20 de junio de 2019

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La agilidad mental es algo más que la rapidez mental. Una persona que es ágil mentalmente es capaz de pensar sobre sus pies, resolver problemas y ser creativa en el trabajo. Cultiva esta capacidad y serás más eficaz en tu trabajo, aportarás mejores soluciones a los problemas de tus equipos y, en definitiva, tendrás más éxito en tu carrera.

Algunas empresas trabajan para ayudar a los empleados a fortalecer su agilidad mental. Beck Bamberger, fundadora de BAM Communications, reserva una parte de las reuniones semanales de su equipo a juegos que les ayudan a aprender a pensar, y a responder a las preguntas, con los pies en la tierra.

«Lanzamos una pregunta de actualidad y pedimos a los individuos que respondan a la pregunta en 60 segundos», dijo Bamberger a Fast Company.

«Una vez que has tenido la experiencia de responder a unas 30 de estas preguntas difíciles e impredecibles, estás mucho más en forma para manejar con confianza cualquier pregunta que los clientes o los miembros de la audiencia puedan lanzarte», explicó.

Pero no hace falta que juegues a juegos mentales como éste en el trabajo para mejorar tus propias habilidades de pensamiento. Hay un montón de maneras rápidas y fáciles de avanzar en sus habilidades.

Aquí hay algunos consejos y trucos para impulsar su agilidad mental:

La agilidad se refiere a la capacidad de ser intelectualmente agudo y rápido. También tiene que ver con moverse con agilidad entre las ideas. Se trata de ser capaz de pensar con rapidez y flexibilidad. En realidad, se trata de un conjunto de habilidades y destrezas, no sólo de una. Afortunadamente, hay muchas cosas que puedes hacer para fortalecer estos rasgos en tu interior.

Ben White/Unsplash

La lectura es un gran ejercicio para tu cerebro. Los beneficios son variados e impresionantes. La lectura ayuda a aliviar el estrés y mejora la capacidad de funcionamiento cognitivo. Es entretenido, ayuda a aumentar la empatía e incluso puede mejorar la memoria. Así que, aunque sea tentador relajarse navegando por las redes sociales durante el tiempo de inactividad en el teléfono, intente coger un libro en su lugar.

La lectura puede ayudar a proteger la memoria y las habilidades de pensamiento, especialmente cuando empiezan a disminuir con la edad. Retrasa este declive al mejorar la flexibilidad mental en general y mantener en funcionamiento partes importantes del cerebro. Una investigación de la Universidad de Liverpool descubrió que los escáneres cerebrales de individuos que habían leído poesía recientemente mostraban una mayor actividad y conectividad.

Enfócate en encontrar muchas soluciones posibles, no sólo la mejor

Parte de la razón por la que puede ser difícil pensar de pie es que quieres hacer un buen trabajo y llegar a la respuesta «correcta». Estás poniendo el listón muy alto cuando te centras demasiado en tratar de encontrar la mejor solución. En su lugar, empieza con una lluvia de ideas. Permítete pensar en todas las respuestas o soluciones potenciales que puedas para un desafío.

Un estudio de 2011 evaluó los niveles de pensamiento divergente de la gente pidiéndoles que pensaran en todos los usos que pudieran para un clip. A algunos se les ocurrieron 10 o 15 usos. Pero, otros generaron una lista más cercana a los 200.

Este ejercicio puede ayudarte a afinar tus habilidades de pensamiento divergente. Practica la elaboración de múltiples respuestas -no sólo una- cuando se te presenten desafíos. Cuanto más lo haga, más fácil le resultará.

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Toma impulso

Jon Flobrant/Unsplash

El ejercicio regular se correlaciona con una serie de beneficios físicos e intelectuales. Aumenta tu energía, mejora tu estado de ánimo y te ayuda a dormir bien por la noche. Si quiere aumentar su agilidad mental, comprometerse a hacer más ejercicio es un gran paso.

Su rutina de ejercicios no tiene que ser extenuante para que se beneficie. De hecho, los estudios han demostrado que caminar sólo tres kilómetros al día, cinco veces por semana, reduce el riesgo de demencia. Y estar en la naturaleza también ayuda a relajar y agudizar la mente. Aumenta el estado de ánimo, la concentración y el bienestar general.

