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Los investigadores en psicología han encontrado que muchos tipos diferentes de teorías pueden ayudarles a organizar los fenómenos, predecir lo que sucederá en nuevas situaciones y generar nuevas investigaciones. Es importante que los investigadores principiantes sean conscientes de los diferentes tipos para que reconozcan las teorías cuando las vean en la literatura de investigación. (También es importante que vean que algunos tipos de teorías están dentro de su capacidad de comprensión, uso e incluso construcción. En esta sección, examinamos la variedad de teorías psicológicas en términos de tres dimensiones importantes: formalidad, alcance y enfoque teórico.

Las teorías psicológicas varían ampliamente en su formalidad -el grado en que los componentes de la teoría y las relaciones entre ellos se especifican claramente y en detalle. En el extremo informal de esta dimensión se encuentran las teorías que consisten en simples descripciones verbales de unos pocos componentes y relaciones importantes. La teoría de la habituación a los efectos de la escritura expresiva sobre la salud es relativamente informal en este sentido. También lo es la teoría del impulso de la facilitación e inhibición social. En el extremo más preciso y formal de esta dimensión se encuentran las teorías que se expresan en términos de ecuaciones matemáticas o programas informáticos.

Tanto las teorías informales como las formales tienen su lugar en la investigación psicológica. Las teorías informales tienden a ser más fáciles de crear y comprender, pero son menos precisas en sus predicciones, lo que puede hacerlas más difíciles de comprobar. Sin embargo, son especialmente apropiadas en las primeras fases de la investigación, cuando los fenómenos de interés aún no se han descrito en detalle. Las teorías formales tienden a ser más difíciles de crear y de entender -a veces requieren una cierta formación matemática o de programación informática-, pero también suelen ser más precisas en sus predicciones y, por tanto, más fáciles de comprobar. Son especialmente apropiadas en las últimas etapas de la investigación, cuando los fenómenos de interés se han descrito en detalle.

Alcance

Las teorías en psicología también varían ampliamente en su alcance: el número y la diversidad de los fenómenos que explican o interpretan. Muchas de las primeras teorías psicológicas eran extremadamente amplias, ya que intentaban interpretar esencialmente todo el comportamiento humano. Freud y sus seguidores, por ejemplo, aplicaron su teoría no sólo a la comprensión de los trastornos psicológicos, sino también a los lapsus linguae y otros errores cotidianos, a los sueños, a la sexualidad, al arte, a la política e incluso a la propia civilización (Fine, 1979).

Sin embargo, tales teorías han caído en desgracia en la psicología científica, porque tienden a ser imprecisas y difíciles de comprobar. Además, no han tenido especial éxito a la hora de organizar o predecir la gama y la complejidad del comportamiento humano al nivel de detalle que suelen buscar los investigadores científicos. Estas grandes teorías que intentan explicarlo todo a menudo terminan siendo vagas y rara vez pueden hacer predicciones específicas.

Aún así, las teorías contemporáneas en psicología pueden variar en su alcance. En el extremo más amplio de esta dimensión se encuentran las teorías que se aplican a muchos fenómenos diversos. Por ejemplo, la teoría de la disonancia cognitiva, propuesta por Leon Festinger en 1956, supone que cuando las personas tienen creencias incoherentes, esta dualidad crea un malestar mental que están motivadas para reducir cambiando una o ambas creencias. Esta teoría se ha aplicado a una gran variedad de fenómenos, como la persistencia de creencias y comportamientos irracionales (por ejemplo, el tabaquismo), la eficacia de ciertas técnicas de persuasión y venta (por ejemplo, pedir un pequeño favor antes de pedir uno grande), e incluso los efectos placebo. En el extremo más estrecho de esta dimensión se encuentran las teorías que se aplican a un pequeño número de fenómenos estrechamente relacionados. Consideremos, por ejemplo, una capacidad cuantitativa muy específica llamada subitización. Se trata de la capacidad de las personas para percibir con rapidez y precisión el número de objetos de una escena sin contarlos, siempre que el número sea de cuatro o menos. Se han propuesto varias teorías para explicar la subitización. Entre ellas está la idea de que los números pequeños de objetos se asocian a patrones fácilmente reconocibles. Por ejemplo, la gente sabe inmediatamente que hay tres objetos en una escena porque los tres objetos tienden a formar un «triángulo» y es este patrón el que se percibe rápidamente (Logan & Sbrodoff, 2003).

Al igual que las teorías informales y formales, tanto las teorías amplias como las estrechas tienen su lugar en la investigación psicológica. Las teorías amplias organizan más fenómenos pero tienden a ser menos formales y menos precisas en sus predicciones. Las teorías estrechas organizan menos fenómenos pero tienden a ser más formales y más precisas en sus predicciones.

Enfoque teórico

Además de variar en formalidad y alcance, las teorías en psicología varían ampliamente en el tipo de ideas teóricas con las que se construyen. Nos referiremos a este aspecto fundamental como su enfoque teórico.

Las teorías funcionales explican los fenómenos psicológicos en términos de su función o propósito. Por ejemplo, una teoría destacada sobre las autolesiones repetidas (por ejemplo, cortarse) es que las personas lo hacen porque produce una reducción a corto plazo de la intensidad de las emociones negativas que están sintiendo (Tantam & Huband, 2009).Nótese que esta teoría no se centra en cómo se produce esta reducción, sino en la función de las autolesiones para las personas que las practican. Las teorías desde la perspectiva de la psicología evolutiva también tienden a ser funcionales, asumiendo que el comportamiento humano ha evolucionado para resolver problemas adaptativos específicos a los que se enfrentaban nuestros lejanos ancestros. Consideremos el fenómeno de las diferencias de sexo en las estrategias de apareamiento humanas (Buss & Schmitt, 1993).

