Cada uno de nosotros, sin embargo, siempre tiene algún grado de cada una de estas bandas de ondas cerebrales presentes en diferentes partes de nuestro cerebro. Las ondas cerebrales delta también se producen cuando las áreas del cerebro se «desconectan» para alimentarse. Si nos sentimos somnolientos, aparecen más ondas cerebrales delta y theta lentas. Si no estamos atentos a las cosas externas y nuestra mente divaga, hay más presencia de theta. Si estamos excepcionalmente ansiosos y tensos, suele haber una frecuencia excesivamente alta de ondas cerebrales beta.
Las personas con TDAH, problemas de aprendizaje, lesiones en la cabeza, derrames cerebrales, síndrome de Tourette, epilepsia, incluso el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia tienden a tener un exceso de ondas lentas (generalmente theta y a veces un exceso de alfa) presentes. Cuando hay una cantidad excesiva de ondas lentas en las partes ejecutivas (frontales) del cerebro, resulta difícil controlar la atención, el comportamiento y/o las emociones. Estas personas suelen tener problemas de concentración, de memoria, de control de sus impulsos y estados de ánimo o de hiperactividad. No pueden concentrarse muy bien y muestran una eficiencia intelectual disminuida.