la bebida, el ejercicio y el consumo de fruta.

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La buena noticia es que los avances médicos y en materia de salud pública han permitido mejorar notablemente la esperanza de vida en las últimas décadas. La mala noticia, según un nuevo informe federal, es que gran parte de ese tiempo ganado se vive bajo la carga de enfermedades graves.
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El canadiense medio pasará más de una década de su vida lidiando con enfermedades como la diabetes, la hipertensión o el cáncer, concluye la Agencia de Salud Pública de Canadá en un informe que subraya los inconvenientes de sobrevivir más tiempo.

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El estudio de más de 16.000 personas descubrió que los hombres de 75 años que fumaban, bebían alcohol con regularidad, llevaban un estilo de vida inactivo y comían poca fruta tenían sólo un 35% de posibilidades de estar vivos una década después.

Otros de la misma edad que no fumaban, hacían ejercicio, comían fruta y tenían un consumo moderado o nulo de alcohol tenían un 67% de posibilidades de vivir una década, la misma cifra para los hombres 10 años más jóvenes con estilos de vida poco saludables.

Entre las mujeres, las de 75 años con estilos de vida saludables tenían un 74% de posibilidades de estar vivas una década después. La proyección era sólo ligeramente inferior para las mujeres 10 años más jóvenes que fumaban, bebían mucho, rara vez comían fruta y hacían poco ejercicio.

La calculadora, de un equipo de la Universidad de Zúrich, permite a hombres y mujeres de 65 y 75 años estimar sus posibilidades de vivir durante una década.

La ingesta de alcohol se clasificó como alta si las mujeres declaraban beber al menos dos unidades de alcohol al día (175mL de vino) y si los hombres bebían al menos cuatro unidades (menos de dos pintas de cerveza) al día.

El estudio descubrió que los estilos de vida tenían poco impacto en las tasas de mortalidad entre los 45 y 55 años, pero tenían consecuencias importantes a partir de los 65 años.

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Fumar tuvo el mayor impacto en la esperanza de vida, aumentando el riesgo de muerte prematura en un 57%.

‘Un estilo de vida saludable puede ayudar a mantenerse 10 años más joven’

Cada uno de los otros tres factores -el alcohol, la dieta y el ejercicio- aumentaba el riesgo en torno al 15% cada uno.

Eva Martin-Diener, autora principal del estudio en el Instituto de Medicina Social y Preventiva de Zúrich, dijo: «El efecto de cada factor individual sobre la esperanza de vida es relativamente alto.
«Un estilo de vida saludable puede ayudar a mantenerse 10 años más joven».

Las mujeres de 65 años con los estilos de vida más saludables tenían un 90% de posibilidades de vivir una década, frente al 77% de las que tenían hábitos poco saludables.

La probabilidad de que un hombre de 65 años viviera una década oscilaba entre el 67% y el 86%, dependiendo de sus hábitos, según la investigación.

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