Mucha gente vive en zonas urbanas donde pasar tiempo en la naturaleza requiere un pequeño esfuerzo. Planear estar al aire libre, haciendo ejercicio, durante tu tiempo libre puede hacer maravillas para tu agilidad mental. Pruébalo y comprueba si notas algunos efectos positivos.

Protege tu energía mental

Otra forma estupenda de potenciar tu poder cerebral es aprender a ser más cuidadoso con la forma en que la gastas. Gasta tu energía mental sabiamente. No la malgastes rumiando cosas que no puedes controlar.

El pasado ha terminado y no hay nada que puedas hacer al respecto. Y, tampoco puedes controlar lo que hacen o piensan los demás. Así que, en lugar de gastar tu tiempo y energía preocupándote por las cosas que no puedes hacer, céntrate sólo en las que puedes controlar. Estarás mejor preparado para el futuro si gastas tu energía en encontrar soluciones y hacer preparativos.

Hacer un esfuerzo consciente para cambiar tu enfoque no es tan difícil como parece. Cuanto más practiques la protección de tu energía mental, más fácil te resultará. Cuando te alejes de pensar en cosas que has considerado una pérdida de tiempo, empezarás a formar hábitos nuevos y más saludables.

Prueba cosas nuevas

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Mantenerte en tu zona de confort puede ser relajante y reparador, y ciertamente hay un momento y un lugar para ello. Sin embargo, es más probable que mejores tu agilidad mental si aprendes algo nuevo de vez en cuando. Probar cosas nuevas puede ayudar a prevenir los problemas de memoria en los adultos mayores, pero el aprendizaje de nuevas habilidades tiene muchos beneficios, a cualquier edad.

Desafiarse a sí mismo con actividades que ejerciten partes completamente diferentes de su cerebro puede ayudar a mantenerlo agudo. Por ejemplo, si te gusta hacer crucigramas, sigue haciéndolo. Pero también puedes aprender ajedrez, sobre todo si es algo que siempre has querido hacer. Si te gusta leer, prueba a coger un libro de un género diferente. También puedes apuntarte a una clase de cocina o aprender a practicar un nuevo deporte. Empujarte a hacer cosas nuevas puede ayudarte a potenciar tu agilidad mental.

Elimina las distracciones

Tu capacidad de concentración aumenta y disminuye según tu entorno. Es lógico que sea más difícil pensar con claridad cuando te interrumpen todo el tiempo. Sin embargo, los entornos de trabajo en los que abundan este tipo de distracciones siguen siendo la norma. Minimizar las distracciones puede contribuir en gran medida a aumentar su capacidad de concentración y su agilidad mental.

Si es posible, reserve un tiempo y un lugar para trabajar tranquilo y concentrado todos los días. No tiene que ser por mucho tiempo. Incluso una hora de trabajo ininterrumpido puede ser muy útil.

También, cuando esté haciendo un trabajo concentrado, intente hacer sólo una cosa a la vez. La ciencia al respecto es clara: la multitarea no funciona. Así que no intentes hacer más cosas haciendo un montón de cosas a la vez. No funcionará. Serás más productivo si te centras en una sola tarea a la vez.

Deja de lado la autoconciencia

Christina Morillo/Pexels

Nada mata más rápido la creatividad que la autoconciencia. Es imposible ser creativo cuando te preocupa ser juzgado por los demás. Si quieres que tus habilidades brillen de verdad, tienes que creer en ti mismo.

Las investigaciones muestran una relación entre la autoeficacia -o la creencia en tu capacidad para realizar tareas específicas- y el rendimiento en el trabajo. Resulta que la forma en que te ves a ti mismo tiene un gran impacto en tu capacidad para aprender y rendir al máximo.

La voz dentro de tu cabeza es más poderosa de lo que crees. Si constantemente te dices a ti mismo que no puedes hacer algo, va a tener un impacto. Y, lo contrario también es cierto. Así que, si realmente quieres reforzar tu agilidad mental y rendir al máximo en el trabajo, sé consciente de este efecto y utilízalo a tu favor. Estarás mejor equipado para afrontar los retos cognitivos e intelectuales que te encuentres si lo haces.

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