Los hombres son algo más propensos que las mujeres a buscar parejas a corto plazo y a valorar el atractivo físico por encima de los recursos materiales en una pareja. Las mujeres son algo más propensas que los hombres a buscar parejas a largo plazo y a valorar los recursos materiales por encima del atractivo físico en una pareja. Pero, ¿por qué? La teoría evolutiva estándar sostiene que, dado que la inversión masculina en convertirse en padre es relativamente pequeña, los hombres se reproducen con más éxito buscando varias parejas a corto plazo que sean jóvenes y sanas (lo que se indica mediante el atractivo físico). Pero como la inversión femenina para convertirse en madre es bastante grande, las mujeres se reproducen con más éxito buscando una pareja a largo plazo que tenga recursos para contribuir a la crianza del niño.

Las teorías mecanicistas, por otro lado, se centran en variables, estructuras y procesos específicos, y en cómo interactúan para producir el fenómeno. Este tipo de teorías implican la identificación de un mecanismo o explicación del fenómeno y la aportación de un contexto sobre cuándo o con qué intensidad se produce el fenómeno. La teoría del impulso de la facilitación y la inhibición social y el modelo multialmacén de la memoria humana son teorías mecanicistas en este sentido. La figura 4.3 representa otro ejemplo: una teoría cognitiva contemporánea de la hipocondría, una forma extrema de ansiedad por la salud en la que las personas malinterpretan síntomas corporales ordinarios (por ejemplo, dolores de cabeza) como signos de una enfermedad grave (por ejemplo, un tumor cerebral; Williams, 2004). Esta teoría especifica varias variables clave y las relaciones entre ellas. En concreto, las personas con un alto rasgo de personalidad de neuroticismo (también llamado emocionalidad negativa) empiezan a prestar una atención excesiva a la información negativa sobre la salud, especialmente si han tenido una experiencia significativa de enfermedad en su infancia (por ejemplo, un padre gravemente enfermo). Esta atención a la información negativa sobre la salud conduce entonces a la ansiedad por la salud y a la hipocondría, especialmente entre las personas que tienen un bajo nivel de control del esfuerzo, que es la capacidad de desviar la atención de los pensamientos y sentimientos negativos.

Las teorías mecanicistas también pueden expresarse en términos de estructuras y procesos biológicos. Con los avances en genética y neurociencia, este tipo de teorías son cada vez más comunes en psicología y a menudo se critica la investigación cuando no contiene un mecanismo. Por ejemplo, los investigadores están construyendo y poniendo a prueba teorías que especifican las estructuras cerebrales asociadas con el almacenamiento y el ensayo de información en el almacén a corto plazo, la transferencia de información al almacén a largo plazo, etc. Las teorías de los trastornos psicológicos también se centran cada vez más en los mecanismos biológicos. La esquizofrenia, por ejemplo, se ha explicado en términos de varias teorías biológicas, incluyendo teorías que se centran en la genética, los neurotransmisores, las estructuras cerebrales e incluso la exposición prenatal a infecciones. Si las teorías funcionales proporcionan el «por qué», las teorías mecanicistas proporcionan el «cómo».

Por último, también hay enfoques teóricos que proporcionan una organización sin aportar necesariamente una explicación funcional o mecanicista. Entre ellos se encuentran las teorías de los estadios, que especifican una serie de etapas por las que pasan las personas a medida que se desarrollan o se adaptan a su entorno. Entre las teorías por etapas más conocidas se encuentran la jerarquía de necesidades de Abraham Maslow y la teoría del desarrollo cognitivo de Jean Piaget. Un factor distintivo de las teorías de las etapas es que, a medida que las personas pasan por ellas, integran los resultados de las etapas anteriores para ayudarles a tener éxito en la siguiente etapa. En las teorías de los estadios, avanzar o detenerse es la única opción, porque las teorías de los estadios no permiten volver a los estadios anteriores. Las tipologías organizan a las personas o los comportamientos en distintos tipos. Entre ellas se encuentran las teorías que identifican varias emociones básicas (por ejemplo, la felicidad, la tristeza, el miedo, la sorpresa, la ira y el asco), varios tipos distintos de inteligencia (por ejemplo, la espacial, la lingüística, la matemática, la cinestésica, la musical, la interpersonal y la intrapersonal) y distintos tipos de personalidades (por ejemplo, el tipo A frente al tipo B). A diferencia de las teorías de las etapas, las personas no progresan a través de las tipologías en ningún orden o en absoluto.

Los investigadores en psicología han encontrado que hay un lugar para todos estos enfoques teóricos. De hecho, probablemente sean necesarios múltiples enfoques para proporcionar una comprensión completa de cualquier conjunto de fenómenos. Una comprensión completa de las emociones, por ejemplo, probablemente requiera la identificación de las emociones básicas que las personas experimentan, la explicación de por qué tenemos esas emociones y la descripción de cómo funcionan esas emociones en términos de variables, estructuras y procesos psicológicos y biológicos subyacentes.